Una mazurca
¡Feliz jueves! Hoy vamos a disfrutar de una danza de origen polaco, pero que está pasada por el tamiz español. El maestro de hoy quizá destacó más como pedagogo y profesor de otros grandes maestros, pero comprobaremos que también componía muy bien.
Está hoy con nosotros Felipe Pedrell (1841-1922), compositor español nacido en la localidad tarraconense de Tortosa. Puede decirse que es uno de los compositores capitales del pasado siglo XIX, padre del nacionalismo musical. Empezó cantando en la escolanía de la catedral de Tortosa y siendo joven incluso empezó a componer. Estudió luego violín y trombón. En 1873 se estableció en Barcelona y trabajó en una compañía de operetas, simultaneándolo con su actividad musicológica y pedagógica. Sus primeras obras fueron bien acogidas y le proporcionaron fondos para perfeccionarse en el extranjero, trasladándose a Francia e Italia; su vida empezó a ir de Francia a España. A partir de 1888 s personalidad empezó a consolidarse, no solamente desde el punto de vista de la composición, sino también en el de la musicología y el ensayo musical.
Escuchemos hoy su Mazurka para piano. Es una pieza de salón, de pequeñas dimensiones. Compuso más de dieciocho en la amplia década que va de 1862 a 1873. La composición está dividida en diversas secciones, todas con ese encanto que tiene la música sencilla. Pedrell, en esta danza en compás de 3/4, sitúa el acento en el primer tiempo, en vez de en el segundo o tercero y va organizando la pieza por medio de células anacrúsicas. Una pequeña delicia.
La partitura de la obra puede descargarse aquí.
La interpretación es de Ana Benavides al piano.