La Conferencia Episcopal pide legislar a la luz de la dignidad Los obispos de Uruguay, ante la ley de eutanasia: "Un homicidio llevado a cabo en contexto clínico"

Imagen del documento de los obispos uruguayos
Imagen del documento de los obispos uruguayos CEU

La Conferencia Episcopal del país latinoamericano ha divulgado un aporte a la reflexión y al debate público vinculado al proyecto de ley de eutanasia, exhortando a respetar y proteger el valor fundamental de la dignidad de la vida humana

(Vatican News).- "Nuestra sociedad necesita apoyar las leyes que prevengan y desestimulen cualquier género de eutanasia". Es el contundente planteo de la Conferencia Episcopal del Uruguay en su documento "Afrontar con amor el final de la vida", hecho público tras la Asamblea Plenaria de los obispos del 31 de marzo al 4 de abril de 2025. En el marco del debate público sobre la eutanasia, ante el tratamiento de un proyecto de ley sobre esta materia en el Parlamento, los prelados valoran las leyes que han permitido el acceso universal a programas de salud mental, a la medicina paliativa y al sistema nacional de cuidados. No obstante, consideran que es necesario desarrollar propuestas que faciliten su cumplimiento y la accesibilidad real a toda la población.

Newsletter de RD · APÚNTATE AQUÍ

El proyecto obtuvo media sanción en la Cámara de Representantes durante la legislatura anterior (en 2022), pero no fue aprobado en el Senado. Cabe destacar que el 15 de febrero pasado se inauguró el nuevo período legislativo, previo al inicio de la nueva administración del Frente Amplio el 1 de marzo.

La declaración sostiene que "no es éticamente aceptable la obstinación terapéutica que consiste en la instauración de medidas de tratamiento no indicadas, indeficientes, desproporcionadas o extraordinarias con el fin de querer prolongar la vida del paciente a toda costa, sabiendo que no se proporciona un real beneficio". A su vez, postulan que no es éticamente aceptable "causar la muerte de un enfermo". Incluso manifiestan que "el médico nunca debería ser partícipe de una conducta que cause activamente la muerte a otro ser humano".

“Matar al enfermo no es ético ni siquiera para evitarle el dolor y el sufrimiento, aunque él lo pida expresamente, en cambio, sí lo es la “sedación paliativa” como se mencionó previamente. Ni el paciente, ni el personal sanitario, ni los familiares tienen el derecho de decidir o provocar la muerte de una persona.”

En última instancia, sentencian que "esa acción constituye un homicidio llevado a cabo en contexto clínico".

La dignidad humana

El documento subraya el principio de la dignidad humana, entendida como un valor absoluto e irrenunciable. Esta dignidad no depende de las circunstancias ni de la condición en que se encuentre una persona, sino que se basa en el simple hecho de pertenecer a la especie humana. Los creyentes, en particular, entienden que cada ser humano es amado infinitamente por Dios, quien le confiere una dignidad que es inquebrantable y no se pierde bajo ninguna circunstancia.

Desde una perspectiva filosófica y ética, este principio resalta que la vida humana no es solo un proceso biológico, sino un don que trasciende la mera existencia física. La vida, por su naturaleza, está llena de belleza, pero también de limitaciones, sufrimiento y, en última instancia, de muerte. Es imperativo, entonces, que la sociedad refuerce una conciencia colectiva que acoge, protege y acompaña a las personas, especialmente en la etapa final de su vida, promoviendo la ayuda de la familia, la medicina paliativa y una sólida experiencia espiritual.

El papel de la medicina paliativa

Los obispos uruguayos expresan su fuerte apoyo a la medicina paliativa, destacándola como una de las mejores maneras de acompañar a los pacientes en su proceso de morir de manera digna. La medicina paliativa se distingue por su enfoque humanizado, buscando aliviar el sufrimiento y brindar consuelo tanto al paciente como a sus familiares, sin intentar prolongar innecesariamente la vida a costa de la calidad de la misma.

En este sentido, la sedación paliativa se presenta como una alternativa ética y científica en situaciones en las que los síntomas del paciente son refractarios al tratamiento y causan un sufrimiento intenso. Esta práctica permite disminuir el nivel de conciencia del paciente de manera controlada y ética, con el consentimiento necesario de él o de su familia. A diferencia de la eutanasia, la sedación paliativa no tiene como fin causar la muerte, sino aliviar el sufrimiento sin poner en peligro la vida.

Implicaciones jurídicas y sociales

En cuanto a las implicaciones jurídicas de la legalización de la eutanasia, los obispos advierten que esta representa un cambio significativo en el valor que la sociedad otorga a la vida humana. En sus palabras, un proyecto de ley que promueva la eutanasia alteraría el concepto de la vida humana como un derecho fundamental, irrenunciable e indisponible. Tal enfoque se contradice con los principios constitucionales y con los derechos humanos internacionales.

A lo largo de la historia, la experiencia de otros países que han legalizado la eutanasia ha mostrado que, además de los riesgos de presión sobre los pacientes vulnerables, existe una tendencia a desvalorizar la vida de aquellos que, por diversas razones, no cumplen con criterios de calidad de vida. Este enfoque, según los pastores, abre la puerta a una peligrosa pendiente resbaladiza, en la que cada vez más vidas son consideradas "eutanasiables" y, por tanto, susceptibles de ser eliminadas.

Un llamado a la reflexión

En la última parte del texto, se resalta la necesidad de un acompañamiento integral en las etapas finales de la vida. Los seres humanos, especialmente en sus momentos de sufrimiento, requieren no solo atención médica, sino también espiritual. La Iglesia, en su misión de servicio a la humanidad, busca ofrecer consuelo y esperanza, recordando la importancia de la fe y la esperanza en la vida eterna. En momentos de dolor extremo, las palabras de Jesucristo en su agonía, "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu", se presentan como un modelo de confianza y entrega ante la muerte.

Los obispos del Uruguay llaman a los legisladores y a toda la sociedad a reflexionar sobre la dignidad de la vida humana, para que las leyes y políticas públicas respeten y protejan este valor fundamental. En un contexto donde los avances médicos y las presiones sociales pueden poner en peligro la integridad del ser humano, es fundamental promover un enfoque de cuidado y respeto que permita a todos los ciudadanos vivir y morir con dignidad.

En un documento previo relativo a este asunto y publicado en 2022, los prelados expresaban su repudio al proyecto de ley y evidenciaban que la auténtica compasión es acoger al enfermo "como persona que está atravesando una situación dura, transmitirle lo valiosa que es su vida, aunque el enfermo no lo pueda visualizar en el momento, sostenerlo en los momentos de dificultad, rodearlo de afecto y atención y poner los medios necesarios para aliviar el sufrimiento; se trata de suprimir el dolor pero no de poner fin a la vida del paciente".

Además, argumentaban que "el grado de desarrollo de un país se mide sobre todo por el modo de tratar a sus miembros más vulnerables. Sería muy triste que, en lugar de ofrecer alivio, ayuda y acompañamiento, la sociedad uruguaya ofrezca, como solución al dolor, al abandono y a la debilidad, la muerte". "No es esa la forma de hacer 'que los más infelices sean los más privilegiados'", escribían los líderes eclesiásticos.

Volver arriba