Conocer y amar a Jesús y hacerlo conocer y amar
Conocer y amar a Jesús y hacerlo conocer y amar, es una dinámica que debería impulsar el caminar de todo bautizado. La fe, no es una respuesta que definitivamente produzca el fruto que Dios espera de cada uno de nosotros. Es una semilla que necesita de atención permanente. Sin una conversión continua, sin un volver al encuentro, a la experiencia del Resucitado en nuestra vida, es difícil poder afrontar los retos que se nos presentan cotidianamente. La autora del artículo escribe:
“Por eso, sería un error, hablar del mes de la Biblia como si 30 días al año bastaran para escuchar a Dios que nos habla. Este mes debe ser una celebración de lo que cada día vivimos; de igual manera que festejamos el cumpleaños un día al año, pero cada minuto de tiempo es ya parte de la fiesta anual. En este sentido, la Iglesia nos ofrece diariamente en la Eucaristía, la luz que ilumina nuestros pasos”
Asimismo escribe que la propuesta que hace la Conferencia Episcopal Boliviana, desde el área de la Evangelización, es el estudio del libro de Hechos de los Apóstoles tomando como texto de referencia Hch 1, 8:
“Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre ustedes, y serán testigos míos en Jerusalén, Judea y Samaría y hasta el confín del mundo”
Mediante este texto se infirma asimismo que es posible conocer cómo era la vida de las primeras comunidades cristianas. A la vez que indica que son cuatro los ejes vertebradores a tener en cuenta. A saber: el Espíritu Santo; la comunidad; la actividad misionera y el kerigma, es decir, el contenido del anuncio de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, el Mesías, el Señor. “El que ha vencido la muerte y el pecado, el que ha dado nueva vida a nuestra existencia”.