"A Pedro Salinas y Paola Ugaz se los debe premiar por su coraje y su responsabilidad”, escribió el fallecido Nobel de Literatura La última 'profecía' de Vargas Llosa: “El Sodalicio debía ser clausurado”

Mario Vargas Llosa
Mario Vargas Llosa EFE

Por unas pocas horas de diferencia, el Sodalicio ha sobrevivido al premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, que había hecho suyo el deseo de los periodistas que destaparon las perversiones de la organización fundada en Perú en los años 70 por Luis Fernando Figari de que “sea clausurada y sus principales responsables sometidos a un juicio"

“Lo notable es que Pedro Salinas y Paola Ugaz hayan soportado todos estos combates y que tengan la razón, pues el Sodalicio debía ser clausurado, ya que es una vergüenza para cualquier país, y en especial el Perú"

"Qué estupendos periodistas son éstos, como algunos otros latinoamericanos, que, sin apartarse de los límites de la investigación, han sido capaces de desafiar a los poderosos y abusadores que todavía medran en los países menos desarrollados. A Pedro Salinas y Paola Ugaz se los debe premiar por su coraje y su responsabilidad”

Por unas pocas horas de diferencia, el Sodalicio de Vida Cristiana (SVC) ha sobrevivido al premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, el célebre novelista peruano -uno de los grandes nombres de la literatura universal de la segunda mitad del siglo XX- que falleció este 13 de abril, en Lima, y que había hecho suyo –en un artículo publicado en El País hace ahora dos años– el deseo de los periodistas que destaparon las perversiones de la organización fundada en Perú en los años 70 por Luis Fernando Figari de que “sea clausurada y sus principales responsables sometidos a un juicio que reparta penas equivalentes a las faltas”.

Newsletter de RD · APÚNTATE AQUÍ

Pero Vargas Llosa sí pudo llegar a comprobar como desde hace meses, y fruto de aquella investigación de Pedro Salinas y Paola Ugaz, el Sodalicio iba siendo descabezado por el Vaticano y sus principales ramas desmanteladas. Y este 14 de abril de 2024, el papa Francisco ha dado la puntilla final a aquello que Vargas Llosa también denunció desde su influyente tribuna periodística:

“Al pasar de los años -escribía el autor de La ciudad y los perros-, se fue descubriendo que las autoridades del Sodalicio no eran lo recomendables que parecían, pues a los jóvenes que seducían, solían imponerles, para “cuajarlos”, operaciones tan atrevidas como nadar en San Bartolo, al sur de Lima, a las 3 de la madrugada, en esas aguas heladas, supuestamente para templarles el carácter. Además, se fue revelando que la cúpula del Sodalicio era mucho menos casta de lo que se suponía, pues había en su seno iniciativas extrañas que ofendían a los jóvenes imponiéndoles, incluso, ejercicios obscenos. Curas homosexuales se aprovechaban impúdicamente de muchos jóvenes incautos que, guiados por su fe, adherían a la devota institución”.

"Un par de periodistas puros y correctos"

El artículo de Vagas Llosa se titula Sin noticias de Dios, el mismo que el libro que habían escrito Pedro Salinas con la colaboración estrecha de Paola Ugaz, “un par de periodistas peruanos a los que conozco, son puros y correctos, y ambos han adquirido un prestigio en su labor”, y “que se propusieron denunciar, a través de una investigación seria y profunda, los excesos que cometían con sus jóvenes discípulos las eminencias del Sodalicio”.

Paola Ugaz y Pedro Salinas en la presentación de 'La verdad nos hizo libres'
Paola Ugaz y Pedro Salinas en la presentación de 'La verdad nos hizo libres' @PanchoR65 .

“Recomiendo a mis lectores que lean este libro porque leyéndolo se darán cuenta de lo atrasado que es el Perú con respecto a las personas que se atreven a meterse con la Iglesia católica. Ni Salinas ni Ugaz debieron soñar nunca en lo que se verían envueltos a raíz de su investigación: juicios millonarios, campañas de prensa, insultos múltiples y toda clase de infamias contra sus personas y sus familias. Lo que significa que, en el Perú, estamos todavía en la colonia, donde nadie se atrevía a chistar contra la Iglesia o sus facinerosos (con excepciones) disfrazados de curas”.

“Quien escribe estas líneas no es un enemigo de la Iglesia, pues he llegado a la conclusión de que es preferible que un pueblo sea religioso a que sea ateo, por razones estrictamente sociales, y en este caso es clarísimo que Salinas y Ugaz emprendieron su cruzada de buena fe, con la conciencia limpia de denunciar un hecho maligno asociado a esta institución. Se puede discrepar de ellos en otros asuntos, pero en esto tienen razón”, remarca el autor de Conversación en La Catedral.

Los "directivos corrompidos" del Sodalicio

“¿Qué refleja esta historia? A un país que no ha logrado todavía la inserción de la justicia en la vida de la sociedad, pues una Iglesia no puede ni debe levantarse contra las leyes y ordenanzas, ni cometer vilezas y atropellos en la propagación de la fe. Es curioso porque el Perú parece muy adelantado en muchas cosas, sobre todo en sus leyes, pero mientras no toquen a la Iglesia y le prohíban atropellos contra el conjunto de la sociedad, por ejemplo por parte de directivos tan corrompidos como los que parecen haberse insertado en la cabeza del Sodalicio durante años”, clama Vargas Llosa.

El Papa con Pedro Salinas, Paola Ugaz y Elise Ann Allen
El Papa con Pedro Salinas, Paola Ugaz y Elise Ann Allen

“Lo notable es que Pedro Salinas y Paola Ugaz hayan soportado todos estos combates y que tengan la razón, pues el Sodalicio debía ser clausurado, ya que es una vergüenza para cualquier país, y en especial el Perú", afirmaba Vargas Llosa quien, “al mismo tiempo" señalaba "qué estupendos periodistas son éstos, como algunos otros latinoamericanos, que, sin apartarse de los límites de la investigación, han sido capaces de desafiar a los poderosos y abusadores que todavía medran en los países menos desarrollados. A Pedro Salinas y Paola Ugaz se los debe premiar por su coraje y su responsabilidad”.

La hora del Poder Judicial

Sin embargo, hace dos años, el escritor peruano, que durante la década de los 90 optó a la presidencia del país andino, pero fue derrotado en segunda vuelta por Alberto Fujimori, señala en su artículo que “lo probable es que, en el Perú, ellos pierdan la batalla, a menos que el Poder Judicial tome cartas sobre el asunto y asuma sus deberes con independencia y de acuerdo a las leyes y reglamentos. Pero da la impresión de que en esto todo juega al revés, pues son los que violan la ley los que obtienen todas las satisfacciones y los castigos los reciben quienes se atreven a desear un país más justo y unas instituciones más nobles. La batalla contra estos abusos es una batalla en la que deberíamos participar todos los peruanos que queremos que nuestro país sea moderno y justo y no arrastre todavía un pasado colonial”.

Ahora, aunque quien denunció las derivas mesiánicas en otra gran novela, La guerra del fin del mundo, no haya podido ver el final del Sodalicio, el papa Francisco, que recibió y creyó a Salinas y a Ugaz, y envió al Perú a la Misión Scicluna-Bertomeu, acaba de disolver a una organización algunos de cuyos pasajes de horror y depravación son comparables a los que Vargas Llosa dejó por escrito en otra de sus grandes obras maestras: La fiesta del Chivo.

Bertomeu, Salinas, Scicluna y Ugaz
Bertomeu, Salinas, Scicluna y Ugaz

Volver arriba