Atrévete a permanecer un tiempo ante el Señor. 48 Año de Oración

48 Año de Oración
48 Año de Oración

Adoración

48 Año de preparación para el jubileo 2025

Año de oración

Texto 

El Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, en lo más caluroso del día. Alzó la vista y vio tres hombres frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo: «Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. (Gen 18, 1-3) 

Comentario: Adoración 

La oración puede llegar a ser adoración cuando surge el sentimiento amoroso de rendirse ante el Señor, ya sea de forma interna o de forma física, como la postración que hicieron los Reyes Magos y el leproso samaritano: “Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias” (Lc 17, 15-16).

Adorar no es caer de bruces, asustado, o caerse de sueño por miedo, como parece que hicieron los discípulos de Jesús según los relatos de la Transfiguración y de Getsemaní. Por el contrario, es permanecer conscientes y respetuosos ante la presencia viva y real de Cristo, como describe el Evangelio que sucedió en las jornadas de Pascua. Él sigue mostrando las llagas luminosas de su Pasión en los pobres, que acreditan su identidad.

Al adorar, se siente el atractivo de la paz que ofrece el Señor resucitado y se acoge la invitación a sentarse junto al Maestro, para aprender la enseñanza que sólo se oye en lo hondo del corazón. Al percibir el gesto solidario de Cristo, que mantiene su presencia gloriosa y compasiva con las señales de su pasión como testimonio de acompañamiento en las pruebas, se siente consuelo y compañía.

Propuesta 

Atrévete a permanecer un tiempo ante el Señor. 

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