¿Las palabras de Jesús te escandalizan o te dan esperanza? XXVI Domingo del Tiempo Ordinario
Discurso contra corriente
XXVI Domingo del Tiempo Ordinario
Texto bíblico
“¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?». Contestaron: «El primero». Jesús les dijo: «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios” (Mt 21, 28-31).
Comentario
El texto del Evangelio de san Mateo parece políticamente incorrecto. Desmitifica y desenmascara a quienes se revisten de formas educadas, estéticas y protocolarias, pero su corazón está lleno de vanidad, de orgullo, de malas intenciones y malos pensamientos. Hoy el texto evangélico denuncia a todos los que podemos tener discursos educados pero no practicamos la generosidad, la humildad, el perdón o la obediencia.
Quizá la comunidad de Mateo haya tomado el lenguaje desenfadado por el sufrimiento que le infligen los de su misma raza y sus vecinos. Los fariseos eran cumplidores de la ley, pero cerrados a la acogida de Jesús. Mientras que los pobres, los sencillos, los marginados, veían en la enseñanza del Maestro su posible incorporación social y eclesial.
El papa Francisco desconcierta en muchas ocasiones con sus afirmaciones que tienen que ver con el modo de hablar de Jesús, porque resulta incómoda su enseñanza: «Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!» (Lc 12,49). “El secreto del fuego de Dios, que desciende del cielo, iluminando de un extremo al otro, y que cocina lentamente el alimento de las familias pobres, de los migrantes, o de quienes no tienen un hogar. También hoy Jesús quiere traer este fuego a la tierra; quiere encenderlo de nuevo en las orillas de nuestras historias diarias” (Francisco, Homilía, 27 de agosto, 2022).
Pregunta
Las palabras de Jesús, ¿te escandalizan o te dan esperanza?
“