Vive cada día con plenitud. 13 de enero: Tiempo Ordinario
El pan de cada día
Tiempo Ordinario
Texto bíblico
“Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: Tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de sanar; tiempo de destruir, tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de reír; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras, tiempo de recogerlas; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de arrojar; tiempo de rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz” (Ecl 3, 1-8).
Reflexión
La sucesión del tiempo nos enseña a no absolutizar el instante: todo pasa. Al mismo tiempo, no debemos caer en el escepticismo depresivo, ese síndrome posfestivo, porque sabemos que caminamos hacia una meta de luz, paz y vida.
Comenzamos ahora los días normales, ordinarios, ese tiempo más largo y, por ello, el más importante, en el que vivimos lo cotidiano y pedimos al Señor que no nos falte el pan de cada día: el pan de la fe, de la esperanza y del amor.
La Navidad nos ha dejado la certeza del acompañamiento de Jesús. Él es nuestro compañero de camino. Como los Magos, debemos descubrir la luz en la noche, mirar hacia lo alto, trascender la realidad y reconocernos llamados, como ellos, al encuentro amoroso con Jesús.
Propuesta
Vive cada día con plenitud.