“Según las Actas de Surio, Saturnino predicó en Aquitania durante el Consulado de Gracio y Decio, en el siglo III. En Tolosa convirtió a Honesto, quien se unió a él en el trabajo de misionero; en Carcasona, el prefecto Rufino los encarceló, pero fueron liberados por un ángel. Honesto fue a predicar a Pompaelo (la actual Pamplona). Tras debatir con el senador pagano Firmo, hizo llamar a Saturnino. Saturnino y Honesto convirtieron y bautizaron a varios paganos de la ciudad, entre ellos Firmo y su esposa (bautizados por Saturnino) y el hijo de ambos, Fermín, quien luego sería a su vez obispo de Amiens. (https://es.wikipedia.org/wiki/Saturnino_de_Tolosa)
Al celebrar a San Saturnino surge la concurrencia de la vida de san Fermín de Pamplona: “Según cuenta la leyenda, San Fermín era hijo del jefe romano de Pamplona hacia el siglo III. San Saturnino, que estaba de visita por Navarra, lo convirtió al cristianismo, fue a Toulouse (Francia), ya obispo volvió a Pamplona para liberar al pueblo trabajador de sus supersticiones. Luego regresó otra vez a Francia, cristianizó a miles de paganos y se quedó a vivir en Amiens”. (https://www.sanfermin.com/es/guia-de-la-fiesta/historia)
La fe se transmite por testigos