Un encuentro de mujeres empoderadas en Troyes: una imana, una rabina, una pastora protestante y una presbítera católica
| Victorino Pérez Prieto
El pasado 3 de diciembre he tenido el privilegio de asistir a un encuentro interreligioso excepcional muy acorde con este blog "Armonia en la diversidad": la segunda edición de “La nuit des femmes” (La noche de las mujeres) en la hermosa ciudad francesa de Troyes (capital del Aube, región de Champaña). Organizada por el Institut Rachi, participaron cuatro mujeres singulares: una imana (Kahina Bahloul, Paris), una rabina (Floriane Chinsky, Paris), una pastora protestante (Joëlle Wetzstein, Troyes) y una presbítera católica (Christina Moreira, A Coruña).
El Institut Universitaire Rachi, que acogía el evento, es un centro de enseñanza superior dedicado a los estudios semíticos y a los monoteísmos. Fundado en 1990, lleva el nombre del gran exégeta y sabio judío-francés Rachi o Rashi, que nació y vivió en Troyes pero murió en España (1040-1105), y que es considerado como el más excelso comentarista de la Biblia judía y del Talmud. El Instituto está marcado por su espíritu de apertura y diálogo del judaísmo con el mundo, en toda su diversidad. Esa es la razón por la que su directora, Géraldine Roux, organizó este encuentro de mujeres protagonizado por mujeres, que este año celebró su segunda edición con gran afluencia de público femenino y masculino.
Esta segunda edición de “La nuit des femmes” llevaba por tema: “Imaginaires du corps féminin: comment en sortir ?” (Las imágenes del cuerpo femenino ¿Cómo salir de ellas?). Lo más importante fue la mesa redonda “Représentations du corps féminin dans les religions monothéistes”, sobre el cuerpo de las mujeres en las religiones monoteístas. Participaron tres ministras del culto y la palabra en sus religiones: Kahina Bahloul (imana de Paris, una de las tres únicas de Francia), Floriane Chinsky (una de las pocas rabinas, también en Paris) Joëlle Wetzstein (otra de las pocas pastoras, de la Iglesia protestante de Francia en Troyes y Aube) y Christina Moreira (la primera presbítera católica española, de la ARCWP, que tiene su comunidad en A Coruña).
Kahina Bahloul es una de las primeras imanas de Francia. Aunque nació en Paris, creció en Argelia, pues su padre era argelino, y estudió Derecho en Paris; musulmana de tradición chiita-sufí y liberal, no lleva velo y tiene un proyecto de mezquita en París (Fatima) para el que está recabando apoyos. Unos días antes del encuentro de Troyes, declaraba para el periódico local L’Est Éclair que el papel de las mujeres en el islam debe ser idéntico al de los hombres; por ello “nada les impide ejercer el ministerio religioso; no tiene sentido una segregación”. Pero, “las religiones no han sabido evolucionar con las sociedades: seguimos en un modelo patriarcal muy arcaico, con el papel principal para el hombre y el papel secundario para la mujer”. No es necesario cambiar el texto del Corán, solo reinterpretarlo. Es posible el cambio, como se ha ido dando un movimiento reformista del islam desde el siglo XIX “con lecturas diferentes, más abiertas, más igualitarias, más justas”. Desgraciadamente, algunos de sus correligionarios la han amenazado incluso de muerte y dicen que no puede ser imana una mujer que no es auténticamente musulmana.
Por su parte, Floriane Chinsky es la tercera mujer rabina farncesa; pertenece a la corriente judía massorti y al Movimiento Judío Liberal de Francia (MJLF). Nació también en París y es doctora en Sociología; enseña el Talmud en la Unión Liberal Israelita y en la sinagoga Adath Shalom. Los planteamientos de Floriane y su movimiento liberal encuentran una dura oposición entre los judíos ortodoxos. Aunque reconoce que “el judaísmo ha respetado siempre a las mujeres”, sin embargo “ha sido siempre patriarcal”, pero cree que “está en movimiento” e incluso que “es más feminista que la sociedad globalmente”. Esa noche de las mujeres las asociaba con el dolor utilizando la metáfora paradigmática de “todas las horas de una jornada subida a 8 cm que lastiman y torturan: los tacones”; y recordaba que el judaísmo no hace tanto problema como en otras religiones con que una mujer lidere el culto y la asamblea, sino que, a nivel de base, es ampliamente favorable.
Joëlle Wetzstein es pastora de la Iglesia Protestante Unida de Francia (Comunión luterana y reformada) en Troyes y la región de Aube. Estudió teologia en Paris y participa en el Sínodo nacional que se celebrará en Troyes el próximo 2020. En Francia hay más pastoras protestantes que presbíteras católicas, imanas o rabinas, pero son sólo el 20% de los ministros protestantes. Nos contaba que se había sentido muy acogida por su comunidad, en la que lleva tres años. Uno de sus fines más importantes es ayudar a la unidad de los cristianos en sus diferentes confesiones. Por eso, en declaraciones para L’Est Éclair se felicita por encontrar mujeres “en la misma longitud de onda, que es la del diálogo interreligioso”. Cree que las mujeres deben ocupar el mismo lugar que los hombres en sus religiones; aunque también en el protestantismo haya comunidades que rechazan tener por pastora a una mujer, y llegó a recibir anónimos diciendo que debía “arder en el infierno”.
Finalmente, Christina Moreira es la primera presbítera católica española, aunque nació y estudió también en Paris. Recibió la ordenación sacerdotal en Estados Unidos de manos de Bridget Mary Meehan, obispa de la ARCWP (siglas inglesas de la Asociación de Presbíteras Católicas Romanas). Se licenció en Letras Modernas en la Universidad de Nanterre (Paris X), fue profesora de francés y trabaja de traductora-intérprete. Para su formación teológica estudió en la Facultad de Teología de la Universidad de Strasbourg. Desde hace años celebra la eucaristía cada domingo con su Comunidade Home Novo, en A Coruña. También hizo sus declaraciones para el periódico de Troyes, evocando a Rosa Parks: “Ella llegó a ser célebre rechazando ceder su lugar en el autobús a un pasajero blanco. En la religión católica tengo los mismos derechos que toda persona bautizada. Y yo he recibido la llamada para una vocación al ministerio sacerdotal”. Aquella noche en Troyes reclamó la corporeidad desde la redignificación de María de Nazareth, a quien se niega a llamar “la Virgen” por no definirla por su condición sexual, a pesar de que no es el sentido original de la virginidad en la Escritura. También, desde la pasión por el cuerpo y su defensa que debería abrazar su tradición católica habida cuenta del culto eucarístico que le es peculiar, un auténtico tesoro si se lleva a sus consecuencias. Precisamente la eucaristía es lo que mueve su sueño de igualdad y dignidad compartida para toda la humanidad en torno a una misma mesa con sus diversidades.
La mesa fue moderada e introducida, por Virginie Virrey (directora del CIDFF-Aube. colaborador del evento), que arrojó luz esclarecedora sobre la historia de los derechos de las mujeres a lo largo de la historia y aportó su experiencia en trabajo con mujeres víctimas de la violencia.
Esta “nuit des femmes” comenzó con otra mesa redonda “Toutes sorcières!” (¡Todas brujas!); con la artista parisina Camille Ducellier y la profesora de filosofía Sandrine Israël-Jost (Haute Ecole des Arts du Rhin, Strasbourg); incluyendo en ese grupo de brujas a Juana de Arco y Margarita Porete, quemadas en la hoguera.
El video con la grabación de ambas mesas redondas se puede ver en la web del Institut Rachi: http://institut-rachi-troyes.fr/fr/videos-nuit-des-femmes/
Escuchando a Kahina, Floriane, Joëlle y Christina, uno ve mujeres realmente empoderadas, que se han adelantado a las normas establecidas y así han abierto un horizonte para todos y todas. Aunque sean muchas veces criticadas por hombres machistas que temen y no pueden tolerar ese futuro que viene, e incluso criticadas, también, por sus mismas congéneres, creo que ciertamente podemos decir con el poeta Louis Aragon: “La mujer es el futuro del hombre”, o de la humanidad. Así lo cantábamos con una canción de Jean Ferrat (La femme est l’avenir de l’homme) en la hermosa y participativa celebración interreligiosa que tuvo lugar la tarde del día siguiente a “la nuit des femmes” en el templo protestante de la ciudad, y que decía también:
Le poète a toujours raison/ qui voit plus haut que l’horizon/ et le futur est son royaume/ face à notre génération/ je déclare avec Aragon:/la femme est l’avenir de l’homme (…)
[El poeta siempre tiene razón/ ve más allá del horizonte/ y el futuro es su reino/ a nuestra generación/ declaro con Aragon: / la mujer es el futuro del hombre (…)]
Il faudra réapprendre à vivre/ ensemble écrire un nouveau livre/ redécouvrir tous les possibles/ chaque chose en fin partagée/ tout dans le couple va changer/ d’une manière irréversible.
[Deberemos reaprender a vivir/ juntos escribir un libro nuevo/ redescubrir todos los posibles/cada cosa finalmente compartida/ todo cambiará en la pareja / de manera irreversible.]