Los 'kingmakers', fundamentales a la hora de elegir al sucesor de Francisco Re, Bagnasco, Schonborn, Maradiaga, Rouco…. ¿Cuál será el peso de los cardenales mayores en el Cónclave?

Cardenales en Cónclave
Cardenales en Cónclave Ep

Tienen más de 80 años, muchos de ellos han participado en varios cónclaves, y pueden ‘dirigir’ las votaciones de éste. Son los llamados ‘kingmakers’ o ‘hacedores de reyes’: los purpurados con capacidad de aglutinar votos en torno a un nombre, o una sensibilidad. Unas ‘cordadas’ que son práctica habitual en este tipo de eventos

Desde el progresista Schonborn hasta el omnipresente español Rouco Varela, pasando por los candidatos Turkson o Ërdo, lo que demuestra la imprevisibilidad de un cónclave: que un Papa te haya nombrado cardenal no indica, ni mucho menos, que vayas a seguir su estela: recordemos que Bergoglio recibió la púrpura de manos de Wojtyla

No pueden entrar en el cónclave, pero sí participar en las congregaciones generales que desde la pasada semana, y hasta que los electores entren en la Capilla Sixtina (previsiblemente el 5 de mayo), se están celebrando en el Vaticano.

Tienen más de 80 años, muchos de ellos han participado en varios cónclaves, y pueden ‘dirigir’ las votaciones de éste. Son los llamados ‘kingmakers’ o ‘hacedores de reyes’: los purpurados con capacidad de aglutinar votos en torno a un nombre, o una sensibilidad. Unas ‘cordadas’ que son práctica habitual en este tipo de eventos.

Especial Papa Francisco y Cónclave

Y es que la mayor parte de los que entrarán en el Cónclave jamás han estado en uno: Francisco ha nombrado al 80% de los que votarán a su sucesor, pero todavía persisten 62 purpurados nombrados por Benedicto XVI y 41por Juan Pablo II. De hecho, Wojtyla designó a dos de los que aparecen en todas las quinielas como ‘papables’ (Turkso y Erdo), mientras que de la bancada de los nombrados por Ratzinger aparecen con posibilidades Filoni, Tagle, Marx o Eijk.

Hay cardenales que han participado en los dos últimos cónclaves (2005 y 2013). Desde el progresista Schonborn hasta el omnipresente español Rouco Varela, pasando por los candidatos Turkson o Ërdo, lo que demuestra la imprevisibilidad de un cónclave: que un Papa te haya nombrado cardenal no indica, ni mucho menos, que vayas a seguir su estela: recordemos que Bergoglio recibió la púrpura de manos de Wojtyla. 

Con todo, la experiencia es un grado. Y en este sentido, será fundamental la tarea que desempeñen los cardenales con más experiencia y que ya durante el cónclave que eligió al sucesor de Ratzinger trabajaron para colocar a sus candidatos dentro de la rosa de papables. Muchos, la mayoría, del sector conservador, aunque otros -como Maradiaga o Schonborn-, en el liberal-renovador (hablar de progresistas en la Iglesia puede resultar un contrasentido).

Fundamental parece la figura del decano, Giovanni Battista Re, encargado de dirigir al colegio cardenalicio hasta el ‘Extra Omnes’. Re, de 91 años, ya dio algunas claves en el funeral de Francisco, invitando a continuar el legado de Bergoglio. Algo que también ha hecho, en la segunda de la misa de los Novendiales, el cardenal Parolin: “Debemos acoger su herencia y hacerla vida”. El decano también presidirá la misa Pro Eligendo Pontifice, que se celebrará justo antes de que los electores se encierren en la Sixtina para las votaciones. Sus palabras en público, y sus gestos en privado, se antojan fundamentales.

Entre los italianos, Angelo Bagnasco y Camilo Ruini, que curiosamente han capitaneado las dos ‘almas’ de la Iglesia italiana, que desde 1978 no ha logrado ‘recuperar’ el trono de Pedro. Aunque la importancia de los italianos ha disminuido, sigue siendo una minoría cualificada, que en el caso de unir criterios podría ordenar el nombre del sucesor de Francisco.

Marc Ouellet (ex prefecto de Obispos), Schonborn (cardenal emérito de Viena) o Sean Patrick O’Malley (ex arzobispo de Boston y líder de la lucha contra los abusos en la Iglesia) también se configuran como perfiles capaces de dirigir el voto de quienes les admiran por su trayectoria vital y eclesiástica. Algo parecido sucede con el cardenal Maradiaga, que tuvo un papel esencial en la elección de Bergoglio en 2013 y que en este parece dispuesto a seguir trabajando por conservar el legado de Francisco. Contarán con la ayuda de otros ‘kingmakers’ que sí podrán participar en el cónclave, como el español Omella (miembro del C9) y el jesuita Hollerich, también del C9 y relator del Sínodo.

Por el contrario, los ‘perdedores’ del cónclave de 2013, entre ellos Rouco Varela, harán fuerza para avalar a un candidato que devuelva el ‘orden’ al Vaticano y se mantenga firme en la ortodoxia, en la más pura línea de los cardenales Sarah, Burke y Müller, que pese a ser electores no parece que vayan a tener la más mínima posibilidad de ser elegidos. Pero sí de buscar un ‘tapado’ (más allá de los nombres de Erdo, Eijk o Arborelius) que pueda, si no dinamitar el legado de Francisco, sí al menos echar el freno a las reformas emprendidas, y no culminadas, en estos últimos doce años.

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