“Convencido de esto, siento que me quedaré y estaré a vuestro lado, para vuestro progreso en la alegría y en la fe” (Flp 1,25) Danos a sentir tu amor, tu gloria, Jesús (Domingo 25º TO A 2ª Lect. 24.09.2023)

“Lo importante es... una vida digna del Evangelio de Cristo”

Comentario: “Lo importante es... una vida digna del Evangelio” (Flp 1,20c-24.27a)

Filipos, “primera ciudad del distrito de Macedonia y colonia romana” (He 16,12), es la primera ciudad europea que evangeliza Pablo. Comunidad muy querida: “Doy gracias a mi Dios cada vez que os recuerdo; siempre que rezo por vosotros, lo hago con gran alegría. Porque habéis sido colaboradores míos en la obra del Evangelio, desde el primer día hasta hoy” (Flp 1,3-5). Les agradece la ayuda en la cárcel (Flp 4,15-18; 2Cor 11,9), y les cree muy asociados a su sufrimiento: “Porque a vosotros se os ha concedido, gracias a Cristo, no solo el don de creer en él, sino también el de sufrir por él, estando como estamos en el mismo combate; ese en que me visteis una vez y que ahora conocéis de oídas” (1,29s). Eso es “tener los sentimientos propios de Cristo Jesús” (2,6-11).

El texto de hoy afirma con seguridad: Cristo será glorificado (lit.: “megalinzésetai”: “se engrandecerá, se alargará”) en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte”. Está preso y puede ser condenado a muerte. Ambas posibilidades glorificarán a Cristo. “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14). “Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno” (Jn 17,22). La “gloria que contemplamos” de Jesús su estar “lleno de gracia y de verdad”. “Gracia” es don gratuito, amor verdadero, la “gloria” del Padre que Jesús nos ha dado, para ser “uno con él y con el Padre”. Si vivimos en este “amor” somos “uno en Cristo”, participamos de su gloria.

Para mí la vida es Cristo” (v. 21a).Literalmente: “para mí el vivir (es) Cristo” (“to dsen Xristós”). El artículo ante “vivir” lo sustantiva y lo hace sujeto de la oración, que expresa identidad: “el vivires Cristo”. Texto paralelo a: “vivo, pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí” (Gál 2,20). Al creer a Jesús recibimos su don, “la gracia en la cual nos encontramos” (Rm 5,2). Este don es el Espíritu, que nos habita, y “da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios...; coherederos con Cristo; de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él” (Rm 8,16s).

Una ganancia el morir” (v. 21b). Ganancia” (lit. ventaja, negocio redondo), contenido de la esperanza cristiana, entendida desde el Amor. “El amor no pasa nunca... Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara... conoceré como he sido conocido por Dios” (1Cor 13,8-13). El amor traspasa la muerte, “cuando él se manifieste, seremos semejantes a Dios porque lo veremos tal cual es” (1Jn 3,1-2).

Si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger” (v. 22).Pablo reconoce su duda: “Me encuentro en esta alternativa: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros”(vv. 23-24). Habría que leer los vv. 25-26, que. explican la decisión de Pablo por sus comunidades: “Convencido de esto, siento que me quedaré y estaré a vuestro lado, para vuestro progreso en la alegría y en la fe, de modo que el orgullo que en Cristo Jesús sentís rebose cuando me encuentre de nuevo entre vosotros”. Siente el Espíritu de amor que le incita al “progreso en la alegría y en la fe”.

Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo, de modo que, tanto si voy a veros como si tengo de lejos noticias vuestras, sepa que os mantenéis firmes en el mismo espíritu y que lucháis juntos como un solo hombre por la fidelidad al Evangelio” (v. 27). Hay que leer entero el v. 27. Lo que primordialmente interesa a Pablo es saber que viven unidos “en el mismo espíritu”. “Llevar una vidaes literalmente: “ser ciudadanos” (politeúesze”) “dignos del Evangelio de Cristo”: siendo “buena noticia” para pobres, libertad para oprimidos, etc. Vida real, ciudadana, transparente, observable..., que manifieste el Espíritu de Jesús, encarnado en obras, no sólo en palabras.

Oración: “Lo importante es... una vida digna del Evangelio de Cristo” (Flp 1,20c-24.27a)

Jesús, ciudadano del Reino:

gustamos hoy el espíritu de tu discípulo Pablo;

desde la cárcel describe su “gloria”, tu amor;

ha optado en su vida por vivir el amor del Padre,

tu evangelio del amor gratuito y libre,

la buena noticia que esperan pobres y excluidos;

el amor que trae pan, salud, concordia, alegría... a todos.

Pablo siente en su corazón que Tú, Jesús:

has glorificado al Padre sobre la tierra:

has llevado a cabo la obra que te encomendó” (Jn 17,4); 

nos has comunicado las palabras que el Padrete dio,

las hemos recibido,

y hemos conocido verdaderamente que Tú saliste del Padre,

y hemos creído que el Padrete ha enviado” (Jn 17,8).

Pablo está realizando tu misma obra:

siente que “para él, la vida eres tú, Cristo”;

por su vida o por su muerte,

serás glorificadoen su cuerpo”;

porque ama a la gente como el Padre nos ama;

porque invita, como Tú, a realizar obras de amor;

porque reúne comunidades en la fraternidad del Padre;

porque vive entregando tu mismo Espíritu,

para progreso en la alegría y en la fe” (Flp 1,25).

Estas palabras de Pablo:

lo importante es que vosotros llevéis una vida

digna del Evangelio de Cristo...

que os mantenis firmes en el mismo espíritu

y que luchéis juntos como un solo hombre por la fidelidad al Evangelio”,

recuerdan las tuyas, Jesús:

Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo,

mientras yo voy a ti.

Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado,

para que sean uno, como nosotros.

No ruego que los retires del mundo,

sino que los guardes del maligno.

Yo les he dado la gloria que tú me diste,

para que sean uno, como nosotros somos uno;

yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno,

de modo que el mundo sepa que tú me has enviado

y que los has amado a ellos como me has amado a mí.

Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre,

para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos” (Jn 17,11.15.22s.26).

Ayúdanos, Jesús ciudadano del Reino, a ser como tú:

a seguir tus huellas de amor que busca vida para todos;

a trabajar por el reino de la verdad, la honradez, la paz...

Preces de los Fieles (D. 25º TO A 2ª Lect. 24.09.2023)

La vida digna del Evangelioes vivir la libertad del amor que vivió Jesús. Poner por encima de todo la ayuda a las personas necesitadas... Pidamos la ayuda del cielo para vivir como Jesús diciendo: Danos a sentir tu amor, Jesús”.

Por la Iglesia:

- que ponga las necesidades humanas por encima de sus leyes;

- que respete los derechos humanos de todos.

Roguemos al Señor: Danos a sentir tu amor, Jesús”.

Por las intenciones del Papa (septiembre 2023):

- que “no existan personas marginadas, en condiciones de vida infrahumanas”;

- que “no sean olvidadas por las instituciones y nunca sean descartadas”.

Roguemos al Señor: Danos a sentir tu amor, Jesús”.

Por los gobernantes:

- que escuchen al pueblo, especialmente a los más débiles;

- que procuren la vida digna, humana, para todos.

Roguemos al Señor: Danos a sentir tu amor, Jesús”.

Por la paz del mundo:

- que callen las armas de guerra y hable la concordia;

- que se dialogue con voluntad de entendimiento y ayuda mutua.

Roguemos al Señor: Danos a sentir tu amor, Jesús”.

Por el cuidado de la naturaleza:

- que cuidemos y protejamos el medio ambiente;

- que no contaminemos, reciclemos, limpiemos la tierra.

Roguemos al Señor: Danos a sentir tu amor, Jesús”.

Por esta celebración:

- que sintamos la fraternidad en el amor de Jesús;

- que sintamos su consuelo, su ánimo para seguir amando.

Roguemos al Señor: Danos a sentir tu amor, Jesús”.

Tu comportamiento, Jesús de todos, es como el del patrono del evangelio de hoy. Quieres que todos trabajemos y vivamos dignamente. A todos tratas igual, a todos quieres hacer felices, a todos quieres remediar sus dolencias. Queremos que así sea nuestra vida. Te lo pedimos a ti, Jesús resucitado por los siglos de los siglos.

Amén.

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