Purificación de la Virgen y presentación de Jesús en el templo La Candelaria, una fiesta cristiana prescrita en la Ley de Moisés
"En los países de América Latina está muy viva y es celebrada con grandes festejos desde que la exportaron nuestros misioneros"
"Hasta hace pocos años, en la Iglesia católica se conservaba el rito de purificar a las parteras y bendecir sus hijos antes de salir a la calle tras el parto"
"El origen de este rito es situado en la Iglesia Oriental u Ortodoxa allá por el siglo V y al poco pasó a la Iglesa Romana u Ocidental"
"La Iglesia católica que se considera heredera y superadora del judaísmo recogió costumbres, ritos y tradiciones judaicas, entre ellas ésta de ir al templo a purificarse les parteres- después del parto"
"El origen de este rito es situado en la Iglesia Oriental u Ortodoxa allá por el siglo V y al poco pasó a la Iglesa Romana u Ocidental"
"La Iglesia católica que se considera heredera y superadora del judaísmo recogió costumbres, ritos y tradiciones judaicas, entre ellas ésta de ir al templo a purificarse les parteres- después del parto"
El 2 de febrero la Iglesia católica celebra en su liturgia la fiesta de la Purificación de Nuestra Señora y la Preentación de Jesús en el templo, que remite a cuando la Virgen María cumplió con lo prescrito en la Ley de Moisés de puriificar a las mujeres después del parto, pues e entendía que las mujeres eran impuras hasta siete días después de alumbrar, y tenían que acudir al templo a ser purificadas y bendecidas con su hijo en el plazo de 33 días, y si era nña en el plazo de 80 días, rito judaíco que la Iglesia conservó en sus rituales y costumbres hasta no hace muchos años.
El peso de esta fiestaha marcado la tradición, costumbres y hasta la mateorología en el mundo rural. “Si la candelaria plora (si plou), el fred és fora; si la candelària riu (si fa sol), el fred és viu; i si ni riu, ni plora (nuvolat), ni dins, ni fora.” Si hacemos caso a nuestra sabiduría popular refranera parece que aún nos queda invierno, aunque viendo el frío que hace de noche y el calor que tenemos de día, más bien podríamos ir hablando de que estamos entrando en un clima desértico.
Mi recuerdo del clima de los desiertos los tengo de cuando pasé algunos días en el de Atacama (Chile) y en otra ocasión en el de Omán. Y lo que estamos viviendo últimamente en la región valenciana apunta maneras de esquemas desérticos. Por la noche un frío insoportable y durante el día un calor asfixiante, que a las seis de la tarde se torna en un frío congelador.
El invierno además de esta Candelaria nos está resultando bastante más seco que el pasado con su famosa Filomena, poco lluvioso, con mucho calor, primaveral durante el día, del que se quejan los árboles y plantas pues altera su floración, no les deja descansar, acostumbradas al clima de antes, cuando el invierno era invierno, la primavera primavera, el verano verano y el otoño otoño, sin mixtificaciones. De ahí que con el avance del cambio climático que las fiestas litúrgicas y los refranes marcaran al año agrícola, meteorológico y costumbrista de los pueblos y su ciclo de agrícola, tesoro que acabará arrumbado en algún museo etnológico y de memoria histórica por obsoletos.
Ejemplos de estos refranes mezcla de experiencia meteorológica y agrícola rural de los muchos a la clase a extinguir por el cambiante clima tenemos: A l’abril, aigües mi; Abril finat, hivern acabat; Aigua d’agost, mel i most; Aigua de gener, ompli botes i graner; Al maig, cada dia un raig; Cel rogenc, pluja o vent; Quan la Candelaria plora, l’hivern és fora; quan la Candelaria riu, l’hivern és viu; …
La fiesta de la Candelaria era uno de los hitos religiosos que marcaba la vida global de nuestros pueblos. Era el dia popular de ir a la iglesia “a per caneleta”, cuando los curas bendecían unas candelas pequeñas y finas que entregaban a los asistentes a la Misa de bendición de las candelas, las cuales eran conservadas todo el año en las casas por las familias para encenderlas cuando había tormentas de fuertes lluvias y gran aparato eléctrico aclamándose a santa Bárbara. A más rayos, más avemarías.
La caneleta era la gran protagonista de la fiesta litúrgica en que la Iglesia conmemora el día de la purificación de la Virgen María después del parto y de la presentación de Jesús en el templo. La Virgen cumplió con lo que prescribía la Ley de Moisés respecto a las mujeres que habían parido, las cuales eran consideradas impuras los siete siguientes días al parto y tenían que acudir al templo de Jerusalén a purificarse en los 33 días después de la primera semana postparto si se trataba de un niño y en los 80 posteriores si era una niña.
La Iglesia católica que se considera heredera y superadora del judaísmo recogió costumbres, ritos y tradiciones judaicas, entre ellas ésta de ir al templo a purificarse les parteres- después del parto, antes de salir a la calle a hacer vida normal, acudían a la iglesia a que se les leyera los Evangelios y se le rezara von la consecuente bendición a ella y la criatura. Este ritual se hacía por lo general después de la misa dominical, en solitario, el sacerdote y ella a los pies del altar mayor o de la patrona de la población.
El origen de este rito es situado en la Iglesia Oriental u Ortodoxa allá por el siglo V y al poco pasó a la Iglesa Romana u Ocidental. Muy pronto, siglo V, comenzó a celebrarse en la Iglesia primitiva esta fiesta, primero en la Oriental y lego en la Romana.
Siempre fue una fiesta con velas, que en el Occidente sería potenciada a partir del siglo XI y en la que acostumbraba a hacer procesiones de candelas hasta los cementerios a rezar por los difuntos cuando éstos estaban junto a los templos.
Durante el cortejo se cantaba el cántico del anciano Simeón cuando tuvo por primera vez al Niño Jesús en brazos:” Nunc dimittis servum tuum, Domine, secundum verbum tuum in pace: Quia viderunt oculi mei salutare tuum Quod parasti ante faciem omnium populorum: Lumen ad revelationem gentium, et gloriam plebis tuae Israel.” (Ahora, Señor, puedes dejar que tu siervo se vaya en paz, según tu palabra, porque mis ojos han visto tu salvación, la que has preparado ante la faz de todos los pueblos, luz para revelación de los gentiles y gloria de tu pueblo Israel).
Siméon era un judío a quien el Espíritu Santo le había prometido que no moriría hasta haber visto al Salvador. Cuando la Virgen María, y San José, llevaban al Niño Jesús al Templo de Jerusalén para realizar la ceremonia de consagración del primogénito, Simeón estaba allí y tomó a Jesús en sus brazos y recitó este canto, que es uno de los cuatro llamados Evangélicos. En la Liturgia de las Horas se reza todos los días en las Completas.
En la pedanía de Orihuela llamada Desamparados, por la Virgen de los Desamparados, cuya parroquia fue dedicada a ella en el siglo XVIII por un obispo valenciano que rigió aquella diócesis, José Tormo, considerado por ello fundador del pueblo, se festeja la Candelaria vistiendo la imagen del Niño Jesús con el volcado típico de un bebé que es llevado a bautizar.
En América Latina esta festividad mariana es ampliamente celebrada desde que hasta allí la llevaron nuestros misioneros.