Santa Águeda, 5 de febrero Remedio para el cáncer de mama y los estragos de los volcanes
“Del volcán estrago ardiente/ tu Velo ataja sagrado/ y el País no es abrasado,/ porque le ampara tu frente: /En aflicción tan urgente/ se ve por Vos remediada./ A la mujer que os implora/ del mal de pechos herida,/ la remediais condolida,/ si ante vuestras Aras ora/ Y por Vos, noble Señora,/ queda libre, y consolada”/.
En la ermita de santa Lucía tiene capilla propia su paisana siciliana santa Águeda, desde que la creara la Reina Constanza de Aragón, el año de su coronación, 1276.
A ella peregrina en el día de su fiesta muchas mujeres preocupadas o afectadas por el cáncer de mama.
A ella peregrina en el día de su fiesta muchas mujeres preocupadas o afectadas por el cáncer de mama.
“Del volcán estrago ardiente/ tu Velo ataja sagrado/ y el País no es abrasado,/ porque le ampara tu frente: /En aflicción tan urgente/ se ve por Vos remediada./ A la mujer que os implora/ del mal de pechos herida,/ la remediais condolida,/ si ante vuestras Aras ora/ Y por Vos, noble Señora,/ queda libre, y consolada”/, se canta en sus Gozos, que en el caso de los que se canta a nuestra santa en la ermita de santa Lucía, donde es inquilina de una de las capillas de su paisana, ya evidencia que el cáncer de mama pechos era cosa tambén de preocupar al menos en el siglo XIX y, por supuesto, los “estragos ardientes” de los volcanes con sus erupciones.
Todos los 5 de febrero un largo reguero de mujeres acuden a la ermita de santa Llucia, a rezarle a su paisana siciliana santa Águeda, considerada y aclamada protectora de la mujer en sus grandes problemas y graves enfermedades, -“coses de dones”, principalmente las afectadas por cáncer de mama- en los jardincitos hoy de la calle Hospital y antaño Carrer de santa Lúcia, emplazada junto a la puerta de Torrent de la muralla cristiana, que fundara doña Constanza siendo Infanta de Sicilia, para que sirviera de hospital donde acoger enfermos pobres y niños neonatos abandonados, lugar que, además, fue empleado para enclaustrar allí las meretrices -“les fembres del partit”, es decir, de la mancebía,- de la ciudad durante la Semana Santa al no serles permitido el ejercicio de la prostitución en días tan sagrados.
Constanza fue Reina de Sicilia por ser hija del rey de Sicilia Manfredo Hohenstaufen y de Beatriz de Saboya casada, además de Reina de Aragón al casarse con Pedro III el Grande –quien luchó mucho contra los mudéjares valencianos- dentro de una estudiada estrategia política de alianzas matrimoniales. La boda fue en la Seo de Zaragoza en 1276 y el fruto político de ella fue la fuerte influencia de la Corona de Aragón en la política en el Mediterráneo. Fue muy valorada y respetada y hasta Dante la pusopor su fama en opera magna “Divina Comedia”.
Su devoción hacia santa Lucía, virgen y mártir, siciliana, le llevó a difundir su vida y valores martiriales, dejándonos en Valencia una ermita a su nombre. A su vez, como santa Lucía era muy devota de santa Águeda, también virgen y mártir, aquí se les relacionó y aparecen en la misma ermita, sin saberse aún datos muy concretos y precisos, pues todo el valioso archivo documental de su Cofradía está dedicado a santa Lucía. No es descartable la hipótesis de que estuviera en la ermita desde sus orígenes, en un segundo plano, santa Águeda –Àgata, en valenciano- por disposición de la reina fundadora, o que a lo largo de la historia del ermitorio alguien la añadiera a la nómina de devociones por su relación entre ellas erigiéndole capilla dentro del mismo. La imagen de santa Águeda se encuentra entrando en en el primer altar de la derecha, muy accesible.
El pequeño templo, en medio del fragor de la gran ciudad, tiene un encanto especial y conserva su sabor antiquísimo, remanso de paz y oasis de tranquilidad. En la pasada guerra civil se salvó de ser incendiado y saqueado, gracias a que alguien claó un cartel en la puerta donde se leía que el edificio era territorio francés.
Santa Águeda
Santa Águeda forma parte del martirologio y se encuentra incluida en el Canon Romano. Es la protectora de las mujeres en general, así como de las enfermedades propias de este sexo. como de los partos difíciles, los problemas de la lactancia o el cáncer de mama.
En tiempos de las persecuciones romanas contra los cristianos, decretadas por el emperador Decio, el procónsul de Sicilia, Quintianus, rechazado por la joven Águeda, que ya había ofrecido su virginidad a Jesucristo, en venganza por no conseguir sus placeres la envía a un lupanar, donde milagrosamente Águeda conservó su virginidad. Ordenó que la torturaran y le cortaran los senos. Ella le dijo: "Cruel tirano ¿no te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?".
Fue arrojada sobre carbones al rojo vivo y revolcada por Catania. El volcán Etna hizo erupción un año después de la muerte de la Santa en el 252 y los pobladores de Catania pidieron su intervención logrando detener la lava a las puertas de la ciudad.Desde entonces es invocada para prevenir los daños del fuego, rayos y volcanes.
En Valencia, la Cofradía de Santa Lucía, virgen y mártir, fue fundada por Jaime I en 1238 en la Catedral de Valencia, cuya capilla fue creada por Constanza en 1276, el año de su coronación como reina de Aragón, bajo el título de "Almoyna de Santa Lucía". En 1399, el rey Martín el Humano les autorizó construir una ermita a la santa, abandonando la de la catedral, en el lugar donde ahora está, lugar donde tiene su sede social y religiosa.
Jérica tiene a santa Águeda por patrona. En 1385, el infante Don Martín donó su palacio y huerto adjunto, para construir una iglesia advocada a su nombre, dedicándole grandes fiestas.
, se canta en sus Gozos, que en el caso de los que se canta a nuestra santa en la ermita de santa Lucía, donde es inquilina de una de las capillas de su paisana, ya evidencia que el cáncer de mama pechos era cosa tambén de preocupar al menos en el siglo XIX y, por supuesto, los “estragos ardientes” de los volcanes con sus erupciones.
Todos los 5 de febrero un largo reguero de mujeres acuden a la ermita de santa Llucia, a rezarle a su paisana siciliana santa Águeda, considerada y aclamada protectora de la mujer en sus grandes problemas y graves enfermedades, -“coses de dones”, principalmente las afectadas por cáncer de mama- en los jardincitos hoy de la calle Hospital y antaño Carrer de santa Lúcia, emplazada junto a la puerta de Torrent de la muralla cristiana, que fundara doña Constanza siendo Infanta de Sicilia, para que sirviera de hospital donde acoger enfermos pobres y niños neonatos abandonados, lugar que, además, fue empleado para enclaustrar allí las meretrices -“les fembres del partit”, es decir, de la mancebía,- de la ciudad durante la Semana Santa al no serles permitido el ejercicio de la prostitución en días tan sagrados.
Constanza fue Reina de Sicilia por ser hija del rey de Sicilia Manfredo Hohenstaufen y de Beatriz de Saboya casada, además de Reina de Aragón al casarse con Pedro III el Grande –quien luchó mucho contra los mudéjares valencianos- dentro de una estudiada estrategia política de alianzas matrimoniales. La boda fue en la Seo de Zaragoza en 1276 y el fruto político de ella fue la fuerte influencia de la Corona de Aragón en la política en el Mediterráneo. Fue muy valorada y respetada y hasta Dante la pusopor su fama en opera magna “Divina Comedia”.
Su devoción hacia santa Lucía, virgen y mártir, siciliana, le llevó a difundir su vida y valores martiriales, dejándonos en Valencia una ermita a su nombre. A su vez, como santa Lucía era muy devota de santa Águeda, también virgen y mártir, aquí se les relacionó y aparecen en la misma ermita, sin saberse aún datos muy concretos y precisos, pues todo el valioso archivo documental de su Cofradía está dedicado a santa Lucía. No es descartable la hipótesis de que estuviera en la ermita desde sus orígenes, en un segundo plano, santa Águeda –Àgata, en valenciano- por disposición de la reina fundadora, o que a lo largo de la historia del ermitorio alguien la añadiera a la nómina de devociones por su relación entre ellas erigiéndole capilla dentro del mismo. La imagen de santa Águeda se encuentra entrando en en el primer altar de la derecha, muy accesible.
El pequeño templo, en medio del fragor de la gran ciudad, tiene un encanto especial y conserva su sabor antiquísimo, remanso de paz y oasis de tranquilidad. En la pasada guerra civil se salvó de ser incendiado y saqueado, gracias a que alguien claó un cartel en la puerta donde se leía que el edificio era territorio francés.
Santa Águeda
Santa Águeda forma parte del martirologio y se encuentra incluida en el Canon Romano. Es la protectora de las mujeres en general, así como de las enfermedades propias de este sexo. como de los partos difíciles, los problemas de la lactancia o el cáncer de mama.
En tiempos de las persecuciones romanas contra los cristianos, decretadas por el emperador Decio, el procónsul de Sicilia, Quintianus, rechazado por la joven Águeda, que ya había ofrecido su virginidad a Jesucristo, en venganza por no conseguir sus placeres la envía a un lupanar, donde milagrosamente Águeda conservó su virginidad. Ordenó que la torturaran y le cortaran los senos. Ella le dijo: "Cruel tirano ¿no te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?".
Fue arrojada sobre carbones al rojo vivo y revolcada por Catania. El volcán Etna hizo erupción un año después de la muerte de la Santa en el 252 y los pobladores de Catania pidieron su intervención logrando detener la lava a las puertas de la ciudad.Desde entonces es invocada para prevenir los daños del fuego, rayos y volcanes.
En Valencia, la Cofradía de Santa Lucía, virgen y mártir, fue fundada por Jaime I en 1238 en la Catedral de Valencia, cuya capilla fue creada por Constanza en 1276, el año de su coronación como reina de Aragón, bajo el título de "Almoyna de Santa Lucía". En 1399, el rey Martín el Humano les autorizó construir una ermita a la santa, abandonando la de la catedral, en el lugar donde ahora está, lugar donde tiene su sede social y religiosa.
Jérica tiene a santa Águeda por patrona. En 1385, el infante Don Martín donó su palacio y huerto adjunto, para construir una iglesia advocada a su nombre, dedicándole grandes fiestas.