Francisco recibe al arzobispo de Montevideo en su despacho personal. El cardenal Sturla se tomó unos mates con el Papa
(AICA).- El arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla SDB, presente en Roma, participando del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, mantuvo un informal y cálido encuentro con el papa Francisco. "Nos conocemos desde hace años por eso confiaba en que me concedería una audiencia", contó el purpurado uruguayo en diálogo con El Observador desde la residencia de Santa Marta donde vive Francisco.
El Papa recibe generalmente a sus visitas en el Palacio Apostólico, pero con el cardenal Sturla hizo una excepción y se reunió en su despacho personal. "Fue una cita informal".
"Yo quería pedirle que nos ayude con la beatificación de Jacinto Vera". El primer obispo católico de Montevideo fue declarado siervo de Dios y luego venerable en 2015. Ahora la Conferencia Episcopal del Uruguay quiere que el fundador del clero nacional sea declardo beato y posteriormente santo. "Para que esto suceda tiene que comprobarse que alguien le rezó y que se efectuó un milagro por su intercesión". Una curación, por ejemplo. Y, al parecer, Jacinto Vera podría haber cumplido un milagro a una niña hace algunos años. El caso está siendo investigado en el Uruguay. "Para eso hay que presentar la documentación en la que una junta de médicos de nuestro país y del Vaticano determinen que la recuperación total no tiene una explicación médica", dijo a El Observador el cardenal Sturla.
El Papa se comprometió a seguir de cerca este tema y le pidió al arzobispo de Montevideo que agradezca a los laicos uruguayos por la carta que le hicieron llegar a través de él. En ella se manifiesta solidaridad y apoyo en los "momentos difíciles" que atraviesa la Iglesia tras las acusaciones de abusos sexuales.
Durante el encuentro a solas en el despacho de Francisco, el cardenal Sturla le regaló el libro, de su autoría, "La Iglesia Católica desde la matriz" que habla sobre los 400 años de la presencia de la Iglesia en el Uruguay y una carta pastoral en la que se detallan las actividades de cara a la Semana Santa del año próximo.
Pero el regalo que le sacó una sonrisa al Papa fue un paquete de 12 alfajores de dulce de leche. El arzobispo uruguayo viajó con los manjares desde Montevideo hasta el Vaticano. "Quedó encantado y se los guardó enseguida", contó el arzobispo.
Sobre el gusto del pontífice argentino por el mate, el cardenal Sturla contó: "Hace dos días estábamos tomando unos mates con unos obispos argentinos en el recreo del Sínodo, vino Francisco y les pidió uno", contó el prelado. "¡Pero esta yerba es uruguaya!", exclamó el Papa. "Y sí, se dio cuenta porque esta no tenía palitos", reconoció el arzobispo uruguayo que le retrucó: "Francisco... para que un argentino tome un buen mate, tiene que hacerlo con yerba uruguaya".
El arzobispo salesiano no se fue con las manos vacías de la reunión. El papa, además de comprometerse a hacer un seguimiento sobre la beatificación de Jacinto Vera, le regaló doce rosarios bendecidos. "Muchos de ellos ya tienen dueño, otros veré a quién se los regalo", sostuvo el purpurado. Además, Francisco le entregó un libro con las homilías que pronunció en Buenos Aires entre 1999 y 2013.
El cardenal Sturla ni le planteó la posibilidad de un viaje al Uruguay. "Una visita a nuestro país implica que vaya a la Argentina y no lo quiero presionar", señaló el arzobispo de Montevideo.