La lucha, dispersa, desorganizada y, a la vez decidida, por zafar a Puerto Rico de las empresas privadas que controlan la producción y el reparto de la energía eléctrica se ha convertido en lo que Paulo Freire llamaría “tema generador”. Sin embargo, de las razones a las acciones va un trecho y, confieso, parece que faltan piezas.

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Lo que acabo de decir no implica que la lucha esté estancada. Es más bien lo contrario. En términos generales, esa lucha avanza. Lo que pasa es que no se percibe una movilización general, no está a la vista una convocatoria que haya logrado movilizar a las calles una fuerza que ponga contra la pared al conjunto formado por el gobierno y las empresas.

Pero cuidado con creerse que lo que no ha ocurrido, nunca va a pasar. La historia está llena de ejemplos de cómo los pueblos sufren y soportan hasta que, de pronto, como en un milagro, se manifiesta en todo su esplendor, la potencia transformadora. En nuestro “Colectivo Nacional Todos Somos Pueblo” estamos trabajando en eso y no somos los únicos, ni pretendemos serlo.

Recientemente falleció Wanda Colón Cortés, que fuera -entre muchas cosas- la directora del “Proyecto Caribeño de Justicia y Paz”. Durante años de colaboración con ella, vi que, de alguna forma, lograba que prendieran convocatorias que lograban reunir gentes de grupos religiosos, cívicos y políticos muy diversos para lograr una causa común. Pensando en ella, rescaté un término que hacía tiempo había considerado, el “macroecumenismo” y le añadí “social”.

"Pensando en ella, rescaté un término que hacía tiempo había considerado, el 'macroecumenismo' y le añadí 'social'"

El término surgió de la reflexión continental promovida por la Teología de la Liberación y el estremecimiento cultural por el Quinto Centenario, al cumplirse quinientos años de la llegada de los conquistadores europeos. Se trató en un tema de las relaciones entre las religiones y grupos sociales. Me pareció y me parece todavía que Wanda logró combinar aquello con una conversación distinta. Para ella no se trataba de entenderse mejor entre los diversos sistemas de fe religiosa, sino lograr obras conjuntas entre gentes de las más diversas formas de pensar, para esforzarse juntos hacia un propósito del porvenir.

"Tres de las cuatro 'formaciones políticas' en nuestro pueblo puertorriqueño que concurrirán a las elecciones de noviembre han adoptado como programa sacar a los privatizadores que dominan el sistema de electricidad"

No es momento de ponerme a propagar lo que muchos están haciendo. No es momento de anunciar las cosas que esperamos que pasen. Lo que puedo consignar es que ya tres de las cuatro “formaciones políticas” en nuestro pueblo puertorriqueño que concurrirán a las elecciones de noviembre han adoptado como programa sacar a los privatizadores que dominan el sistema de electricidad. Pero tampoco estamos como para fanfarronear con esa gestión. 

A principios de este siglo XXI, Puerto Rico se movilizó unido y logró lo que parecía un imposible. Sacó a la Marina de Guerra de Estados Unidos de la isla de Vieques. En 2019, otra gran movilización se manifestó en el derrocamiento incruento del gobernador colonial. En ambos casos, entró en acción algo que convirtió la queja en la voluntad de todos.

No sé si “esa pieza” ya se está moviendo o si todavía falta. Sé, por mi fe, que la esperanza no es una ilusión, es un compromiso. Porque somos testigos de una esperanza más fuerte cada día.