La Sagrada Familia, en la mirada de Antoni Gaudí Familia, vida y paz
A veces, no somos conscientes de lo que supone tener un templo cristiano dedicado a la Sagrada Familia, una obra que, por su originalidad y esplendor, es la admiración del mundo. Ha sido calificada como la «catedral de Europa»
El último domingo del año, todavía en la octava de Navidad, se celebra la fiesta y jornada de la Sagrada Familia. Una fecha en la que nos reunimos para pedir a Jesús, María y José que inspiren a las familias a ser portadoras de la Buena Noticia. Este año, despedimos el año con esta Jornada y empezaremos el nuevo, si Dios quiere, con la solemnidad de la Virgen María, que coincide con la Jornada Mundial de la Paz, con el deseo y con la oración para que la paz se expanda en el mundo.
Es por eso que anoche pudimos celebrar la Eucaristía con motivo de la fiesta litúrgica de la Sagrada Familia. Lo hicimos en la basílica de la Sagrada Familia, como ya es tradición. En el marco de esta celebración, renovaron su compromiso los matrimonios que este año han celebrado los 25, los 50 o más años de su boda. Fue un momento para dar gracias a Dios por la fidelidad vivida. Y, bajo la intercesión de santa María y san José, fue un momento para orar a Dios por nuestras familias.
A veces, no somos conscientes de lo que supone tener un templo cristiano dedicado a la Sagrada Familia, una obra que, por su originalidad y esplendor, es la admiración del mundo. Ha sido calificada como la «catedral de Europa», sobre todo, por la sensibilidad espiritual, litúrgica, arquitectónica y ecológica que el genial arquitecto Antoni Gaudí, inspirado por el Espíritu Santo y movido por su devoción a la sagrada familia de Nazaret, dio a su obra.
Antoni Gaudí fue un niño de salud delicada, lo que le obligó a pasar largas temporadas de reposo en la masía familiar de Riudoms. Allí pasó muchas horas contemplando la naturaleza, que consideraba su gran maestra por ser la obra suprema del Creador. Lo que inicialmente era una cruz para el joven Gaudí, se convirtió en una gran fuente de vida y de creatividad.
Gaudí consideraba que la naturaleza era el gran libro que debíamos esforzarnos en leer. Era necesario hacer este esfuerzo por entenderla con el objetivo de aplicar sus características en su arquitectura.
Gaudí era consciente de que detrás de toda la belleza y misterio de la creación estaba Dios Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Un Dios trinitario que es familia, que para entrar en la creación escogió a una familia sencilla en un lugar perdido del imperio romano, en la tierra de Israel donde, hoy, lamentablemente, se vive una situación dramática de guerra.
Gaudí, que admiraba a san Francisco de Asís, compartió con él su amor a la pobreza, a la sencillez y a la naturaleza creada por Dios. Gaudí, a imitación de san Francisco, iniciador de la representación del belén, quiso hacer su particular representación del belén en la fachada del nacimiento de la Sagrada Familia, en la que también incorporó muchos elementos de la naturaleza.
Queridos hermanos y hermanas, os deseo un feliz y santo año nuevo. Roguemos a Dios por la paz en nuestros hogares y todo el mundo. Pedimos con fe: Guia, Señor, nuestros pasos por caminos de paz (cf. Lc 1,79).
† Card. Juan José Omella Omella
Arzobispo de Barcelona
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