El nuevo Papa está cambiando el discurso sobre la homosexualidad, desaparecen las condenas, menguan las críticas y no solo eso, sino que pide una valoración de la persona. Como siga así, Francisco va a ser un maravilloso terremoto progresista:

"Dije que si una persona homosexual tiene buena voluntad y busca a Dios, yo no soy quién para juzgarla. Al decir esto he dicho lo que dice el Catecismo. La religión tiene derecho de expresar sus propias opiniones al servicio de las personas, pero Dios en la creación nos ha hecho libres: no es posible una injerencia espiritual en la vida personal"

"Una vez una persona, para provocarme, me preguntó si aprobaba la homosexualidad. Yo entonces le respondí con otra pregunta: ‘Dime, Dios, cuando mira a una persona homosexual, ¿aprueba su existencia con afecto o la rechaza y la condena?'. Hay que tener siempre en cuenta a la persona. Y aquí entramos en el misterio del ser humano. En esta vida Dios acompaña a las personas y es nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con misericordia. Cuando sucede así, el Espíritu Santo inspira al sacerdote la palabra oportuna".

Ojalá siga su santidad así, buscando ese respeto y tendiendo puentes. Es estupendo que un Papa cambie el nefasto discurso de condenas.

PD: En el día de ayer, la Caverna censuraba parte de las palabras del Papa y retiraba los comentarios de los lectores en el artículo. Hasta que extremo y apuro están llegando cuando las bofetadas ya no se las lleva otros sino ellos