Mensaje de Pedro Salinas tras recibir el premio 'Protección a la Infancia' Ya no es posible ocultarlo
Gracias de corazón por este reconocimiento. Lo valoro mucho, pues conozco los casos de algunos de los presentes y de la lucha que siguen corajudos sobrevivientes y activistas en España, exigiendo rendición de cuentas y denunciando los abusos en la iglesia católica
Juan Cuatrecasas, junto a su familia, a la que aprecio mucho y conocí personalmente en 2019, son un referente para mí de lo que es la resiliencia y la perseverancia en este tipo de luchas por exponer la verdad, que no suelen ser cortas, sino más bien prolongadas y, algo no menos importante: bastante desiguales
Un periodista tiene el deber de buscar la verdad, y contarla. Pero también debe ser agradecido cuando, en otras latitudes, se topa, se encuentra y se reconoce con personas que luchan por lo mismo.
Un periodista tiene el deber de buscar la verdad, y contarla. Pero también debe ser agradecido cuando, en otras latitudes, se topa, se encuentra y se reconoce con personas que luchan por lo mismo.
| Pedro Salinas
Primero que todo, perdónenme por no estar presente, aunque estoy bien representado por mi buen amigo Raúl Tola, también periodista como yo, y que ha seguido de cerca el Caso Sodalicio en el Perú.
Dicho esto, gracias de corazón por este reconocimiento. Lo valoro mucho, pues conozco los casos de algunos de los presentes y de la lucha que siguen corajudos sobrevivientes y activistas en España, exigiendo rendición de cuentas y denunciando los abusos en la iglesia católica.
Recibo esta distinción con gratitud y orgullo. Por el honor que significa para mí y por la emoción de enterarme de esta noticia por Juan Cuatrecasas, quien, junto a su familia, a la que aprecio mucho y conocí personalmente en 2019, son un referente para mí de lo que es la resiliencia y la perseverancia en este tipo de luchas por exponer la verdad, que no suelen ser cortas, sino más bien prolongadas y, algo no menos importante: bastante desiguales.
Solo quiero decir que, como periodista, al lado de mi colega y amiga, Paola Ugaz, solo cumplimos con nuestra obligación en esta historia larga y extenuante, que nos ha tomado años de investigación y denuncias, y que ha impactado enormemente en todos los ámbitos de nuestras vidas. En todos.
Sin embargo, a diferencia de otras historias en las que también he dejado algo de pellejo, en esta, que ha consistido en exponer los abusos de una organización católica de origen peruano, de características sectarias y evidentemente mafiosas, hubo un compromiso adicional, de motivaciones humanitarias, pues nadie queda indemne luego de entrevistar a víctimas y constatar los daños causados en ellas por culpa de estos miserables e inescrupulosos depredadores que usan la religión como pretexto para abusar de menores de edad.
Eso, el compromiso con los sobrevivientes, nos ha dado gasolina de sobra para continuar con este Caso, que aún no culmina, a pesar de las represalias y las persecuciones mediáticas y judiciales que ha emprendido el Sodalicio contra nosotros desde el año 2018 hasta la fecha.
Me gustaría terminar estas líneas de gratitud, citando una reflexión de Mario Vargas Llosa, en un texto añejo publicado en 2003:
“Antes, los escándalos podían ser ocultados y los pedófilos y acosadores sexuales salirse con la suya, como sigue ocurriendo todavía en las sociedades cerradas y sometidas a la dictadura religiosa. En las sociedades abiertas ello ya no es posible, porque la libertad ha ido abriendo todas las puertas y haciendo que lo que antes permaneciera tapado y escondido se ventile a plena luz y llegue a los diarios, las pantallas de televisión y los tribunales”.
En fin. Una vez más, gracias por este reconocimiento. Un periodista tiene el deber de buscar la verdad, y contarla. Pero también debe ser agradecido cuando, en otras latitudes, se topa, se encuentra y se reconoce con personas que luchan por lo mismo.
Muchas gracias,
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