Cuidado con los WhatsApp
La clave de su éxito está en que se difunde con rapidez y llega a mucha gente.
Al propagarse una historia impactante sin control ni réplica, y presentada como creíble, se convierte inmediatamente en viral. De hecho un estudio del prestigioso MIT confirma que las noticias falsas se difunden seis veces más rápido que las reales.
La manipulación y la desinformación no son algo nuevo sino que existen desde hace siglos. La novedad es que ahora, en plena crisis de credibilidad de los medios de comunicación tradicionales, la propaganda es más eficaz (y peligrosa) que nunca, sobre todo si llega a tu móvil sin filtros.
Un ejemplo de manipulación habilidosa de los WhatsApp lo constituyen Trump o Bolsonaro. El nuevo presidente brasileño no participó en debates de televisión ni hizo campaña en la calle tras ser apuñalado en un acto electoral. La popularidad de estos dos extravagantes tiene un gran aliado en los WhatsApp, que logran hacer funcionar como el boca-oreja de toda la vida. Y los mensajes que difunden impactan en el electorado, a pesar de que muchos de ellas son falsos o manipulados.
Los grupos populistas, especializados en sembrar inquietud a base de muchas protestas y pocas propuestas, han puesto en marcha herramientas que manejan como su propio canal informativo. Y consiguen que los votantes se fíen de ellos más que de la prensa, y que reboten los mensajes que les llegan.
Ese es el contexto político que nos rodea y ahí es donde debemos ser especialmente críticos con los mensajes que nos llegan.
Como ciudadano responsable que eres lo primero que te pido que hagas es que no des credibilidad ni rebotes ningún mensaje sin asegurarte previamente que lo dicho en él es verdad.