Vivir la vida amándola
Son muchos los autores que han desarrollado una idea que gira en torno a saber lo que queremos ser y hacer con nuestra vida; a encontrar nuestra vocación, disfrutar del viaje.
Es imprescindible, para ello, fijarnos objetivos teniendo en cuenta nuestras cualidades y aceptando nuestras imperfecciones. Para aprovechar y optimizar nuestros talentos, pero sin pedir peras al olmo.
Martin Seligman apuesta por ser realista. No se puede ser positivo en todas las ocasiones. Y dice, como ejemplo, que la persecución sistemática de la felicidad no te hace feliz, porque el perfeccionismo es dañino.
Lo que esperamos es lo que nos hará felices, dice Daniel Gilbert.
La felicidad no depende del dinero, dice Ricahrd Layard. Y ha demostrado que desde 1946 la renta se ha cuadriplicado y la felicidad se ha estancado.
Barbara Fredrickson habla de la espiral de lo positivo: saborear los momentos y confiar en uno mismo. Porque , dice, Nuestra actitud ante un acontecimiento tiene el poder de transformarlo.
Ben-Shahar recomienda “el optimismo, la pasión y el esfuerzo” como elementos indispensables para tener éxito.
Muchos otros autores dan recomendaciones para vivir la vida y amarla: cuidar nuestras relaciones, conectarnos, espolear la curiosidad, conversar, escribir, gratitud, rituales, reflexionar, hacer ejercicio, benevolencia, meditación, creer en nosotros y en los demás, aprender a errar, errar al aprender, darnos permiso para ser humanos, confiarnos, simplificar y no olvidar el cuidado de nuestro cuerpo.