¿Cómo puede ser xenófobo un político cristiano?
En la Biblia queda muy claro que: Al forastero que reside junto a vosotros, lo miraréis como a uno de vuestro pueblo; y lo amarás como a ti mismo; pues forasteros fuisteis vosotros…. Venid, benditos de mi Padre, porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis…..
Me da miedo el político que se dice creyente pero que desprecia y manipula al pobre y olvida que los inmigrantes son hijos de Dios.
Me da miedo la visión sesgada de la realidad que tiene un político que no reconoce que los inmigrantes no son invasores sino personas desesperadas que huyen del hambre y de la violencia.
Me da miedo que un político no quiera abordar las causas por las que tantos inmigrantes huyen de sus países.
Me da miedo el político que no quiere reconocer el interés de las multinacionales, con la complicidad de su gobiernos, por hacerse con los recursos de países que merced a esos recursos no son pobres pero sí empobrecidos, ya que no les dan ni las migajas de los beneficios obtenidos.
Me da miedo el político que fomenta el odio y cuyo discurso está en contra del humanismo que emana de los Derechos Humanos y de la Doctrina Social de la Iglesia.
La inmigración es, ciertamente, un asunto complicado y difícil. No lo va resolver el buenismo demagógico de unos políticos ni los discursos xenófobos y racistas de otros. Hay que abordarlo con visión política asentada en la solidaridad y el sentido de justicia.