El forense Alfonso Sánchez dice que la investigación recogida es compatible con lo que narran los evangelios "La Sábana Santa y el Sudario de Oviedo contuvieron el cadáver de la misma persona, y las hipótesis apuntan a Jesús de Nazaret"
"Desde el punto de vista científico todavía hay cosas más sorprendentes: estamos todavía a dos velas sobre cómo se produjo la imagen que está impresa en la Sábana Santa, y en pleno siglo XXI, no tenemos nada para hacer algo que se le parezca ni remotamente"
"Desde el punto de vista científico, si queremos evitar la palabra milagro, la única explicación científica que nos queda es que se ha utilizado una tecnología que no está disponible ni somos capaces de imaginar"
Alfonso Sánchez Hermosilla, vicepresidente de investigación en el Centro Español de Sindonología y director del equipo de investigación, ha participado recientemente en las II Jornadas sobre la muerte de Jesús, organizadas por el Instituto Bíblico y Oriental (IBO), dentro de su faceta como divulgador científico que le da su trayectoria como estudioso de la Sabana Santa de Turín y el Sudario de Oviedo, del que es un experto.
Sobre este último asegura destaca la complejidad de la información que contiene, "de nuevo totalmente compatible con lo que nos cuentan los evangelios". "Hemos tenido que recurrir a todo lo que la tecnología y la ciencia criminalística nos pueden brindar en estos momentos y hacer un gran ejercicio intelectual para poder desenmarañar la información que contiene, y que no está terminada ni mucho menos esa línea de investigación", señala el forense en esta entrevista con RD.
¿Qué aspecto considera el más importante de los que aporta la Sábana Santa?
Para empezar, no podemos estar seguros de la identidad de la persona que fue amortajada con la Sábana Santa, suponemos que es Jesucristo, pero desde el punto de vista científico, no tenemos ningún dato a favor, tampoco ninguno en contra, así que la identidad, lamentablemente, es un misterio y seguirá siéndolo, y todo apunta a la hipótesis de que efectivamente fuera Jesús de Nazaret.
Y lo más importante que aporta para un creyente es que todos los hallazgos son compatibles con lo que nos cuentan los evangelios; para un no creyente, pero que tenga un interés histórico, los análisis aportan que todo se ajusta a lo que se cuenta del personaje histórico de Jesús de Nazaret y es concordante con los usos y costumbres de la época en esa zona, sobre lo que podía haber hecho la comunidad judía o las autoridades romanas con un condenado a muerte.
Pero desde el punto de vista científico todavía hay cosas más sorprendentes: estamos todavía a dos velas sobre cómo se produjo la imagen que está impresa en la Sábana Santa, y en pleno siglo XXI, no tenemos nada para hacer algo que se le parezca ni remotamente. Estamos pensando en instalar una colonia permanente habitada en Marte, pero no tenemos medios para hacer lo que se parezca a la Sábana Santa…
¿Qué explicación dan desde un punto de vista científico quienes no tienen ninguna repuesta para esto ni tampoco ninguna relación con la fe?
Desde el punto de vista científico, si queremos evitar la palabra milagro, la única explicación científica que nos queda es que se ha utilizado una tecnología que no está disponible ni somos capaces de imaginar.
¿Cuál es el aspecto más destacado con respecto al Sudario de Oviedo?
Sobre todo, la complejidad de la información que contiene. La Sábana Santa, aparentemente, y lo digo porque no se ha utilizado toda la tecnología que nosotros hemos usado con el Sudario de Oviedo, si obviamos el tema de la formación de la imagen, que contienen las manchas de sangre y los fluidos cadavéricos, es mucho más sencilla de interpretar que la que hay en el Sudario, simplemente por un detalle: las cosas que le hicieron al cadáver en la zona de la cara y de la cabeza fueron mucho más complejas que en el resto del cuerpo y, además, se hicieron de una forma previa a que se amortajara con la Sábana Santa.
Esto supone, además, que ahí hay una información interesantísima, de nuevo totalmente compatible con lo que nos cuentan los evangelios y que yo, como forense, cabría esperar en una situación como esa de un condenado a muerte en aquella época y que sufría ese tipo de tortura y de muerte. Pero se trata de una información muy compleja. Hemos tenido que recurrir a todo lo que la tecnología y la ciencia criminalística nos pueden brindar en estos momentos y hacer un gran ejercicio intelectual para poder desenmarañar la información que contiene, y que no está terminada ni mucho menos esa línea de investigación.
Y desde el punto de vista médico forense, ¿qué certezas nos brinda ambas piezas?
La certeza de que las dos piezas contuvieron el cadáver de la misma persona, que sufrió la misma tortura y muerte en todo similar a la que cuentan los evangelios, que falleció con toda certeza, que no hay signos de putrefacción, es decir, que algo pasó con el cadáver. Lógicamente, la hipótesis más asequible y que todo el mundo no creyente piensa, es que el cadáver fue robado, pero tampoco está probado que esto ocurriera.
¿Cuál es el aspecto más destacado que desde el Centro Español de Sindonología se ha ofrecido sobre el Sudario de Oviedo a la comunidad científica?
La constancia, porque ha habido muchas personas que a lo largo de la historia las ha movido el interés, han investigado uno o ambos objetos, pero han sido hechos puntuales durante un tiempo, en alguna ocasión durante varios años, pero luego se acabó la investigación y el interés, se publicaron sus descubrimientos, se dieron algunas conferencias, pero se les puede considerar desaparecidos en combate.
Nosotros llevamos ya 35 años investigando de forma continuada, sin lapsos de tiempo muertos entre medias, estudiando sobre todo el Sudario, pero también la Síndone de Turín. Una constancia, además, con los medios de que disponemos, es decir, ninguno, exclusivamente con la capacidad de trabajo y para sufragar de su bolsillo el coste de las investigaciones y los desplazamientos y alojamiento de cada uno de los miembros del equipo.
¿De quién depende el Centro Español de Sindonología?
Exclusivamente de sí mismo, es decir, de los socios y los investigadores.
¿Qué reflexión sobre la Sábana Santa y el Sudario de Oviedo hacen los investigadores que no tienen fe?
Entre nuestro equipo de investigadores hay que decir que los hay ateos, agnósticos e incluso algún no cristiano. Yo sólo conozco a dos clases de científicos: los que no tienen prejuicios, y ese es el que de verdad es objetivo y aporta información válida, no solo a la ciencia, sino a la humanidad, porque esa falta de prejuicios le permite tener la mente y los ojos abiertos a cualquier fenómeno y a interpretarlo desde la ciencia y no desde los sentimientos .
Y luego están los científicos que sí tienen prejuicios y que raramente aportan algo interesante, porque van por el mundo con sus anteojeras y sólo atienden a lo que encaja con su propia visión parcelada del mundo. ¿Consecuencias? Que el científico que no tiene prejuicios, independientemente de sus creencias o no creencias, los hechos científicos que se van produciendo sobre este tema no le ocasionan ningún problema, al contrario que el que sí los tiene, que no los acepará nunca, aunque se le demuestren veintisiete veces con veintisiete métodos diferentes.