Es también el Día de la Caridad, en esta ocasión con el lema “Tú tienes mucho que ver. Somos oportunidad. Somos esperanza”. Mons. Francisco Prieto invitó a comprometerse con los más necesitados: “no podemos ser meros espectadores de estos momentos de crisis acumuladas, sino agentes de una esperanza que sana las heridas de tantas injusticias, necesidades y carencias, testigos de una caridad creativa que denuncia y anuncia, que acompaña y promueve abriendo oportunidades y nuevas puertas a una vida más digna y justa”.
En este sentido, el prelado compostelano indicó que la caridad no puede ser meramente paliativa o asistencial, sino que debe ser preventiva, curativa y propositiva, es decir, se trata de acompañar, abrir puertas, ofrecer posibilidades que permitan vivir con justicia y dignidad.
Mons. Prieto expresó su agradecimiento a todos los diocesanos y en especial a todos los que desde Cáritas y otras instituciones eclesiales y cristianas son el rostro samaritano de la Iglesia: “¡Gracias a tantas personas voluntarias, trabajadores y agentes comprometidos en la acción sociocaritativa!”
Mons. Prieto terminaba su homilía con estas palabras: “Que la comunión de Cristo Eucaristía, Pan para la vida del mundo, haga de nuestras vidas creyentes un verdadero pan que se comparte con aquellos que siendo los últimos son los primeros para Dios, con aquellos que tantas veces olvidados por nuestra indiferencia siempre permanecen en el corazón misericordioso del Padre”.
En A Coruña, el arzobispo presidió la Eucaristía en la Iglesia de San Jorge a las 11:30. A continuación, se desarrolló la tradicional procesión con el Santísimo hasta la Colegiata y posterior bendición.
Ya por la tarde y en Santiago, D. Francisco presidió la Eucaristía en la Catedral compostelana, que comenzó a las 19:30hs. Una vez finalizada la celebración comenzó la solemne procesión eucarística con el Santísimo colocado en la custodia monumental, portada en un carro engalanado, realizada en el siglo XVI por Antonio de Arfe. Desde el punto de vista histórico-artístico es una oportunidad única de contemplar el arte de este taller de orfebrería, ya que la custodia de la Basílica compostelana es una de las mejores piezas de su tipo de toda la Península Ibérica.
Se trata de una custodia monumental, destinada a exponer el Santísimo Sacramento, que fue encargada por el Cabildo compostelano en 1539, en tiempos del arzobispo Fonseca, al taller vallisoletano de los hermanos Juan y Antonio Arfe, artífices de otras custodias monumentales, entre las que destaca la de la catedral de Toledo. Los estudiosos opinan que la pieza compostelana sirvió de modelo para posteriores diseños. La procesión discurrió por las rúas Nova y do Vilar, para llegar hasta la plaza de Praterías, donde se impartió la bendición con el Santísimo.
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