Implanta el sistema Editran, con el que controla en tiempo real todas las cuentas de todas las parroquias Monseñor Zornoza administra la diócesis de Cádiz y Ceuta como una empresa
El sistema se llama Editran, “plataforma segura de comunicaciones que permite la conectividad entre empresas y entidades financieras”, según el decreto episcopal, ha sido contratado a la empresa Indra
Un decreto, firmado por el prelado, con el que implanta un nuevo sistema con el que va a controlar en tiempo real los movimientos bancarios de las cuentas de todas las parroquias, cabildos y seminarios
El problema del sistema implantado en la diócesis por monseñor Zornoza es que se trata de una forma de saltarse la Ley de Protección de Datos
El segundo problema con el que se topa el nuevo sistema es que ya no tiene sentido la personalidad jurídica, porque el párroco autoriza a un sistema, que no es el representante legal, para que se sitúe entre él y los bancos, y de camino le pase información a la diócesis
El problema del sistema implantado en la diócesis por monseñor Zornoza es que se trata de una forma de saltarse la Ley de Protección de Datos
El segundo problema con el que se topa el nuevo sistema es que ya no tiene sentido la personalidad jurídica, porque el párroco autoriza a un sistema, que no es el representante legal, para que se sitúe entre él y los bancos, y de camino le pase información a la diócesis
Hace años que al obispo de Cádiz y Ceuta, monseñor Zornoza, se le acusa de regir su diócesis no como un padre al servicio de sus fieles, sino como un empresario puro y duro. Esta dinámica alcanza ahora su apogeo con un decreto, firmado por el prelado, con el que implanta un nuevo sistema con el que va a controlar en tiempo real los movimientos bancarios de las cuentas de todas las parroquias, cabildos y seminarios.
El sistema se llama Editran, “plataforma segura de comunicaciones que permite la conectividad entre empresas y entidades financieras”, según el decreto episcopal, ha sido contratado a la empresa Indra. Con él, el ecónomo diocesano tiene acceso, en tiempo real, sin tener que preguntar ni recibir autorización, a cualquier movimiento bancario y a cualquier cuenta bancaria de párrocos, cabildos y seminarios.
El problema del sistema implantado en la diócesis por monseñor Zornoza es que se trata de una forma de saltarse la Ley de Protección de Datos. Hay que recordar que el ecónomo diocesano de Cádiz solicitó, hace unos tres años, información de determinadas cuentas bancarias, a determinados bancos, con un decreto episcopal que atentaba contra la Ley de Protección de Datos, por no ser titular de las cuentas de las cuales solicitaba información. Ahora, ha encontrado el camino para hacer lo mismo, pero sin saltarse la Ley, aunque necesita que los párrocos den la información.
Y es que la administración diocesana no podía acceder a los movimientos de las cuentas corrientes de las parroquias sin autorización de los párrocos. Con este sistema nuevo, al “facilitar” los párrocos los datos de las cuentas, el obispado no necesita solicitar autorización.
El segundo problema con el que se topa el nuevo sistema es que ya no tiene sentido la personalidad jurídica, porque el párroco autoriza a un sistema, que no es el representante legal, para que se sitúe entre él y los bancos, y de camino le pase información a la diócesis.
De hecho, el sistema Editran está pensado para ayuntamientos, empresas y entidades que tienen centralizada la tesorería. Al aplicarlo en su diócesis, por lo tanto, Zornoza da un paso más en la conversión de la entidad eclesial en una empresa.
¿Es legal canónicamente un sistema como éste? Según los canonistas consultados por RD, “el decreto dice que se informe a los párrocos y que éstos faciliten la información. El problema es si un párroco se niega a entregar la información”.
De hecho, primero se contrató el sistema Editran y, tres meses después, se comenzó a informar a los párrocos.
¿Qué le puede pasar al párroco que se niegue a asumir el nuevo sistema? Los que conocen bien la situación del presbiterio gaditano aseguran que “aunque sea a regañadientes y murmurando por detrás, es tal la situación de miedo imperante que ningún párroco se atreverá a rechazarlo”. Y sobre los que no acepten siempre penderá la espada de Damocles de la remoción o de la no renovación parroquial.
Todo un acabado diseño de funcionamiento empresarial para una diócesis que, según el Papa Francisco, no pueden ser negocios ni regirse sólo por criterios de eficiencia, sino como una comunidad de hermanos, que coloca siempre en el centro a los más pobres.
Hemos pedido la versión de la diócesis de Cádiz-Ceuta sobre el tema, pero el obispado de monseñor Zornoza no han querido contestar a nuestra solicitud.
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