El sacerdote, que se ordenó hace seis meses, se encontraba junto al electricista, también fallecido La muerte de Rubén, el cura de La Paloma, eleva a cuatro las víctimas de la explosión en el centro de Madrid
El fallecido recibió la extremaunción de manos de su hermano Pablo, también presbítereo
Rubén Pérez Ayala, uno de los sacerdotes de la parroquia de La Paloma, falleció esta madrugada en el hospital de La Paz tras dos operaciones, tal y como ha adelantado la Cope y ha podido confirmar RD. Son ya cuatro las víctimas de la explosión en el edificio parroquial de la calle Toledo.
Rubén, que se había ordenado hace justo seis meses, se encontraba en el lugar de la explosión junto a David Santos, el joven electricista y feligrés de La Paloma, que había ido a echar una mano porque la caldera no funcionaba. El joven recibió la extremaunción de manos de su hermano Pablo, también presbítero, según adelanta RC.
Fuentes cercanas al sacerdote explicaban que Rubén Pérez estaba en estado "crítico". Tenía numerosas fracturas y la pelvis destrozada, se encontraba intubado y los médicos intentaban estabilizarlo para poder llevarlo quirófano. "Rubén está en la UCI por la gran explosión del edificio de Madrid y van a operarle ahora de urgencia. Viví con el un año en tierra santa. Rezar por él para que salga vivo", decía uno de sus amigos a través de Twitter.
Pedimos que recéis por que no haya víctimas. Son los salones y la vivienda de los sacerdotes de la parroquia. Los sacerdotes están atendidos por samur y fuera de peligro. Hay una persona laica que estaba allí que no se la localiza. https://t.co/sXpAnrlZyC
— Virgen de la Paloma ⛪️ (@ParroquiaPaloma) January 20, 2021
Efectivamente, Rubén sería operado en La Paz y salía de quirófano a última hora de la tarde. Sin embargo, ha fallecido a lo largo de la noche.
A Rubén se le dio en principio por desaparecido, pero logró salir del edificio semiderruído por su propio pie. De 35 años de edad, Rubén Pérez se ordenó sacerdote el pasado 20 de junio en la catedral de La Almudena y dio su primera misa al día siguiente, precisamente en la parroquia que ha saltado por los aires.
