Ovacionado en Tivissa en su primera eucaristía como obispo coadjutor de Urgell Serrano: "Siempre tendréis abiertas las puertas de la Iglesia de Urgell"

Serrano, ovacionado en Tivissa, su localidad natal
Serrano, ovacionado en Tivissa, su localidad natal Flama

En Tivissa, los siete días de la creación también han sido, esta pasada semana, los siete días en los que prácticamente no ha habido ningún vecino que no haya entrado en una conversación sobre la ordenación episcopal y la toma de posesión como obispo coadjutor de Urgell de Josep Lluís Serrano, el pasado 21 de septiembre

Todos sabéis que las puertas de la Iglesia de Urgell estarán abiertas siempre que lo necesiten”, respondía Serrano, al final de la eucaristía. Lo hacía, eso sí, contemplando, abierta, la única puerta de acceso al templo, taponada por un grupo de vecinos y vecinas desde el principio de la celebración que no querían perderse una misa que ya es historia de Tivissa

(Flama).- En Tivissa, los siete días de la creación también han sido, esta pasada semana, los siete días en los que prácticamente no ha habido ningún vecino que no haya entrado en una conversación sobre la ordenación episcopal y la toma de posesión como obispo coadjutor de Urgell de Josep Lluís Serrano, el pasado 21 de septiembre.

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Así, las mismas calles donde las anécdotas de esta "histórica ceremonia", como la calificaba el alcalde de esta localidad tarraconense, Joan Cedó, corrieron durante toda la semana pasada, eran por donde aparecía, este pasado domingo, el hijo ilustre de esta población para presidir, como obispo, la primera eucaristía en la iglesia de Sant Jaume; "en tu casa", en palabras del joven párroco tivissano Ruben Garcia.

Esta joya de la arquitectura gótica se convertía, así, en el epicentro de una celebración orquestada durante toda la semana por la parroquia y el consistorio, y se llenaba a rebosar —como en la Seu d'Urgell, con sillas supletorias— para recibir al nuevo prelado, ovacionado durante una emotiva entrada por el pasillo central del templo.

Josep Lluís Serrano, en la parroquia de Tivissa
Josep Lluís Serrano, en la parroquia de Tivissa Flama

“Permítanme dar las gracias a todos los tivisanos y comarcanos que me acompañáis —señalaba Serrano durante la eucaristía—, y, en especial, a las dos hermanas misioneras de la caridad provenientes de Mozambique, donde empecé mi tarea sirviendo en la Santa Sede”, en 2012.

Un joven rodeado de libros

Este episodio, pero también otros como los de su formación sacerdotal en pueblos de la diócesis que estaban representados en su consagración episcopal, fueron determinantes para que “el joven que, mientras la mayoría jugábamos a fútbol, se dedicaba a nutrirse espiritualmente rodeado de libros”, tal y como lo definía Cedó, se convirtiera “en toda una institución religiosa y política”, añadía. Unos libros, como los de San Juan de la Cruz, a los que volvía a aludir, como lo hizo en la Catedral de la Seu d'Urgell, el obispo Serrano.

Con el corazón presente en Tivissa, pero con la mente ya en la Iglesia de Urgell, la celebración era la antesala de un aperitivo en la plaza de la Iglesia de la localidad en la que cada uno de los vecinos podía incorporar gastronómicamente aquello que supiese cocinar. “Así lo decidimos durante el viaje de regreso con motivo de su ordenación como obispo coadjutor —remarcaba una de las vecinas de la población, implicada en la peregrinación diocesana que arropó a Serrano Pentinat—, y durante esta semana hemos sugerido una lista de comidas para que, al menos, no todo fueran tortillas de patata”.

Josep Lluís Serrano, bendiciendo a sus vecinos de Tivissa
Josep Lluís Serrano, bendiciendo a sus vecinos de Tivissa Flama

Esto ocurría antes de que tanto el pueblo de Tivissa como el consejo parroquial, uno de los más activos de esta diócesis, hiciera entrega de varios obsequios al prelado, como una réplica de la iglesia parroquial hecha de resina y un cuadro con el paisaje de Tivissa “para tenernos presentes en tu prometedor pontificado en la Seu d'Urgell”, como remarcaba el alcalde desde el presbiterio.

“Todos sabéis que las puertas de la Iglesia de Urgell estarán abiertas siempre que lo necesiten”, respondía, a su vez, Serrano, al final de la eucaristía. Lo hacía, eso sí, contemplando, abierta, la única puerta de acceso al templo, taponada por un grupo de vecinos y vecinas desde el principio de la celebración que no querían perderse una misa que ya es historia de Tivissa.

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