Monseñor Prieto invita a vivir este tiempo como una "sementeira" de vida y esperanza La Semana Santa compostelana comienza al son de las gaitas y con un sermón cargado de espiritualidad

El sábado, 5 de abril, la Semana Santa de Santiago de Compostela comenzó oficialmente con la celebración del solemne pregón pronunciado por el geógrafo don David Muriel Alonso: "En cada piedra de esta ciudad eterna, en cada nota de las gaitas, y en cada paso de nuestras procesiones, se graba el eco de la fe que nos une"
El arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco Prieto, clausuró el acto con unas palabras cargadas de simbolismo y espiritualidad y recordando que: "Siempre, los caminos del Crucificado y Resucitado son caminos a recorrer"
La ceremonia combinó magistralmente música tradicional, conmovedores discursos y profundas reflexiones, dando comienzo a un período de intensa devoción religiosa y enriquecimiento cultural para la ciudad
La ceremonia combinó magistralmente música tradicional, conmovedores discursos y profundas reflexiones, dando comienzo a un período de intensa devoción religiosa y enriquecimiento cultural para la ciudad
(Archicompostela).- El sábado, 5 de abril, la Semana Santa de Santiago de Compostela comenzó oficialmente con la celebración del solemne pregón pronunciado por D. David Muriel Alonso. El acto se celebró en la histórica Iglesia del Convento de las Madres Mercedarias, un lugar impregnado de espiritualidad y con más de tres siglos de legado vivo. La ceremonia combinó magistralmente música tradicional, conmovedores discursos y profundas reflexiones, dando comienzo a un período de intensa devoción religiosa y enriquecimiento cultural para la ciudad.
El acto comenzó con la interpretación de una pieza por parte de un grupo de gaiteiros. Seguidamente, la presidenta de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Paciencia, anfitriona y organizadora del acto, Dª Mercedes Franqueira, dio la bienvenida a los presentes, resaltando la importancia de la colaboración entre las cofradías y la comunidad religiosa para mantener vivas las tradiciones de la Semana Santa compostelana.

Seguidamente, Dª Elena Bernárdez, presidenta de la Junta de Cofradías de Santiago de Compostela, ofreció unas palabras en las que subrayó el significado de estas celebraciones como un momento de encuentro, recogimiento y renovación espiritual, destacando la labor incansable de las cofradías en la organización de este importante evento anual.
La ceremonia contó con la presencia de mons. Francisco José Prieto Fernández, arzobispo de Santiago de Compostela; D. Ildefonso de la Campa Montenegro, director de Administración y Relaciones con las asociaciones de amigos del Camino de Santiago de la SA de gestión del Plan Xacobeo, en representación del presidente de la Xunta de Galicia; D. José Andrés Fernández Farto, vicario general del Arzobispado; D. Elisardo Temperán Villaverde, canciller del Arzobispado; Don José Fernández Lago, Deán canónigo de la catedral de Santiago; así como miembros de la Junta de Cofradías de Santiago, junto con numerosos concejales del Ayuntamiento, autoridades civiles y militares, cofrades y amigos de la Semana Santa.
Tradición y fe en el pregón
El acto tuvo como punto culminante el pregón pronunciado por D. David Muriel Alonso, quien fue presentado por Mercedes Franqueira como un destacado geógrafo, experto en patrimonio y defensor apasionado de las tradiciones religiosas.

Muriel Alonso comenzó su intervención expresando su gratitud hacia las cofradías y la Junta de Cofradías de Santiago por la invitación, manifestando su alegría por pregonar una Semana Santa «tan excepcional como la compostelana».
Reconoció de manera especial el trabajo de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Paciencia, responsable de la organización de este solemne acto y de la creación de un cartel que, según destacó, “no solo captura el pasado y presente de esta hermandad, sino que también enlaza con la tradición vallisoletana gracias a la imponente imagen del Cristo, obra del reconocido escultor gallego Gregorio Fernández”.
El pregonero aprovechó la ocasión para poner en valor la historia y la arquitectura de la iglesia del Convento de las Madres Mercedarias, calificándola como “un espacio sagrado que encarna espiritualidad, belleza y memoria, reflejo de la solidez de la fe a lo largo de los siglos”.
Muriel Alonso destacó la importancia de la lengua y las tradiciones gallegas como parte esencial de la identidad cultural y espiritual de Santiago de Compostela. Además, compartió su conexión personal con la ciudad, evocando cómo desde su infancia Santiago fue un destino recurrente de peregrinación y posteriormente, un lugar clave en su trayectoria profesional. Subrayó, especialmente, su colaboración en el proyecto “Hospitalitas” de la Fundación Las Edades del Hombre, una iniciativa que tuvo gran repercusión en Santiago, estrechando aún más su vínculo con la ciudad.
Un viaje histórico entre Santiago y Medina
En su pregón, el geógrafo trazó un puente histórico y cultural que conectó a Santiago de Compostela con Medina del Campo, ambas ciudades esenciales en el tejido religioso y patrimonial de la Corona de Castilla y el cristianismo. Medina, rememoró Muriel Alonso, fue durante los siglos XV y XVI un enclave fundamental para los peregrinos que transitaban hacia Santiago, contando con hospitales dedicados a su atención y con una activa devoción jacobea que se manifestaba en sus cofradías y templos.

El pregonero subrayó cómo las ferias internacionales de Medina atraían a comerciantes gallegos y cómo los vínculos económicos y espirituales entre ambas localidades eran facilitados por las instituciones de ambos lugares. Además, mencionó la figura de Isabel la Católica como otro nexo histórico, una soberana cuya vida estuvo marcada por la protección del Camino de Santiago y su relación con ambas ciudades.
El pregón destacó especialmente la figura de San Vicente Ferrer, un predicador que dejó huellas imborrables en ambas localidades. En Medina, instituyó las primeras procesiones de disciplina en 1411, mientras que en Santiago, sus sermones reforzaron la devoción al Apóstol. Muriel Alonso evocó el legado de este santo como un lazo espiritual que une a estas ciudades más allá del tiempo.
Paralelismos de Semana Santa entre Santiago y Medina
A lo largo de su intervención, Muriel Alonso señaló los estrechos paralelismos entre las Semanas Santas de Santiago y Medina del Campo. Desde los Vía Crucis comunitarios hasta procesiones emblemáticas como la de la borriquita el Domingo de Ramos, ambas ciudades comparten tradiciones que expresan el fervor religioso y el compromiso con la memoria de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
El pregonero destacó las características únicas de cada localidad, como las gaitas gallegas incorporadas en la música de las procesiones de Medina o los conciertos del ciclo “de Lugares y Órganos” en Santiago, mostrando que ambas comunidades encuentran en la Semana Santa un vehículo para expresar su fe y su identidad cultural.

Un cierre lleno de emoción y reflexión
El pregón culminó con unas palabras emotivas: “En cada piedra de esta ciudad eterna, en cada nota de las gaitas, y en cada paso de nuestras procesiones, se graba el eco de la fe que nos une. Que estas celebraciones no sean solo un recuerdo de la pasión de Cristo, sino una llamada a renovar nuestro compromiso con el amor al prójimo y con la esperanza”.
Con un tono inspirador, Muriel Alonso invitó a los presentes a vivir la Semana Santa como una oportunidad de introspección, unidad y crecimiento espiritual, deseando que Santiago continúe siendo un faro para los peregrinos de todo el mundo y un testimonio vivo de la pasión y la resurrección de Cristo.
Una llamada a la esperanza del arzobispo
El arzobispo de Santiago de Compostela, mons. Francisco Prieto, clausuró el acto con unas palabras cargadas de simbolismo y espiritualidad, marcando el inicio de una de las celebraciones más significativas para los creyentes. Hizo hincapié en la importancia de la Semana Santa como una oportunidad para reflexionar sobre el mensaje de Cristo, de quien expresó: «Es cruz entregada y esperanza resucitada».

Durante su intervención, subrayó el carácter acogedor de Santiago, con sus caminos que llevan al corazón de la ciudad, la Catedral, donde tantos peregrinos encuentran alivio al final de su travesía. «Con el corazón que salta de júbilo cuando por fin contempla la lejanía las torres de la catedral», dijo, ilustrando la emoción de los caminantes al alcanzar su destino.
El arzobispo también destacó la relevancia de la Semana Santa como una celebración que trasciende el sufrimiento, transformando el dolor de la cruz en la luz y alegría de la Resurrección. En sus palabras, remarcó cómo las procesiones por las calles de Santiago reflejan una humanidad que peregrina con esperanza, especialmente en este año jubilar, que lleva el título de «Peregrinos de la esperanza».
Finalmente, monseñor Prieto llamó a todos a vivir la Semana Santa como una «sementeira» de vida y esperanza, dejando atrás esclavitudes y avanzando hacia tierras prometidas. Cerró su intervención con una referencia entrañable a la figura de la Virgen María, acompañante de Cristo desde Belén hasta la cruz, como símbolo de amor y fe.
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