"La sensación de soledad crece entre las personas sin hogar en estas fechas" El taller ocupacional de la Fundación Arrels, la esperanza de Navidad en el corazón de Barcelona
En la trastienda de un establecimiento donde se ponen a la venta productos navideños como los que lucen en la mayoría de viviendas en estas fechas, un taller ocupacional reúne a un equipo de educadores sociales acompañando a una treintena de hombres sin hogar, de lunes a viernes, haciendo posible "que se sientan, como ellos dicen, útiles
| Xavier Pete, Agencia Flama
La calle Ample de Barcelona, en el distrito de Ciutat Vella, no es una de las más anchas de la ciudad —tiene un solo carril para los vehículos que circulan de una punta a otra—, pero su nomenclatura procede por la cantidad de transeúntes, con un corazón superior al tamaño normal, que deben pasar para acceder a uno de sus comercios, el que abrió la Fundación Arrels en el 2021.
Aquí es donde, en la trastienda de un establecimiento donde se ponen a la venta productos navideños como los que lucen en la mayoría de viviendas en estas fechas, un taller ocupacional reúne a un equipo de educadores sociales acompañando a una treintena de hombres sin hogar, de lunes a viernes, haciendo posible "que se sientan, como ellos dicen, útiles".
Así es como una de las educadoras, Anna Rodríguez, observa la forma en que se sienten los participantes de este taller, considerado de baja exigencia y donde, más allá de ver a personas sin vivienda hacer adornos navideños para quien sí tiene, “también se procura cuidar un trato caluroso entre todas las personas que hay a diario”, como sostiene esta trabajadora. Esto ha llevado a muchos de los usuarios que le frecuentan a considerarlo “como la única familia que se tiene”, continúa Rodríguez, vinculada a la fundación desde 1999.
El acceso a un trabajo, "un objetivo que alcanzan unos pocos"
Meinhard, Jaume, Pedro, Marcin y muchos otros de sus compañeros, que cambian la calle para convivir entre estas paredes, son el alma de un recinto que fue cedido por un socio de la fundación “con un gran corazón”, como detalla la educadora, para realizar esta tarea. "Los anteriores espacios dedicados a hacer talleres ocupacionales se nos quedaban pequeños ante la alta demanda de personas que querían entrar", recuerda. Después de un recorrido ascendente que ha permitido a esta entidad acabar vendiendo también sus productos digitalmente, "la calidad final -dice Rodríguez- es la base que les hace continuar con la energía necesaria". Sin embargo, como indica, “son pocos los que se acaban incorporando a la vida laboral“.
Con circunstancias personales duras, todos ellos observan la festividad de Navidad desde miradas diferentes, aunque predomine una concreta, la nacida desde el desconsuelo: “Cuando ven que se acerca la recta final del año y que volverán a vivirla, de nuevo, en la calle, la sensación que se crea en muchos de ellos es la de verse, desgraciadamente, en una situación de máxima soledad“, observa Anna Rodríguez. Sin embargo, es una soledad que se hace menos dolorosa por el hecho de saber que sus creaciones despertarán satisfacción en tiempos de reencuentros y de celebración: “Esta también es la esperanza de Navidad”, concluye la educadora.
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