Aboga por una Iglesia "humilde, pero no acomplejada": "Somos resto, pero no residuo" El ourensano Francisco José Prieto, nuevo arzobispo de Santiago: "Veño agarimar a iste pobo fiel"
El aspecto del interior templo catedralicio causó impresión por su excelencia y belleza, destacándose las pinturas en las bóvedas y las esculturas de la Capilla Mayor
El nuevo Arzobispo de Santiago de Compostela pronunció, en gallego y en castellano, una importante homilía
Discurso importante de saludos, agradecimientos, de consideraciones importantes para la Iglesia universal y la particular de Santiago, tan de O' camiño, como de la sinodalidad. Entre las varias citas, hubo una importante, la de Hannah Arendt: “Somos lo que vivimos”
Discurso importante de saludos, agradecimientos, de consideraciones importantes para la Iglesia universal y la particular de Santiago, tan de O' camiño, como de la sinodalidad. Entre las varias citas, hubo una importante, la de Hannah Arendt: “Somos lo que vivimos”
I.- Introducción:
Esta mañana, al principio con un espectacular cielo azul, y luego con muchas nubes, en el interior de la Catedral de Santiago de Compostela, tuvo lugar la llamada “Misa Estacional con motivo de la recepción en la Santa Apostólica Metropolitana Iglesia Catedral e inauguración del Ministerio episcopal y toma de posesión del Arzobispo metropolitano de Santiago de Compostela”, don Francisco José Prieto Fernández”. Ceremonia de toma de posesión, que no de ordenación episcopal, pues el orensano Prieto Fernández ya era obispo, obispo auxiliar. Un monseñor de verbo presto y muy elocuente, como escribimos ayer.
El aspecto del interior templo catedralicio causó impresión por su excelencia y belleza, destacándose las pinturas en las bóvedas y las esculturas de la Capilla Mayor, en el baldaquino y fuera de él, así como la luz y los brillos de las platerías del Altar Mayor. Es de justicia alabar el trabajo excepcional de tantas gentes que trabajaron en las últimas obras de rehabilitación de la Catedral, en su interior y exterior, desde que en 2009 fue aprobado el llamado “Plan Director de la Catedral”. ¡Enhorabuena a todos, especialmente al Director de la Fundación-Catedral, el canónigo don Daniel Lorenzo.
Me colocaron en sitio bueno para verlo todo, estando cerca de la tumba del Apóstol, el hijo de Zebedeo, y de sus discípulos, Atanasio y Teodoro. Y recuerdo lo escrito por el gastrónomo y glotón Castroviejo: “Esta eterna historia de Compostela arranca definitivamente del sepulcro apostólico descubierto tras presagios maravillosos”. Y si en la víspera, ayer, me fijé particularmente en Santiago Matamoros, no fue para incordiar, sino por tener en cuenta lo escrito por Ortega y Gasset en El espectador: “Las catedrales románticas fueron construidas en España al compás que hacían las espadas cayendo sobre los cuerpos de los moros”. “¡Santiago y cierra España!”, exclamó el Pizarro extremeño en tierra de indios incas.
Vayamos por partes: desde las diez horas de hoy, sábado día 3, obispos que salían de la Hospedería del Seminario Mayor, entraban en la catedral, camino de la Sacristía, por la puerta de la Inmaculada. Por allí se vió a don Leonardo, Obispo de Orense, abrazando a unos y otros (¡Qué gran abrazador es don Leonardo!). Después del rito de presentación del nuevo Arzobispo en la puerta principal de la catedral, mirando al Obradoiro, en presencia del Nuncio, de los cardenales y de los canónigos, se formó la procesión que, saliendo de la Sacristía llegó al Altar Mayor. Estuvo presidida por el Nuncio (papal) filipino, que no gallego, aunque por aquello de que no se sabe si el diplomático llegado del Oriente está o se le espera, o si sube o baja, pudiera ser también gallego. Después del fiasco de la terna para Madrid, dicen que don Bernardito ya ni parece gallego ni filipino, sino de Liliput, por ser muy “lili”.
Junto al Nuncio iban el arzobispo electo y el Administrador apostólico (antes Arzobispo de Santiago, don Julián), más adelante iba el cardenal Blázquez, al que saludé ayer-tarde en una rúa compostelana. Ya lo escribí y lo repito: Blázquez es como los santos pintados por el Greco; y es que los cretenses y abulenses, tan diferentes, la Mística junta y une. También estaban allí el cardenal Osoro, que, al mirar al cielo, se le forman “michelines” en la nuca. Y no faltó el cardenal Rouco, el cual, aunque mire de frente, parece que mira siempre de reojo.
Inauguración del ministerio episcopal del Arzobispo de Santiago de Compostela, Monseñor Francisco Prieto https://t.co/N4wnrUY4fd
— Diocese Santiago (@DioceseSantiago) June 2, 2023
Entre los obispos y arzobispos en la procesión -una veintena- estaba el obispo de Zamora, que en los últimos meses fue de susto en susto, y el obispo Secretario de la Conferencia Episcopal, con ese aire de superioridad muy merecido, pues casi es diplomático y no de aldea. Más adelante iban decenas de sacerdotes de las cinco diócesis gallegas, incluida la de Santiago de Compostela. En la primera fila de la derecha (mirando al Altar), en la nave central, estaba la familia del nuevo arzobispo, el hermano Fernando y la cuñada María, con sus tres hijos. Fernando llevaba traje azul claro y pajarita, otra pajarita, como de plástico y no negra. Reproduzco ahora lo escrito sobre esto en la crónica de ayer.
II.- Palabras del señor Arzobispo cesante, don Julián Barrio:
Don Julián, con un tono de emoción, citó a San Buenaventura en sus iniciales palabras de saludo a todos y de contento por el nuevo pastor diocesano, muy admirado, en su toma de posesión. “Nada empieza en la Iglesia con uno y nada termina con uno” señaló don Julián categóricamente y para humildad. Recordó que el nuevo Arzobispo pronto recibirá el “palio”, símbolo de la “potestad”, que es servicio, y que presidirá a todos en la caridad, en unos tiempos de complejos pastoreos. Advirtió el arzobispo zamorano que la vida es misterio y que vivir es bordar el misterio. Destacó la llamada de la Iglesia para que “nuestro hermano” dirija esta Archidiócesis y con fidelidad al Buen Pastor. Después de pedir a Francisco José que transmita al Papa la gratitud de la Iglesia peregrina en Santiago, concluyó su alocución: ¡Dios nos ayude y también Santiago Apóstol!
III.- Palabras del Nuncio de su Santidad, don Bernardito:
Saludó, en la tan alta representación que ostenta a todos, dando las gracias especialmente a don Julián Barrio, Administrador Apostólico hasta hoy y Arzobispo de Santiago durante treinta años. Destacó que el Santo Padre eligió a don Francisco José por sus cualidades conocidas, habiendo sido obispo auxiliar durante dos años, dándole la enhorabuena. Recordó el Nuncio al Apóstol Santiago, el primero en dar la vida por Jesús. Pidió confianza en el Señor, también para patrocinar vocaciones, y desde un lugar tan abierto al mundo.
He de señalar que me pareció ver que a don Bernardito le temblaban especialmente las manos; si así fuese en la realidad y no sólo por mi torpe percepción, ese fenómeno no tendría nada de extraño, pues sería prueba de la mucha tensión o las tensiones afrontadas últimamente.
IV.- Presentación de las Letras Apostólicas y su exhibición:
A instancia del representante papal, se presentaron y leyeron las Letras Apostólicas, empezando el Papa declarándose “Siervo y de los siervos”, con el saludo: “Salud y Bendición”, y terminando declarando que están firmadas las Letras en Letrán el 1 de abril de 2023, undécimo de su Pontificado, y con una especie de un Vº Bº de nada menos que de un “Protonotario”.
V.- El nuevo Arzobispo se sienta en la Cátedra con mitra y báculo:
El nuncio invita al nuevo Arzobispo a que se siente en la Cátedra. Lo que así hizo, con mitra colocada y báculo agarrado. Este momento fue particularmente emotivo y muy aplaudido. Con ocasión de “sentada nueva” en sede episcopal se oyen aplausos tan poco frecuentes en templos catedralicios, con frecuencia de grandes extravagancias en las tomas de posesión episcopales. Extravagancia fue escuchar “jotas” en la ordenación de monseñor Satué, sabio canonista, en la Catedral de Teruel). Y extravagancia fue ver las patadas de dantzaris en el presbiterio, pisando tumbas, en la ordenación de monseñor Prado, editor, en la Catedral del Buen Pastor, en Donostia. Al agarrar el báculo el nuevo Arzobispo de Santiago, recordé la etimología de la palabra que “imbecil”, que, curiosamente, significa el que no porta el báculo (sine baculo). ¿Seré débil o imbécil por no llevar báculo? Seguro que sí.
VI.- Santa Misa y Homilía del nuevo arzobispo:
Cantándose el Gloria, continuó la celebración de la Santa Misa, leyendo la primera Lectura (un texto del Libro de Jeremías,), y después de la lectura de un breve párrafo del Evangelio de San Marcos, el nuevo Arzobispo de Santiago de Compostela pronunció, en gallego y en castellano, una importante homilía, cuyo texto íntegro y de recomendable lectura, que está aquí en Religión Digital, de 21 minutos de duración, que doy por reproducido. Discurso importante de saludos, agradecimientos, de consideraciones importantes para la Iglesia universal y la particular de Santiago, tan de O' camiño, como de la sinodalidad. Entre las varias citas, hubo una importante, la de Hannah Arendt: “Somos lo que vivimos”.
La Santa Misa, después de la Liturgia de la Palabra, siguió de la manera establecida. El Prefecto de Ceremonias, don Elisardo, estuvo perfecto, no habiéndosele visto tan envarado como otras veces. Y el organista don Adrián, excepcional.
VII.- Rito de “acción de gracias”:
Se compuso de la Incensación del Botafumeiro, que es peculiaridad de la Catedral compostelana, movimiento pendular del botafumeiro, que de lado a lado del crucero, puede alcanzar la velocidad de 70 kilómetros/hora, datando el actual aparato incensario de 1851. Función fue perfumar los lugares en los que se colocaban los fieles y peregrinos, a ambos lados y no en la nave central, en la que se sentaban únicamente los canónigos.
Se cantó al tiempo el “Himno al Apóstol Santiago”, cuya letra comienza: “Santo Adalid, patrón de las Españas, amigo del Señor: defiende a tus discípulos queridos, protege a tu nación”. Los antisemitas protestarán otra vez: ¡un judío, patrón de España!
Salgo de la Catedral escuchando el Salve Regina, y al salir por la puerta de las Platerías, escribo lo mismo que Cunqueiro, pero al entrar: “Al salir de la catedral por la puerta de las Platerías saludo al rey David que allí está tan noblemente sentado, y le pido que pase, aunque sea una sola vez, el arco por las puertas de la viola. Porque estoy seguro de que aquí la piedra canta”.
VIII.- Concluida la ceremonia:
Subo con antiguos colegas, unos notarios y otros magistrados, a un microbús, y marchamos por la carretera antigua hacia Noia a un célebre restaurante, no a comer, como los bilbaínos, carne y bacalao, sino lenguados y abadejos, rulados en una lonja pontevedresa, la de Cambados. Y aprovecho para saludar a otro de Cambados, el escultor Leiro, el de los croques de ayer, crónica del viernes, cerca de los profetas del Pórtico glorioso. Antes de todo, tuve que escribir esto.
Para leer el texto completo de la homilía de monseñor Prieto, pinche aquí
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