Luciani y Becerril analizan en la U. Rafael Landívar de Guatemala la justicia y la esperanza como perspectivas teológicas Rafael Luciani: "Está emergiendo la conciencia de la sinodalidad como dimensión constitutiva de la Iglesia"

Rafael Luciani, (a la izda) y Jesús Becerril (dcha) en la universidad guatemalteca Rafael Landívar
Rafael Luciani, (a la izda) y Jesús Becerril (dcha) en la universidad guatemalteca Rafael Landívar

El lunes 31 de marzo del presente año se realizó, en el auditorio de la Universidad Rafael Landívar de la ciudad de Guatemala, la Conferencia Inaugural del año académico 2025 de la Facultad de Teología

La temática general del evento "invita a profundizar teológicamente las perspectivas de la justicia y los horizontes para la esperanza en los pueblos de América Latina y los grandes desafíos de la Iglesia en su proceso de transformación hacia una Iglesia sinodal"

El tema central de la Conferencia se titula: "Justicia y esperanza. Perspectivas teológicas". Y fue presentado por dos ponentes, l doctorando Jesús Becerril González del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC) y el Dr. Rafael Luciani de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, Venezuela

Ambos pensadores enfocaron sus ponencias desde la perspectiva latinoamericana de la justicia y la esperanza, la teología del buen vivir y la sinodalidad como dimensión constitutiva de la Iglesia

El lunes 31 de marzo del presente año se realizó, en el auditorio de la Universidad Rafael Landívar de la ciudad de Guatemala, la Conferencia Inaugural del año académico 2025 de la Facultad de Teología. La temática general del evento “invita a profundizar teológicamente las perspectivas de la justicia y los horizontes para la esperanza en los pueblos de América Latina y los grandes desafíos de la Iglesia en su proceso de transformación hacia una Iglesia sinodal”.

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El tema central de la Conferencia se titula: “Justicia y esperanza. Perspectivas teológicas”. Y fue presentado por dos ponentes. El primero, por el doctorando Jesús Becerril González del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC). Y el segundo por el Dr. Rafael Luciani de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, Venezuela. Ambos pensadores enfocaron sus ponencias desde la perspectiva latinoamericana de la justicia y la esperanza.

Rector
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Jesús Becerril: "El clamor por la justicia y el buen vivir en América Latina: horizontes de esperanza"

En primer lugar, Jesús Becerril comenzó su presentación subrayando algunas realidades negativas que actualmente agobian nuestro mundo. Se trata de unas realidades en donde la gestión de la crisis se ha convertido en mera supervivencia. La esperanza nos permite recuperar una vida en la que vivir sea más que sobrevivir. Hay que superar el resentimiento que polariza, los populismos sin pueblo. Superar los instrumentos de dominio como el miedo que convierte a las personas en presas fáciles de la extorsión y la falsa docilidad. Y es que nos da miedo pensar, expresarnos. Esto lleva al conformismo, a la expulsión de lo distinto, y por eso se impone la lógica de lo igual.

En segundo lugar, necesitamos construir con horizontes de sentido. Es aquí donde la esperanza nos pone en camino. Para Becerril,  la esperanza significa mirar a lo lejos, mirar al futuro. La esperanza nos abre los ojos, las mentes y el corazón a lo venidero. Ahora bien ¿de qué esperanza se trata? Se trata de la esperanza que nace de la desesperación más profunda. Como dice la carta a los Romanos 5,3-5: “nos gloriamos incluso de los sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento da firmeza para soportar, y esa firmeza nos permite ser probados por Dios, y el ser probados por Dios nos llena de esperanza. Una esperanza que no defrauda”. Por tanto, necesitamos afinar la mirada, agudizar el oído y sensibilizar las manos.

Según Becerril, la esperanza no le da la espalda a las negatividades de la vida, las asume, no aísla sino que vincula y reconcilia. “El sujeto de la esperanza es un nosotros”. La esperanza siempre es colectiva. La esperanza supone un movimiento de búsqueda hacia lo desconocido, hacia lo instransitado, hacia lo abierto, hacia lo que todavía no es. Lo que está por nacer. El ya pero todavía no”. La esperanza es búsqueda confiada y realista. La esperanza es “apertura a la posibilidad, a los otros mundos posibles, las otras espiritualidades posibles”. Aquí la teología tiene su función.

Jesús Becerril
Jesús Becerril

La esperanza ha llevado a muchas madres en México a buscar a los miles de desaparecidos. Es un lugar donde existen crucificados sin tumba. “En la búsqueda me doy cuenta”, dice Becerril citando a Jon Sobrino: ”¿será que la búsqueda –en sus distintas expresiones– es donde en esta hora de la historia se universaliza la esperanza?”. Esto tiene que llevar a un espiritualidad de resistencia. “Una espiritualidad que se resiste a vivir el horror sin dignidad, sin justicia, sin esperanza. Son los balbuceos que proceden de las llagas del cuerpo social herido; experiencias de dignidad con resiliencia y esperanza, marcadas por el amor compasivo” (Mendoza).

También se trata de una ecoespiritualidad del buen vivir que tiene que llevar a una teología del buen vivir. El buen vivir como experiencia evangélica. La teología del buen vivir “es la invitación a volver a la frescura, novedad, transparencia y profecía de aquel estilo de vida de Jesús con sus discípulas/os que anunciaban lo que en la Biblia se denomina Reinado de Dios o en términos indígenas Buen Vivir”. Se trata de una invitación a soñar de nuevo. “Soñar como metodología de discernimiento comunitario”. Por tanto, se trata de un sueño social. No podemos habituarnos al mal.

"La esperanza es fermento de revolución colectiva, catalizador de lo nuevo, de lo que queremos construir, del futuro y del presente dignos, de esa vida digna de la que habla el Evangelio"

En conclusión, para Becerril es importante reconstruir y sanar el cuerpo social, sanar el territorio. Recuperar las instituciones dañadas, la participación política. Orientar el Diálogo social desde una ecología de saberes y vivencias, visión poliédrica sin temor al conflicto. No dejarse llevar por el régimen de miedo que aísla y encierra. La indignación convoca, la esperanza congrega. “La esperanza es fermento de revolución colectiva, catalizador de lo nuevo, de lo que queremos construir, del futuro y del presente dignos, de esa vida digna de la que habla el Evangelio”. La esperanza es la afirmación comunitaria de la vida.

Rafael Luciani
Rafael Luciani

Rafael Luciani: "Hacia una Iglesia constitutivamente sinodal. Desafíos a la luz del Documento Final del Sínodo sobre la sinodalidad"

Por su parte, Rafael Luciani indicó en su presentación que “lo que hoy vivimos responde a una ‘ulterior recepción del Concilio’... basada en una comprensión madura de la Iglesia como Pueblo de Dios, sujeto comunitario e histórico”. De esta manera, añade, “cualquier valoración del proceso sinodal en curso (2021-2024) no puede leerse fuera de la dificultosa recepción global de la categoría conciliar de Pueblo de Dios y su interrupción a partir de los años 80. Tampoco puede valorarse sin la novedad actual de la dimensión pneumatológica de la Iglesia a la luz de la teología del sensus fidei fidelium, que ha puesto en práctica dinámicas como la escucha recíproca, el discernimiento en común y la elaboración compartida de decisiones, con el fin de construir un gran nosotros eclesial”.

A la luz de lo anterior, Luciani pretende “ofrecer algunos rasgos característicos de la figura de la Iglesia que va emergiendo en el proceso sinodal, en la que la sinodalidad es su esencia constitutiva. Esto se consolida en el Documento Final del Sínodo y plantea una serie de desafíospara la conversión y la reforma eclesial, tanto en los modos relacionales y comunicativos como en las estructuras institucionales de la Iglesia”.

En conclusión, Luciani terminó su ponencia sintetizando en modo magistral la novedosa afirmación siguiente: “está emergiendo la conciencia de la sinodalidad como dimensión constitutiva de la Iglesia, en la que esta no es simplemente el redescubrimiento de prácticas, sino de una figura de Iglesia fruto de una recepción madura del Concilio, en clave pneumatológica”. Es importante caer en la cuenta que estamos ante la emergencia “de una Iglesia, Pueblo de Dios que, en cuanto sujeto comunitario e histórico, es constitutivamente sinodal”.

En definitiva, ambos autores han subrayado, cada uno a su modo y desde una perspectiva teológica, el tema de la justicia y la esperanza en el caminar sinodal de esta iglesia latinoamericana.

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