"Estamos preparados con un 'plan B' en caso de tener que guardar cuarentenas en casa, Profesores y clase de Religión en la 'nueva normalidad'
La disposición a adaptar a la nueva realidad cualquier materia, no sólo la Religión, tendrá que estar siempre presente. Son “tiempos recios” como diría Santa Teresa, en los que estaremos siempre dispuestos a dar un paso al frente para colaborar en el bien común
| Raquel Pérez , Directora del Secretariado de Enseñanza de la CEE
La Enseñanza Religiosa Escolar, o la asignatura de “Religión” –como comúnmente se la conoce-, no es ajena a la dura situación que vive toda la sociedad ante el progresivo agravamiento de la pandemia, ni por supuesto a la particular circunstancia que viven los centros educativos en estos días en los que retoman su actividad en medio de este complejo escenario que, tal vez, pueda ser calificado de “emergencia educativa”.
Los profesores de Religión, como sus compañeros y compañeras de claustro, están poniendo lo mejor de sí mismos –como llevan haciendo desde el inicio de la pandemia- para que la vuelta al colegio pueda darse en las mejores condiciones para toda la comunidad educativa. La educación necesita de la presencia, de ahí el ímprobo trabajo de estas últimas semanas para que todo esté preparado para cuando los alumnos/as regresen a las aulas. La confianza en tiempos de incertidumbre, y la certeza de que Dios sostiene en sus manos nuestra historia personal y la Historia –con mayúsculas-, por más que en algunos momentos nos cueste entender lo que sucede a nuestro alrededor, es algo a lo que nos invita nuestra fe. En este sentido, el profesor de ERE tiene razones para la esperanza, motivos para compartirla y, con ella, apoyar y sostener a otros.
En principio, la nueva normalidad no tendría por qué afectar a la oferta de la asignatura ni a sus contenidos. Ahora sí que estamos preparados con un “plan B” en caso de tener que guardar cuarentenas en casa, y por supuesto, la disposición a adaptar a la nueva realidad cualquier materia, no sólo la Religión, tendrá que estar siempre presente. Son “tiempos recios” como diría Santa Teresa, en los que estaremos siempre dispuestos a dar un paso al frente para colaborar en el bien común.