Otras soluciones al problema sinóptico. La de Farrer-Goulder
(2-2-22; 1032)
Escribe Antonio Piñero
Sigo erre que erre comentando a S. Guijarro en su libro “Los cuatro Evangelios”. Por ahora los comentarios son más bien informativos. Pronto llegaremos a temas en los que las precisiones serán de un tono bastante más crítico, pero manteniendo la cortés actitud dialogante / discusión científica. Prometí que iba a explicar tres hipótesis distintas a la usual sobre la prioridad de Marcos y la existencia de la Fuente Q. Pero me temo que voy a “liar” a los lectores. Así que solo aclaro la de Farrer-Goulder.
Guijarro presenta en primer lugar en la p. 90 otra solución a las cuestiones planteadas por los paralelos y diferencias entre Marcoa, Mateo y Lucas: la de solución de Farrer –Goulder que consiste en eliminar la Fuente Que; postular que el Evangelio de Marcos es el prioritario cronológicamente; que este fue utilizado por Mt; y finalmente que Lucas conoció bien el Evangelio de Mateo y tomó de él, a veces literalmente esos 200 versículos que atribuimos a la Fuente Q. Por tanto esta no se ha perdido…, sino que no existió nunca. Lo cual explica que no se haya conservado ni un solo manuscrito.
Estoy de acuerdo con Guijarro en que esta hipótesis Farrer-Goulder es muy sencilla y que explica por qué coinciden Mateo y Lucas en 200 versículos que no se hallan en Marcos.
Y también de acuerdo cuando Guijarro aclara, en este misma página, las dificultades de esta solución tan sencilla. Son las siguientes:
1. Farrer-Goulder no aclaran cuál es el origen de esos 200 versículos comunes. La existencia de la Fuente Q sí lo aclara, aunque sea hipotética.
2 .En realidad la suposición de que Lucas solo copió de Mateo plantea la cuestión siguiente ¿De dónde tomó Mateo esos 200 versículos? La pescadilla que se muerde la cola.
3. La hipótesis de Farrer-Goulder tampoco es capaz de “explicar de manera satisfactoria por qué cuando Mateo y Lucas narran acontecimientos que también refiere Marcos, lo hacen de modo muy parecido; mientras que cuando narran acontecimientos que Marcos no refiere lo hacen a veces de forma muy diversa y contradictoria”.
Aquí pone Guijarro un ejemplo, que no me parece afortunado: el de los “evangelios de la infancia”, Lucas 1-2 y Mateo 1-2: “No resulta fácil explicar por qué Lucas se aparta de forma tan radical de la narración de Mateo entrando incluso en contradicción con Mateo cuando explica la relación de Jesús con Nazaret y Belén.
No me cuadra este ejemplo, porque me parece claro que los evangelios de Mateo y Lucas fueron compuestos por sus autores sin las narraciones de la infancia. Estas fueron añadidas después, probablemente en el siglo II, por discípulos de cada uno de los evangelistas. Esta suposición que defiendo explica muy bien por qué – tanto en Mateo a partir del capítulo 3 como en Lucas también a partir del capítulo 3– Jesús y María no tienen ni la menor idea de lo que pasó en la concepción e infancia de Jesús
Por el contrario, sí me parece más oportuno lo que Guijarro explica en la página siguiente (91), cuando pone el ejemplo de las apariciones y señala que "ambos evangelistas difieren a la hora de situar geográficamente las apariciones de Jesús a sus discípulos, así como en otros detalles de no poca importancia”
Y finalmente: de acuerdo también con Guijarro cuando señala que “estas y otras objeciones explican que […] la hipótesis de Farrer-Goulder no haya alcanzado un reconocimiento amplio entre los estudiosos”.
Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
NOTA:
Un programa de “La Escóbula” dedicado al volumen “Los libros del Nuevo Testamento”
http://www.laescobula.com/programa-418-deconstruyendo-el-nuevo-testamento/