Entrevista a un laico venezolano y padre sinodal Jesús Briceño: “Nosotros los laicos vamos al sínodo con voz y voto; anteriormente, tuvimos poquita voz, pero nunca voto”

Jesús Briceño
Jesús Briceño

Con el padre Timothy comenzamos socializando Isaías 54, 2 que nos dice “Ensanchen la tienda del Señor, abramos espacio para el otro"

"La Conversación espiritual, lo que busca es pasar del yo al nosotros; de un individualismo de sociedad a un construir juntos"

"Yo de hecho intervine en varias oportunidades en el Sínodo. Recuerdo mi primera intervención, estaba ahí el Papa y hablé sobre la opción preferencial por los pobres"

Un día nos sentamos a orar el papa y yo. Me agarra la mano y los dos nos pusimos a orar. Me dijo “Quiero orar por Venezuela”

"Tengo la plena convicción y la fe profunda de que van a salir Líneas pastorales muy específicas y concretas para la Iglesia universal"

El I Congreso latinoamericano y caribeño "Teología en clave sinodal para una Iglesia sinodal", desarrollado en la sede del Celam en Bogotá, Colombia, del 9 al 11 de agosto 2024, permitió el intercambio y la comunicación entre padres y madres sinodales con sacerdotes, religiosos y religiosas, teólogos y teólogas de diversas partes del mundo.

En ese marco, Jesús Briceño Querubini, laico venezolano y padre sinodal concedió una entrevista para Religión digital que se reporta a continuación:

El viaje de tus sueños, con RD

Jesús, ¿por qué usted participa del sínodo como padre sinodal? Cuéntenos brevemente su historia.

Bueno, yo soy Jesús Alberto Briceño Querubini, padre sinodal, laico venezolano. Casado, felizmente casado, con cinco hijos, 11 nietos, mi iglesia doméstica.

¿Cuántos años tiene?

66 años. Acabo de cumplirlos ahora en julio de este año.

¿A qué se dedica en el Celam?

Acá en el Celam, estoy acompañando el sueño del papa Francisco, el sueño eclesial que tiene que ver con todas las pastorales tradicionales y los programas de acompañamiento a los niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe.

Somos servidores, desde el Celam, de las 22 conferencias episcopales desde México hasta la Patagonia, hasta Argentina.

venezolanos en el Congreso latinoamericano de la sinodalidad

¿Cómo llegó a trabajar en el Celam?

Bueno, yo llegué a trabajar al Celam porque concursé el año pasado para este cargo que tengo ahora de asesor del Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral en CEPRAP.

Y vengo de una linda experiencia de seis años en Cáritas Ecuador, acompañando la pastoral de la salud y la pastoral carcelaria; de verdad, donde uno consigue el rostro sufriente de Jesús y donde el Señor nos invita a evangelizar.

También formé parte del equipo nacional de formación de las Cáritas parroquiales en Ecuador.

Conocí casi todo Ecuador precisamente por este trabajo de formación de las comunidades y de esta manera de uno ser cercano a la gente, como nos invita hoy, hoy día Francisco, a que seamos ministros del Encuentro y ministros de la compasión y de la misericordia hacia los demás.

¿Qué título académico tiene?

Yo soy sociólogo, docente universitario en el área de las ciencias sociales. Pero mi trabajo, yo diría más que el mundo de la academia, a pesar de que di muchos años clase en universidades, es ese encuentro íntimo con el Señor a través del hermano.

Yo siento que lo más importante en nosotros es llenarnos los pies de barro con el otro, sentir lo que el otro siente y ser esos cireneos que podamos acompañar muchos procesos, de los cuales hoy día se nos invita a que acompañemos a las personas excluidas y los pobres entre los más pobres. Como decía Santa Teresa de Calcuta, que seremos juzgados solo por el amor.

¿En su vida personal, hubo algún momento de conversión?

Bueno, realmente yo tuve un encuentro íntimo con Jesús, que es lo que definitivamente nos cambia el corazón. A la edad de los seis años yo ingresé al oratorio Don Bosco, en la diócesis de Trujillo, eso forma parte de los Andes venezolanos. Y allí en ese encuentro, que fue instrumento el padre Ángel Berta Pélez, un salesiano, comencé yo a caminar, digamos, en el camino del Señor.

Fui durante 14 años monaguillo y bueno, toda mi vida de formación, pues realmente estuve en tres seminarios distintos. Formándome para el seminario tuve experiencia de este tipo, pero bueno, el Señor quiso que sirviera en el santo sacramento del matrimonio, que es un sacramento.

¿Hasta qué curso en el seminario llegó usted?

No, no, apenas hice las experiencias iniciales.

¿En el proceso de selección de las personas, de los padres sinodales, cómo es que lo llaman para ser padres sinodales? ¿Por estar en el Celam?

No, yo apenas en el Celam llevo lo que va de año acá en tu bello país. Acá en Colombia, muy amañado en Bogotá, como decimos acá.

Pero yo estando en Cáritas Ecuador, el año pasado se me invitó a participar por la Conferencia episcopal venezolana, a representarla en el encuentro del sínodo de la sinodalidad de los países andinos que se hizo en Quito.

Luego de eso aparecí en una lista, no sé cómo, soy sincero, de 20 laicos que solicitó el Santo Padre de América Latina y el Caribe.

¿Cuántos son ustedes los laicos en el sínodo?

54.

¿Y van a ser los mismos en la segunda sesión de octubre 2024?

Los mismos, sí. No ha cambiado nada.

¿Cuántos son de América Latina padres y madres sinodales; laicos, religiosos, presbíteros y obispos?

Yo creo que llegamos a 63.

¿De cuántos padres y madres sinodales?

365.

¿Se sintió en la asamblea de octubre del año pasado el peso de Latinoamérica en el sínodo?

Mucho.

Nosotros somos un gran referente para el mundo, para el mundo católico,

¿Qué se decía al respecto?

Bueno, pues, por ejemplo, el tema de la opción preferencial con los pobres, recordemos que nació en Puebla en el año 79.

Yo hice una propuesta con la presencia allí del Santo Padre, que nos acompañó en ocho jornadas completas. Hablo de jornadas de 8:30 a.m. a 7:00 p.m.

Papa Francisco y Jesus Briceño aula Nervi

¿Almorzaban allí en las mesas?

No, no, no.

Íbamos a almorzar a las casas donde estábamos y regresábamos; pero realmente el horario es de ocho y media a 1:00 p.m. De una a tres, almuerzo y descanso, y de tres a siete, otra jornada de trabajo.

Bueno, el clima es agradable en otoño.

¿Cuál es la metodología de las reuniones en el sínodo?

Por supuesto, está la conversación espiritual, que es un gran método. Como dice el Papa, el único protagonista del sínodo es el Espíritu Santo de Dios.

¿Y se notó?

Sí.

Hay una disciplina en la participación del sínodo, impresionante; 365 personas que pudiéramos llegar a 400, no solo de padres sinodales, sino ahí tienes que contar a los facilitadores expertos, tienes que contar a los teólogos, como el padre Eloy Bueno de la Fuente, que forma parte de la comisión de teólogos y la comisión de redacción.

Yo creo que es unos 400, hacemos en la sala Paulo Sexto.

Y allí precisamente hay un orden impresionante para comer y para todo. La tecnología ha sido punta de lanza en el sínodo. Si no, no hubiéramos votado todos los capítulos, los 20 capítulos, párrafo por párrafo del documento, el Instrumentum laboris que salió de la primera sesión.

También hubo comité de redacción y aprobación de parte de la Santa Sede.

Por cierto, ahí participó en el comité de redacción monseñor José Luis Azuaje Ayala, el primer vicepresidente de Celam, que también es el arzobispo de Maracaibo, en Venezuela.

Sobre la dinámica del Sínodo de la sinodalidad, ¿cuál fue el cronograma de la primera sesión?

El sínodo se inicia en un lugar fuera de Roma con un retiro de tres días, de mucha profundidad, donde tiene sólo dos predicadores. El retiro tuvo lugar en el Hogar Fraterna Domus (Via Sacrofanese 25 - 00188 Roma, a 19 kilómetros de la Basílica de San Pedro).[1]

madre Angelini

Allí estuvimos tres días, literalmente en claustro total. Teníamos dos predicadores; uno era un dominico norteamericano, padre Timothy Radcliffe, que llevaba hábito blanco; y luego teníamos a la Madre María Grazia Angelini de las Agustinas.[2] Dos personas de la tercera edad, con edades bastante avanzadas, pero con una lucidez, profundidad Y sencillez en la enseñanza. Así como el Señor enseñaba en parábola de manera sencilla. Esos tres días fueron realmente una profundidad en el espíritu.

Padre Radcliffe

Recuerdo que con el padre Timothy comenzamos socializando Isaías 54, 2 que nos dice “Ensanchen la tienda del Señor, abramos espacio para el otro”; y ahí socializamos todo esto que tiene que ver con ese evangelio de Lucas 10, 25-37. ¿Cuántas veces tú y yo hemos leído el buen samaritano y cada día le encontramos mayor riqueza? Ahí vemos, digamos, la gran trascendencia del hombre, de ese encuentro con el otro, donde tú tienes que ayudar sin importarte quién es, qué ideología tiene, de qué religión es.

ejercicios espirituales Fraterna Domus via Sacrofano

¿La segunda sesión del sínodo va a tener la misma dinámica de la primera sesión?

Va a ser la misma dinámica; ya enviaron parte de la programación. Son cuatro semanas, es un mes completo que estamos en Roma; del 29 de septiembre al 27 de octubre 2024.

¿Cómo eligen a los que hablan para todos en el Sínodo?

Mira, la manera de tú participar en el Sínodo como padre o madre sinodal, es de la siguiente manera, nosotros tenemos lo que se llaman los círculos menores; consisten en mesas redondas de no más de 12 personas; a mí me tocó siempre como laico, en una mesa donde yo era el único laico. Son aproximadamente unas 35 mesas de trabajo.

¿Son siempre las mismas mesas todo el mes?

No; en el mes yo estuve en cuatro mesas, cada semana en una mesa distinta. Se organizan por lengua y por tema. La idea es que todo el instrumentum laboris, se discuta en la asamblea general.

Tenemos entonces los círculos menores, que es donde uno participa con el método de la conversación espiritual.

sinodo de la sinodalidad primera sesion

¿Cuál es la dinámica de la Conversación espiritual?

Se abre el diálogo en base al tema y se hace una primera ronda donde todos hablamos. Ahí nadie se queda callado, lógicamente cumpliendo los tiempos de 3 minutos cada uno. En cada mesa hay un facilitador experto que es el que nos lleva los tiempos y el que lleva la dinámica.

Luego hay 5 minutos de oración contemplativa donde todos hacemos silencio y meditamos lo que se dice. Esa es la primera ronda.

Después hay una segunda ronda donde tú comienzas a opinar de manera personal, basado sobre el tema que estamos reflexionando. No hablando de otra cosa.

¿En la primera ronda sobre qué hablaban?

Sobre el tema general que estamos tratando.

¿Cuál es la diferencia entonces?

La segunda ronda es en la que das tu opinión personal. La primera ronda no es opinión. La primera es cómo socializar el tema, o sea, cómo tú puedes opinar sobre el tema, pero a nivel general.

¿En la primera ronda se ponen de acuerdo cómo opinar?

No, cada quien opina y tú escuchas. Recordemos que el gran éxito del sínodo es el Shemá Israel. Escuchar, el aprender a escuchar, que nos cuesta, hermano, pero tenemos que aprender a escuchar. Luego viene una segunda ronda que es tu opinión personal.

No logro entender la diferencia, porque además ambas me parecen opiniones. ¿Las dos son opiniones, verdad?

Vamos a suponer, por ejemplo, que hablamos sobre el tema es el celibato. Tú das una opinión general sobre el celibato, luego das tu opinión personal y van otra vez a 5 minutos de silencio y de oración. Luego pasas del yo al nosotros, que es la gran fórmula de la conversación espiritual. Donde y hago eco de lo que tú dices. Es el tercer momento en nosotros; el construir en nosotros.

¿Y cómo se hace metodológicamente, cómo se logra al final?

Te pongo el ejemplo, yo fui secretario de mesa de una de las mesas, tú compilas lo que todos dicen y luego haces un resumen, digamos como una minuta de lo que allí se habló. Y esa minuta va directamente a la secretaría del sínodo, uno la envía por email, por correo electrónico.

En síntesis, la conversación espiritual, lo que busca es pasar del yo al nosotros; de un individualismo de sociedad, que desgraciadamente es lo que vivimos. Es pasar a un nosotros; a un construir juntos; a lo que dice también el papa Francisco, que me encanta esa frase, “que nadie se quede atrás, todos llevemos el mismo paso”, que no es fácil.

circulos menores

¿Quién elige a la persona que va a socializar lo discutido en cada mesa?

Cada una de las 32 mesas tiene un relator. Ese relator o secretario lo elegimos nosotros; cuando nos sentamos a platicar, lo elegimos nosotros. El facilitador forma parte de la mesa, pero no tiene ni voz ni voto; el secretario sí.

Yo fui secretario de mesa.

¿Los facilitadores se consideran padres y madres sinodales?

No. Solamente los que tienen derecho a voz y voto, son los padres o madres sinodales.

Algo realmente innovador en este sínodo es que nosotros los laicos nosotros vamos al sínodo con voz y voto. Anteriormente, los laicos habían tenido voz, y poquita voz, pero nunca voto. Ahorita sí tenemos voz y voto. Primera vez en la historia.

Yo de hecho intervine en varias oportunidades en el Sínodo. Recuerdo mi primera intervención, estaba ahí el Papa y hablé sobre, la opción preferencial por los pobres. Y recordé a mis leprosos del Ecuador, a los que acompañé durante muchos años. Dije además “no es solamente la opción preferencial por los pobres, es con los pobres, para los pobres y dentro de los pobres”. Porque a veces a los pobres los vemos en la acera del frente y no es así.

expertos y facilitadores del sinodo

¿Se reflejó en el Instrumentum laboris lo que usted dijo en el círculo mayor?

Apareció tal cual. Claro, porque yo me encompinché con el cardenal Pedro Barreto, que dirige el REPAM. Entonces los dos nos pusimos de acuerdo y le dimos duro para que quedara.

¿Cómo es la participación del santo padre en este sínodo? ¿Él pasa por todas las mesas?

No, él no pasa por todas las mesas. Él está en una mesa. Se sienta ahí con el Cardenal Mario Grech, que es el secretario general del Sínodo. El papa es el presidente del Sínodo. Y él ha escogido algunas personas, la mayoría son mujeres, que son presidentes interinos del Sínodo.

Eso quiere decir que es la persona que está al lado y la que dirige la Asamblea General.

Porque recuerda que en el Sínodo hay dos momentos cruciales. Uno es los círculos menores, viste, donde discutimos mesa por mesa, y otro es los círculos mayores. Y en los círculos mayores debe estar estatutariamente la presencia del Santo Padre. El Santo Padre estuvo ocho jornadas completas con nosotros de los círculos mayores. En las ocho jornadas de los círculos mayores él quería escuchar a todos.

mesa del papa circulos mayores

Discutimos solo en las mesas, pero como hay un relator que nombramos en la mesa, ese relator va a exponer su mesa en el círculo mayor y en el círculo mayor está el Papa.

Sin embargo, cualquier padre o madre sinodal puede hablar en los círculos mayores, que fue donde yo intervine, porque yo no fui nunca relator de ninguna mesa, pero sí podía pedir el derecho de palabra como un simple laico. Para toda la para toda el aula en presencia del papa.

Hablé como dos o tres veces, pero hablé. Bendito Dios.

Jesus Briceño saluda a Francisco en el Aula Pablo VI

¿Cómo vio la salud del Papa, el año pasado?

Él llegaba siempre en silla de ruedas. Pero yo lo ví bien.

¿Cuál es su experiencia de la persona del papa Francisco?

En la mañana yo llegaba muy temprano al aula Pablo VI y me conseguía el Santo Padre solito. Digo solo entre comillas. Estaba su gente de seguridad y todo, pero muy asequible. Me parece una persona extraordinaria.

Me dijo cosas lindas como "Mira, dile a tu gente en Venezuela que pronto voy a elevar a los altares al doctor José Gregorio Hernández Cisneros, nuestro gran beato".

Otra vez le llevé un libro de José Gregorio, lo agradeció muchísimo.

Y otras veces hablamos de política, otras veces me preguntó por mi familia, me bendijo los anillos de matrimonio, que ya me tocaba renovarlo con mi esposa después de 45 años.

Y entonces, bueno, con él logré interactuar. De verdad que es una persona muy sencilla, muy cercana, muy agradable y bueno, me tomé muchas fotos con él, y de verdad que fue una experiencia muy linda. Se siente mucha paz. Un hombre que transmite mucho.

Francisco y Briceño

¿El papa Francisco recuerda los nombres de todos?

Él recuerda las personas.

¿Su nombre, también?

Sí, cada vez que me encontraba me decía “Che, ¿cómo olvido tu nombre? Te llamas Jesús”, claro.

¿Era bonito, no?

Y de casi todos, una memoria impresionante.

Y entonces, bueno, con él de verdad que fue muy, muy agradable. Primera vez que yo me encuentro con un papa, a la edad que tengo nunca había saludado un papa.

El papa Juan Pablo Segundo estuvo en Venezuela dos veces, y logré ir en esos encuentros multitudinarios, pero nunca con estas cercanías.

Un día nos sentamos a orar él y yo. Me agarra la mano y los dos nos pusimos a orar. Me dijo “Quiero orar por Venezuela”. Y oramos. Bueno, bendito, bendito Dios. Fueron momentos muy lindos, muy agradables. Ese día recuerdo que llevaba los anillos de matrimonio y le dije, su santidad, por favor, bendígame, estas arras del matrimonio.

Y me dijo, “sentate, oremos por tu país y lo bendigo para toda Venezuela, para todas las familias de Venezuela”.

Y me apretó la mano y cerró los ojos y oró, ¿viste? Un gesto hermoso.

Francisco y Jesus Briceño oran por Venezuela

¿Él facilita el encuentro?

Sí. Hay momentos en el sínodo donde se puede hablar con él, donde uno puede uno hace la fila normal, pero hay una intimidad allí con él. Él siempre te agarra la mano, no te la suelta hasta que no terminas de hablar con él. No es un saludo diplomático, ¿viste? Esto es mucha cercanía.

Briceño y Francisco en el sinodo

Bueno Jesús, se habló de los sacerdotes casados. ¿Qué se dijo al respecto en el Sínodo?

Sí, bueno, se discutió el tema del tema del celibato, como la Iglesia lo ve.

Recuerda que en el sínodo pues está la Iglesia universal, estamos los cinco continentes, más otro continente que el Papa agregó, que lo llama el continente digital, de los evangelizadores digitales, que es una manera muy hermosa de evangelizar.

Pero allí por lo menos el tema del celibato se discutió mucho y venía de esa realidad que viven nuestros hermanos de otras latitudes donde es común tener sacerdotes casados, católicos.

Por ejemplo, conmigo compartía donde yo me alojaba, que es en la sede de las Obras Misionales Pontificias de la Santa Sede, ahí yo pernocté durante un mes y compartía con una chica de Ucrania, laica, participando en el sínodo como laica, esposa de un sacerdote católico ucraniano.

Y bueno, allí se dijo realmente la manera como un sacerdote casado puede dar una mayor manifestación de familia que uno que no la tenga, a pesar de que un sacerdote, lógico, conoce, viene de su familia, pero no es papá y no lleva el día a día que llevamos los padres, los que somos padres y somos abuelos, que podemos hablar más con propiedad de esto.

Eso se manejó.

Entonces eso evidentemente pues nos refleja el hecho de que mucho sacerdote, bueno, pudiera poner el ejemplo de un influencer, el padre Alberto Linero, que fue un hombre que se atrevió a no llevar doble vida y a decir, sincerarse con él, con Dios y con el mundo, decirle Mira, mi condición ahora es esta.

Pero es un hombre que yo los escucho todas las mañanas de mi vida, antes de llevar a mi nieto al colegio.

Me encanta.

Hombre súper preparado, un hombre que pisa tierra y nos reflexiona el evangelio del día, y “tú sabes”, y nos da tips y todo esto me parece una bendición. Muy bien.

Alberto Linero

A mí también me sirve de dirección espiritual escucharlo las mañanas.

Entonces yo creo que este tema lo vamos a volver a tocar a ahora nuevamente en el Sínodo, porque hay temas que no podemos dejar pasar por encima.

Recuerdo mucho que en el discurso inaugural del Papa, no en la homilía inaugural, sino en el discurso inaugural del Sínodo en el aula Pablo VI, él nos dijo yo quiero que durante el sínodo ustedes reflejen y busquen la manera de ¿cómo ser una iglesia sinodal en salida y en misión permanente? Y nos puso los ejemplos de los excluidos, de los descartados de la iglesia, de nuestra santa Madre Iglesia, a los que no le paramos bolas: la población LGTBIQ+, Los divorciados vueltos a casar, las uniones libres, las mujeres en muchas circunstancias, los afrodescendientes, los pueblos originarios. Muchas veces nosotros tratamos de indio en el término más despectivo a nuestros hermanos y hermanas que tienen una cosmovisión del mundo mucho más amplia que nosotros, que respetan y viven la Laudato si en el día a día.

Es que me las aprendí.

Otro tema nebuloso, los curas casados. Lo dijo, lo dijo en el discurso inaugural. De la realidad, porque el Papa nos dice nosotros tenemos que ver las realidades que estamos viviendo en esta sociedad, no en otra.

Se habló el tema del diaconado femenino, fue discutido y el sacerdocio femenino.

Entonces, hay puntos muy neurálgicos que nosotros tenemos que asumir y que enfrentar y que ahora, porque es la 16ª asamblea ordinaria del sínodo de los obispos, de la sinodalidad de los obispos, lógicamente. Los obispos representan el 75 % del Sínodo y el resto somos sacerdotes, religiosos, religiosas, pero con voz y voto, y laicos con voz y voto.

Ahí, nadie fue a pasear a Roma.

Jesus Briceño y Dumar Espinosa

A propósito de los temas de la segunda sesión, ¿en el Instrumentum Laboris ya hay algo definido o se va haciendo camino al andar?

No, ya nos llegó hace aproximadamente un mes y medio a todos los padres y madres sinodales y después de una rueda de prensa que dio el cardenal Grech, allí en la Santa Sede, se hizo público y se está socializando en la Iglesia, el Instrumento un laboris 2. Ya lo tenemos. Es público y notorio, como dicen.

La idea es que en base a ese instrumentum laboris, nosotros volvemos y retomamos y alimentamos.

Hay algo que yo considero una bendición en el sínodo, y es que desde que terminó la primera sesión del sínodo, ahora vamos a la segunda sesión en la Iglesia Universal, se recogieron muchas propuestas de diferente orden y es ahora lo que ha enriquecido el Instrumentum laboris 2.

Jesus Briceño con el cardenal Rueda Aparicio

¿Qué ha pasado entre la finalización de la primera sesión del sínodo y el inicio de la segunda?

En este lapso, se recogieron diferentes maneras de ver la Iglesia, no solo de la Iglesia católica. Estamos hablando de padres y madres sinodales de las iglesias orientales, del presidente de los pentecostales a nivel mundial, que participó también en el sínodo; de invitados luteranos. Todos, con voz y voto. Y hay mucha gente que participó en el sínodo, que fueron invitados personales del Santo Padre, que están participando en este proceso.

Ahí se recogieron muchas ideas de lo que nosotros propusimos en el instrumento un laboris. Por eso aparece el Instrumentum laboris 2. Ahora vamos con mucha expectativa, vamos al sínodo porque el Papa lo ha dicho hasta la saciedad, esto no es un evento, es un proceso. Y es un proceso que hay que interiorizarlo en la iglesia.

O sea, si nosotros no hacemos de nuestra Santa Madre Iglesia una iglesia sinodal en salida, con trabajo profundo en las periferias; porque hay mucho curita que se conforma con que llenó el templo el domingo en cuatro o cinco misas, y éso no llega ni al 0.01% de lo que es territorialmente su parroquia.

Queremos una iglesia que haga lío, una iglesia de calle, una iglesia de salida y donde los pobres sean los protagonistas, porque hay que ponerlos en el centro de los procesos.

Aunque es un proceso, ¿del sínodo saldrán orientaciones para que el Santo Padre tome decisiones?

Mira, no, yo tengo la plena convicción y la fe profunda de que van a salir Líneas pastorales muy específicas para la Iglesia universal, concretas. El qué debemos hacer; y ésto lo resumo en una sola pregunta, la que nos hizo el Papa y nos sigue haciendo, nos interpela esa pregunta: ¿Cómo?

El cómo es lo que tenemos que buscar, hermano, en esta segunda sesión.

Claro, porque de diagnóstico estamos saciados en la Iglesia, hermano. Sí, nosotros conocemos qué terreno estamos pisando. El problema es ¿cómo ser una Iglesia sinodal en salida y en misión?

Porque no es que la Iglesia tenga una misión, es que la misión es la Iglesia. Y quien no entienda que la misión es la Iglesia, hermano, será otra cosa, pero no está caminando en clave de sinodalidad.

Lo que buscamos es, como dice el Papa, que nadie se quede atrás, hermano. Que nosotros seamos hombres y mujeres, seamos ministros del encuentro, ministros de la escucha. Sobre todo eso, tenemos que aprender a escuchar en la iglesia. Y esto no es un problema de jerarquía, este es un problema.

Yo viví el Sínodo y te lo doy como testimonio; primera vez en la vida, en mis 66 años de vida, que yo pude vivir una experiencia de una iglesia horizontal, del tú a tú con la jerarquía eclesiástica. La Iglesia, como lo definió el Papa, y con esto termino, “el santo pueblo fiel de Dios”.

¿Y quiénes son?

Todo bautizado. Punto. Todos en el mismo saco.

Bien, gracias Jesús.

Gracias.

[1] https://ospitalitareligiosa.it/es/estructuras/ad?id=domus%201618:fraterna&cid=1

[2] Algunos videos de las meditaciones: https://www.youtube.com/watch?v=LoISXnj8OaU; https://www.youtube.com/watch?v=daX-r_Qr79w

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