6.2.22. Dejar la orilla, arriesgarse mar adentro. La tarea de Pedro y de su iglesia
El tema es claro: Jesús nos dice que dejemos la "orillita" donde estamos trampeando sin conseguir nada; que vayamos al mar hondo. La traducción latina dice: Duc in altum: lleva el barco a más hondura, avanza hasta el mar abierto. El texto litúrgico castellana dice “rema mar adentro”, esfuérzate, no sigas en tu orilla tranquila repitiendo los mismos erroes.
Sea como fuere, Simón y sus compañeros tienen que arriesgar si quiren lograr algo. Parece que habían andado pescando en plan de costa, por los alrededores , al modo de siempre (como seguimos muchos; por los caladeros de la playita particular). No hemos sido “iglesia en salida” (en hondura de mar).
El evangelio añade que en la zona donde andamos, ya no hay pesca. Debemos aventurarnos con (por) Jesús hacia profundidades y mares que esperan, por humanidad, por divinidad. Esto dijo Jesús a Pedro, esto nos repite a todos, al Papa Francisco y a las iglesias: Arriésgate ya ¿nos arriesgamos?
El evangelio añade que en la zona donde andamos, ya no hay pesca. Debemos aventurarnos con (por) Jesús hacia profundidades y mares que esperan, por humanidad, por divinidad. Esto dijo Jesús a Pedro, esto nos repite a todos, al Papa Francisco y a las iglesias: Arriésgate ya ¿nos arriesgamos?
| X Pikaza Ibarrondo
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Rema mar adentro, y echad las redes para pescar. "Simón contestó: "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes."
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador." Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres."Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Situar el texto:
Este pasaje tiene un fondo histórico. Jesús debió andar de pesca con su gente, pero refleja al mismo tiempo la historia del cristianismo primitivo, desde la perspectiva de Pedro y a sus primeros compañeros. Éstos son algunos datos de su historia: 1. Se llamaba Simón (nombre hebreo-arameo, pero helenizado)… y era de Betsaida, de oficio pescador, casado en Cafarnaúm (y viviendo posiblemente en la casa de la madre de su mujer). Tenía un fondo laboral y familiar claro, conocido, lo mismo que Andrés, su hermanos. Parece que vivía de su trabajo, pero no era dueño de una barca propia como los zebedeos. No parece que pudiera navegar lejos, cambiar el arte de la pesca. Pues bien, Jesús va a decirle que arriesgue más, que vaya a pescar (a buscar, a escuchar, a querer) a otros caladeros. Ese hoy nuestro tema. Estamos haciendo una “pesca de costa”. Necesitamos arriesgar más.
2.Había sido discípulo de Juan Bautista(Jn 1, 36-42) donde Jesús le encontró probablemente, y le atrajo para su misión de Reino. Eso significa que era un hombre entrenado en cuestiones de “espíritu”, especialmente de arrepentimiento y penitencia. Conocía la espiritualidad y tarea de los de los bautista…, pero se convirtió a Jesús… y se vio obligado a cambiar el lugar y la forma de pesca. También muchos de nosotros (una parte considerable de la iglesia, somos más de Juan Bautista que de Jesús. Sabemos de arrepentimientos y de conversiones junto al río, a flor de costa, con agua tranquila…¿Estaremos dispuestos a llevar nuestra barca hacia mares lejanos, profundos…distintos?
3. El Evangelio de Marcos (Mc 1, 16-42) ha recreado la llamada de Pedro (Simón) y de sus tres compañeros (su hermano Andrés y los dos zebedeos) en forma “ideal”, en un contexto de pesca y playa. Es posible que esa recreación tenga un fondo histórico. Pedro y sus compañeros siguieron de algún modo pescando durante el tiempo del mensaje de Jesús… Jesús les conoció también en la playa, y ellos le enseñaron tareas de pesca.
Jesús llamó a Simón de un modo especial y le apellidó Pedro (Roca…), quizá de un modo irónico… confiándole una tarea especial… Pero Pedro negó a Jesús… en el momento de su detención. Tenía, sin duda, iniciativas y propuestas, quiso el poder (cf. Mc 8), no le parecían buenas algunas ideas de Jesús, que llegó a llamarle “Satanás”, aunque le conservó a su lado.
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4. Pedro creyó en Jesús tras su crucifixión e inició (con las mujeres y con otros discípulos) el camino de la Iglesia, ofreciendo el mensaje en especial a los judíos. Así le ve y acepta Pablo, que mantiene con él una relación tirante pero de reconocimiento mutuo. Pedro estaba convencido del proyecto de Jesus… Pero no supo o no quiso arriesgar. Estaba tipo convencido de Jesús, pero se mantuvo a la orilla, sin arriesgar, se llegar hasta el fondo del mensaje y camino de Jesús. Era de los de Jesús, pro no cambió lo suficiente, siguió en la vieja orilla…. Pero se mantuvo, y se fue “convirtiendo” en una historia larga de encuentros y desencuentros con Pablo (y con Santiago, el hermano de Jesús). No tuvo miedo a equivocarse, y por eso terminó acertando, y marchando a Roma con el estandarte de Jesús, donde le mataron los romanos.
5. Pedro asumió la misión a los gentiles…, aunque con ciertos matices distintos de los de Pablo, por lo que tuvieron diferencias, que aparecen reflejadas en Gal 2 y Hch 15. Pero al fin asumió la tarea de Pablo, interpretando así el evangelio como misión universal, para lo que vino a Roma, que era un buen sitio entonces para ser universales. Pablo era necesario, fue providencial, vio las cosas como nadie… Y así abrió el camino que desembocó en la pesca de Pedro. Hoy (año 2022) hace falta una nueva “conversión” de Pedro. Los papas, sucesores de Pedro, llevan demasiados años (siglos) pescando en la orilla, sin atreverse a escuchar a Jesús de profundizar, penetrando en el mar (a remos como dice la traducción española) o a vela, como parece suponer el texto original. Lo claro es que hay que arriesgarse y salir a alta mar, como hizo Pedro. En eso tiene que andar Francisco, en eso tenemos que andar todos.
6.Pedro en Lucas y en el evangelio de Juan. La abundancia de la misión de la Iglesia está vinculada a Pedro. En esa línea, el texto de Jn 21 y este de Lc 5 son no sólo paralelos, sino que provienen de una tradición común de “pesca milagrosa”, de abundancia de iglesia. Es evidente que Pedro ha contribuido poderosamente a la extensión del mensaje y vida de Jesús, y así lo ratifica Jn 21, añadiendo una nota esencial a lo que dice Lc 5. En Lc 5 es Pedo el que dirige la faena y entra en la hondura del mar…Los otros, a su lado, son simples acompañantes. Por el contrario, en Jn 21, Pedro tiene que hacer lo que hace y, al mismo tiempo, tiene que aceptar el mensaje y proyecto del discípulo amado. Quedan así claros los dos proyectos: El de conducir la barca de la iglesia hasta la hondura del mar…y el de pactar con el Discípulo Amado. Pero esto es ya tema y tarea de otro dia.
Entender el texto
1.Lucas recoge y recrea en este pasaje una tradición previa… que está en el fondo de Mc 1, 16-20 (la llamada a los primeros discípulos, a los que Jesús hará pescadores de hombres…). Hay un fondo histórico, pero recreado por la tradición pascual, que reconoce a Pedro y a los zebedeos (tres) o a Pedro-Andrés, con los zebedeos (cuatro) como los primeros testigos de Jesús, columnas de la Nueva Comunidad. En ese fondo se sitúa la imagen del mar y la barca, con la pesca cristiana.
2. Lucas reelabora aquí una tradición que ha sido recreada también por Jn 21 (pesca milagrosa, misión…). Hay muchos elementos comunes, pero la versión de Juan está mucho más enriquecida, como parábola total y conclusión del Evangelio: Los “pescadores” son siete (no cuatro…) y Pedro recibe una tarea especial de “pastorear” a las ovejas de Jesús (al lado del Discípulo amado).
3. La novedad del texto de Lucas (y de Juan) está en el hecho de que Jesús (que es el Jesús pascual) pide a Pedro que vuelva a iniciar la faena, en un mar más profundo, en el centro del mar, lejos de la costa. En un primer momento, Pedro y los suyos trabajaban cerca de la costa (entre judíos…); el Jesús pascual les pide que se arriesguen, que vayan más allá (que asuman en el fondo la tarea de Pablo, que es la misión de los gentiles). Sin este nuevo mandato de Jesús, y sin la “obediencia” de Pedro (que se pone en marcha, aunque tenga el riesgo de hundirse, como sabe Mt 14) no habría surgido la Iglesia (con Pablo sólo era difícil crear iglesia vinculada a la historia de Jesús).
4. Este Pedro el “aventado y arriesgado”, que va a pescar más lejos de la orilla, con sus compañeros, es el signo de la iglesia que se debe aventurar a romper los moldes hechos, la misión ya fijada… Es evidente que tiene el riesgo de fracasar y de hundirse (como en Mt 14), pero si se queda en la orilla donde no hay olas, ni hay gentes de otro tipo,… ha fracaso de antemano. Éste es el Pedro de la Iglesia que debe encontrar, en este mar-mundo del 2022, nueva “pecado”, nueva pesca. Estamos hoy discutiendo de temas menores, a la orilla del evangelio, a la orilla de la humanidad. Necesitamos que Jesús nos diga “duc in altum”, ir al centro del mar, a la nueva humanidad, para proclamar allí el evangelio.
5. La tarea de este Pedro (la función petrina de la Iglesia) ha sido retomada de formas distintas por los evangelios (menos el de Marcos, que deja el tema sin resolver, dando casi la impresión de que Pedro no se había convertido todavía…). Mateo presenta a Jesús sacando del agua a Pedro, para que no se ahogue (Mt 14)… y confiándole después la tarea de “abrir” las puertas de la Iglesia más allá Israel (Mt 16), apareciendo así como piedra de base de la nueva comunidad… Lucas presenta a Jesús orando por Pedro… para que pueda confortar a los hermanos (Lc 22, 32).
6. Pedro ha realizado una acción arriesgada, al servicio de la misión universal de la Iglesia, teniendo que enfrentarse para ello con los mismos discípulos de Jerusalén, que le critican de hereje y aventado (cf. Hch 10…). El buen Pedro tiene que defenderse apelando al Espíritu Santo…, pero queda ante los de Jerusalén como un hombre “peligroso”, que inicia misiones “imposibles”, fuera del cerco sagrado de la buena ley de Jesús… Éste es el fondo de nuestra escena: Por Mandato del Jesús Pascual… Pedro se arriesga a pesar mar adentro…
7. Los protestantes, en general, aceptan la misión de Pedro y le veneran como gran apóstol, junto a Pablo… Pero piensan que su misión no debe perpetuarse de manera personal en la Iglesia, a través de un papa de Roma. Por eso lo tienen más fácil: Pedro queda en el pasado, su tiempo terminó, le recordamos y agradecemos su misión… y basta. Hay algunos protestantes que se quedan con la versión de Marcos, suponiendo que Pedro lo hizo al fin mal, pero creo que su lectora no recoge la dinámica del evangelio.
8.Los católicos lo tenemos mucho más difícil,pues pensamos que la misión de Pedro continúa y está expresada, de algún modo, en el Papa y en sus compañeros… Aquí está nuestra paradoja: Los papas lleven siglos haciendo de “rémora”, impidiendo que la barca de la Iglesia se arriesgue de verdad, buscando nuevos mares… No me imagino a los últimos papas remangándose como Pedro para llevar la barca de la iglesia a nuevos mares: Duc in Altum. No me imagino al Papa echándose al agua (como Pedro en Jn 21…), ni escuchando de verdad la reprimenda de Jesús que le dice: ¡No me andes espiando al discípulo amado, que te he hecho pastor, no inquisidor!.
9. Los católicos tenemos más difícil… pues los últimos papas (desde hace siglos) se siguen quedando en la orilla de Roma,a la orilla del Derecho Canónico, en un tipo de iglesia-israel (¡quizá mal Israel!) que no ha escuchado ni ha visto, ni ha querido resolver desde el evangelio las cosas que hay más allá… Da la impresión de que los nuevos “pedros” de la iglesia lo hacen en un sentido bien, pero no salen a pescar a nuevos mares… De manera que nadie les puede criticar como criticaron a Pedro los buenos cristianos de Jerusalén por haber aceptado en la Iglesia a un tipo raro, como el centurión de Cesarea. A pesar de ello seguimos (yo sigo) confiando en el verdadero Pedro, el arriesgado de Jesús, que se pone a pescar de nuevo allí donde había fracasado antes….
10. Habrá que recordarle a Pedro “duc in altum”… Arriésgate Pedro (arriesgaos los zebedeos…). Hay faena que hacer fuera de los mares tranquilos de vuestra Roma.