"Caridad, Palabra y Perdón", ejes del Angelus del Papa en el día de san Esteban Francisco reclama "un corazón capaz de perdonar" y vuelve a clamar por la paz "en la querida y martirizada Ucrania"
"Pidamos a Jesús recién nacido la novedad de un corazón capaz de perdonar: la fuerza para rezar por quienes nos han hecho daño y para dar pasos de apertura y reconciliación"
"Los mártires son testigos, es decir, hermanos y hermanas que, con su vida, nos muestran a Jesús, que venció el mal con la misericordia"
"Pensemos en nuestra capacidad de perdonar, en estos días en los que nos podemos encontrar, entre otras muchas, algunas personas con las que no nos hemos llevado bien, que nos han herido, con las que nunca hemos arreglado nuestra relación"
"La Navidad no es la fábula del nacimiento de un rey, sino la venida del Salvador, que nos libra del mal tomando sobre sí nuestro mal"
"Pensemos en nuestra capacidad de perdonar, en estos días en los que nos podemos encontrar, entre otras muchas, algunas personas con las que no nos hemos llevado bien, que nos han herido, con las que nunca hemos arreglado nuestra relación"
"La Navidad no es la fábula del nacimiento de un rey, sino la venida del Salvador, que nos libra del mal tomando sobre sí nuestro mal"
Hoy, como ayer, sigue habiendo mártires. En tierras lejanas y "en la querida y martirizada Ucrania", cuyas banderas poblaban este mediodía la plaza de San Pedro. "Pidamos a Jesús recién nacido la novedad de un corazón capaz de perdonar: la fuerza para rezar por quienes nos han hecho daño y para dar pasos de apertura y reconciliación", pidió el Papa, quien regresó al palacio apostólico para rezar el Angelus con motivo de la festividad de San Esteban, en la que arranca la Octava de Navidad, y donde se recuerdan a los primeros mártires cristianos: hoy, san Esteban; pasado mañana, los Santos Inocentes, "los niños mandados a matar por el rey Herodes por miedo a que Jesús le arrebatara el trono".
"La liturgia parece querer alejarnos del mundo de las luces, los almuerzos y los regalos en el que podemos estar algo entregados estos días. ¿Por qué?", se preguntó el Papa, ante miles de fieles y muchas, muchas, banderas de Ucrania. "Porque la Navidad no es la fábula del nacimiento de un rey, sino la venida del Salvador, que nos libra del mal tomando sobre sí nuestro mal: el egoísmo, el pecado, la muerte".
Mártires, testigos
Y, en este sentido, "los mártires son los más parecidos a Él". De hecho, explicó Bergoglio, "la palabra mártir significa testigo: los mártires son testigos, es decir, hermanos y hermanas que, con su vida, nos muestran a Jesús, que venció el mal con la misericordia".
"Incluso, en nuestros días los mártires son numerosos", recordó el Papa. "Hoy rezamos por estos hermanos y hermanas perseguidos que dan testimonio de Cristo. Pero intentemos preguntarnos: ¿damos nosotros testimonio? ¿Y cómo podemos mejorar en esto?".
En este punto, Francisco puso el ejemplo de San Esteban, uno de los siete diáconos que la comunidad de Jerusalén había consagrado para el servicio de las mesas, para la caridad. "Esto significa que su primer testimonio no lo dio con palabras, sino a través del amor con el que sirvió a los más necesitados", subrayó Francisco.
Esteban "no se dejó intimidar"
Pero Esteban "no se limitaba a esta labor de asistencia. A los que encontraba les hablaba de Jesús: compartía su fe a la luz de la Palabra de Dios y de la enseñanza de los Apóstoles", una dimensión, la de comunicar la belleza de la Palabra, que "era tan importante para Esteban que no se dejó intimidar ni siquiera por las amenazas de sus perseguidores, ni siquiera cuando vio que las cosas se le estaban complicando".
"Caridad y anuncio, este era Esteban. Sin embargo, su mayor testimonio es otro: es que supo unir la caridad al anuncio. Y nos dio este testimonio cuando estaba a punto de morir, cuando, siguiendo el ejemplo de Jesús, perdonó a sus asesinos", incidió el Papa, quien respondió a la pregunta inicial: "Nosotros podemos mejorar nuestro testimonio mediante la caridad hacia los hermanos, la fidelidad a la Palabra de Dios y el perdón. Caridad, Palabra y perdón".
"Pensemos en nuestra capacidad de perdonar, en estos días en los que nos podemos encontrar, entre otras muchas, algunas personas con las que no nos hemos llevado bien, que nos han herido, con las que nunca hemos arreglado nuestra relación. Pidamos a Jesús recién nacido la novedad de un corazón capaz de perdonar: la fuerza para rezar por quienes nos han hecho daño y para dar pasos de apertura y reconciliación", concluyó.
Al término de la oración, el Papa saludó a todos los presentes y a "todos los que nos siguen a través de los medios", y vovlió a pedir "paz en las familias, en las comunidades religiosas, en las poblaciones atormentadas por la guerra. Paz por la querida y martirizada Ucrania. Hay tantas banderas hoy. Oremos por la paz de ese pueblo".
"En esta semana he recibido muchos mensajes de saludo, no puedo responder a todos", finalizó.
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