"No dejen de soñar. No se rindan, no pierdan la esperanza. Desde el cielo los santos velan sobre nosotros: invoquémoslos y no nos cansemos de pedir su intercesión (...), esta tierra está llena de ellos"

"Perdón: esta es una palabra clave. El perdón es necesario para permanecer en el amor, para permanecer cristianos. El camino hacia una recuperación total podría ser todavía largo pero les pido, por favor, que no se desanimen. Se necesita capacidad de perdonar y, al mismo tiempo, valentía para luchar"

"Quisiera agradecer de corazón a todas las madres y las mujeres de este país, mujeres valientes que siguen dando vida, a pesar de los abusos y las heridas. ¡Que las mujeres sean respetadas y defendidas! ¡Que se les brinden cuidados y oportunidades!"

"Nuestro encuentro demuestra que el terrorismo y la muerte nunca tienen la  última palabra. La última palabra pertenece a Dios y a su Hijo, vencedor del pecado y de la muerte.  Incluso ante la devastación que causa el terrorismo y la guerra podemos ver, con los ojos de la fe, el  triunfo de la vida sobre la muerte"

"Junto con todas las personas de buena voluntad, decimos “no” al  terrorismo y a la instrumentalización de la religión"

"Los ancianos sueñan, sueñan un futuro para los jóvenes; y  los jóvenes pueden recoger estos sueños y profetizar, llevarlos a cabo"

Tras las ruinas de Mosul, las 'piedras vivas' de Qaraqoch. La que en su día fue la principal ciudad cristiana de Irak recibió al Papa Francisco como enviado de un futuro esperanzador: el del regreso de los cristianos a la llanura de Nínive. Bergoglio no defraudó: "Ahora es el momento de reconstruir, y de volver a empezar. ¡No están solos!, toda la Iglesia está con ustedes", les dijo.

El camino hacia la iglesia del a Inmaculada Concepción fue uno de los pocos en los que pudo verse gente por las calles. No en vano, este domingo es el único de los tres días de esta histórica visita en el que podremos ver un acto multitudinario, la misa de este mediodía en el estadio de Erbil. Muchos le esperaban, con alegría y lágrimas desbordadas: esta gente ha sufrido mucho, pero jamás se dobló, ni abandonó. Hoy, como el templo, siguen intentando reconstruirse de las cenizas.

Francisco, el pontífice de los abrazos, vino a cumplir un sueño, largamente esperado, como su visita a Siria, que quién sabe si podrá realizar algún día. "He esperado con  impaciencia este momento", subrayó, tras escuchar el saludo de Su Beatitud el Patriarca Ignace Youssif Younan y los testimonios de la señora Doha Sabah Abdallah (con un mensaje en recuerdo de sus seres queridos, entre ellos su hijo, asesinados por el Estado Islámico, y que emocionó especialmente al Papa) y al padre Ammar Yako (quien vivió muy de cerca los ataques terroristas y el exilio de los cristianos de la zona, durante más de tres años). Y ser recibido con cánticos y ramos de olivo.

Los fieles de Qaragosh reciben con alborozo al papa

La belleza de las diferencias

"Mirándolos, veo  la diversidad cultural y religiosa de la gente de Qaraqosh, y esto muestra parte de la belleza que vuestra  región ofrece al futuro. Vuestra presencia aquí recuerda que la belleza no es monocromática, sino que  resplandece por la variedad y las diferencias", recalcó, subrayando otro de los mensajes-fuerza de este pontificado: Todos somos hermanos, diferentes pero con la misma dignidad.

El Papa no obvió su tristeza al percibir en la zona "los  signos del poder destructivo de la violencia, del odio y de la guerra", pero con una visión esperanzada, de futuro. "Cuántas cosas han sido destruidas. Y cuánto debe ser reconstruido".

Esperanza y memoria espiritual

"Nuestro encuentro demuestra que el terrorismo y la muerte nunca tienen la  última palabra", señaló Bergoglio. "Incluso ante la devastación que causa el terrorismo y la guerra podemos ver, con los ojos de la fe, el  triunfo de la vida sobre la muerte", añadió, poniendo el ejemplo de los mayores de este pueblo, "que adoraron y alabaron a Dios en este lugar. Perseveraron con firme esperanza en su camino terreno,  confiando en Dios que nunca defrauda y que siempre nos sostiene con su gracia".

"La gran herencia  espiritual que nos han dejado continúa viviendo en ustedes. Abracen esta herencia. Esta herencia es su fortaleza", insistió. "Ahora es el momento de reconstruir y volver a empezar, encomendándose a la gracia de Dios, que guía el destino de cada hombre y de todos los pueblos. ¡No están solos! Toda la Iglesia está con  ustedes, por medio de la oración y la caridad concreta", que se ha dado, y mucho, "en los momentos de necesidad".

"Este es el momento de reconstruir no sólo los edificios, sino ante todo los vínculos  que unen comunidades y familias, jóvenes y ancianos", pidió Francisco, reivindicando esa intergeneracionalidad entre ancianos y jóvenes, y que provoca lo imposible. "¿Qué es lo que sucede? Los ancianos sueñan, sueñan un futuro para los jóvenes; y  los jóvenes pueden recoger estos sueños y profetizar, llevarlos a cabo".

"Cuando los ancianos y los jóvenes  se unen, preservamos y trasmitimos los dones que Dios da", recordó el Papa, que volviendo la mirada a Abraham recordó que "nuestros hijos heredarán no sólo una tierra, una cultura y una tradición, sino también los frutos vivos de la fe que son las  bendiciones de Dios sobre esta tierra". Por eso es tan importante la memoria: "los animo a no olvidar quiénes son y de dónde vienen, a custodiar  los vínculos que los mantienen unidos y a custodiar sus raíces".  

"No se rindan, no pierdan la esperanza"

Pese a las dificultades, pese al aparente silencio de Dios, que "se confirmó para ustedes durante los días más oscuros de la guerra, y también en estos días de  crisis sanitaria global y de gran inseguridad". "En estos momentos, acuérdense de que Jesús está a su lado", proclamó, pidiendo a los cristianos que "no dejen de soñar. No se rindan, no pierdan la esperanza. Desde el cielo los santos velan sobre nosotros:  invoquémoslos y no nos cansemos de pedir su intercesión". A ellos, y a los "santos de la puerta de al lado (...). Esta tierra está llena de ellos, es una tierra de muchos hombres y mujeres santos.  Dejen que los acompañen hacia un futuro mejor, un futuro de esperanza".  

Recordando los testimonios que le precedieron, el Papa se sintió conmovido por las palabras de la mujer, que "dijo que el perdón es necesario para aquellos que  sobrevivieron a los ataques terroristas". "Perdón: esta es una palabra clave. El perdón es necesario para  permanecer en el amor, para permanecer cristianos", sostuvo Francisco.

Perdonar y luchar

"El camino hacia una recuperación total podría ser todavía largo pero les pido, por favor, que no se desanimen. Se necesita capacidad de perdonar y, al  mismo tiempo, valentía para luchar. Sé que esto es muy difícil. Pero creemos que Dios puede traer la paz  a esta tierra", aseguró, para volver, "junto con todas las personas de buena voluntad, decimos “no” al  terrorismo y a la instrumentalización de la religión".  

"En todo momento, demos gracias a Dios por sus dones y pidámosle que conceda paz, perdón y  fraternidad a esta tierra y a su gente", finalizó el Papa, quien pidió que "no nos cansemos de rezar por la conversión de los corazones y por  el triunfo de una cultura de la vida, de la reconciliación y del amor fraterno, que respete las diferencias,  las distintas tradiciones religiosas, y que se esfuerce por construir un futuro de unidad y colaboración  entre todas las personas de buena voluntad". 

Antes de concluir, el Papa miró hacia la estatua de la Virgen María colocada sobre la iglesia, a quien confió "el renacer de esta ciudad". "La Virgen no sólo nos protege desde  lo alto, sino que desciende hacia nosotros con ternura maternal. Esta imagen suya incluso ha sido dañada  y pisoteada, pero el rostro de la Madre de Dios sigue mirándonos con ternura", resaltó, haciendo el primer llamamiento a la dignidad de las mujeres, en la víspera del 8-M.

Los niños escuchan, sentados en el suelo, al Papa en Qaragosh
Los niños escuchan, sentados en el suelo, al Papa en Qaragosh

"Porque así hacen las  madres: consuelan, reconfortan, dan vida. Y quisiera agradecer de corazón a todas las madres y las  mujeres de este país, mujeres valientes que siguen dando vida, a pesar de los abusos y las heridas. ¡Que  las mujeres sean respetadas y defendidas! ¡Que se les brinden cuidados y oportunidades!", finalizó.

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