Católicos y ortodoxos en la isla de Leros
La isla griega de Leros forma parte del archipiélago del Dodecaneso en el mar Egeo. Allí ha estado reunido, del 5 al 9 de septiembre de 2017, el Comité Mixto de Coordinación de la Comisión Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa. Anfitrión esta vez ha sido el metropolita ortodoxo Paisios (Aravantinos), del Patriarcado Ecuménico. Han co-presidido los trabajos el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el arzobispo de Telmessos, Job (Getcha), del Patriarcado Ecuménico. Después de publicado el documento conjunto «Sinodalidad y primado en el primer milenio. Hacia una comprensión común en el servicio de la Unidad de la Iglesia», avanzado en septiembre de 2016 en Chieti (Italia), el Comité de coordinación tiene por objetivo programar los futuros pasos del diálogo teológico entre católicos y ortodoxos, y con eso precisamente ha tenido que ver el encuentro en Leros.
La mencionada Comisión es el organismo oficial del diálogo teológico entre católicos y ortodoxos. Solemnemente instituida en la Declaración común que firmaron el patriarca ecuménico Dimitrios I y Juan Pablo II al cabo de la visita de este último al Fanar, el 30 de noviembre de 1979, lleva celebradas hasta la fecha 14 sesiones plenarias, a saber: I: Patmos (1980); II: Múnich (1982); III: Creta (1984); IV: Bari (1986/87); V: Valamo (1988); VI: Freising (1990); VII: Balamand (1993); VIII: Baltimore (2000); IX: Belgrado (2006); X: Rávena (2007); XI: Pafos (2009); XII: Viena (2010); XIII: Amán (2014); y XIV: Chieti-Vasto (2016).
Su ambiente ha sido y es bueno, pero sufrió un parón considerable en Baltimore (2000), del que, gracias al valimiento de la suprema instancia en ambas partes, es decir, san Juan Pablo II primeramente y luego Benedicto XVI y Bartolomé I, salió airosa y pudo reanudar la marcha en Belgrado (2006). El primado del Papa y la sinodalidad vienen presidiendo desde entonces sus sesiones plenarias: doble argumento de cuyo correcto análisis dependerá la buena marcha ecuménica en el futuro.
La componen catorce Iglesias ortodoxas autocéfalas, cada una representada por dos teólogos, que suelen ser obispos. Son ellas: el patriarcado ecuménico, y los patriarcados de Alejandría, Antioquía, Jerusalén, Moscú, Serbia, Rumanía, Bulgaria, Georgia, e Iglesias de Chipre, Grecia, Polonia, Albania y de las tierras checas y eslovacas. La Iglesia católica cuenta con el mismo número de representantes. La Comisión mantiene un Comité permanente de coordinación, que se ocupa de que la maquinaria no quede parada entre las sesiones plenarias.
El Comité reunido en Leros ha permitido analizar « El camino hacia la unidad en la fe: cuestiones teológicas y canónicas », documento que, preparado por un grupo especial de redacción formado por miembros de la Comisión, ha hecho el balance de 37 años de diálogo ortodoxo-católico, y ha definido los principales problemas a debatir en las futuras etapas del diálogo. Tratando de relacionarlo con los inmediatamente anteriores, cabe retroceder hasta Rávena (13/10/2007), donde «Las consecuencias eclesiológicas y canónicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia. La comunión eclesial, conciliaridad y autoridad» fueron objeto de la XII sesión plenaria celebrada en Viena (2010). El estudio de la relación teológica y eclesiológica entre primado y sinodalidad en la vida de la Iglesia en ámbito local, regional y universal quería ser referente para ocuparse más tarde del crucial papel del obispo de Roma en la Iglesia universal. A Viena sucedió, como arriba digo, la XIII asamblea general de Amán (2014).
La cumbre de Amán se centró en el documento «Sinodalidad y Primado», del Comité coordinador a lo largo de dos reuniones habidas en Roma (2011) y París (2012). Amán tenía, pues, ante sí el reto de evaluar si el borrador reflejaba el actual consenso en esta delicada materia o si sería preciso seguir profundizando. Como el texto suscitó críticas de fondo, la Comisión acordó elaborar un nuevo proyecto propuesto luego a la discusión de la asamblea plenaria. Formado por miembros de la Comisión, el grupo de redactores preparó el nuevo borrador titulado «Sobre la vía de una comprensión común de la conciliaridad y del primado en la Iglesia durante el primer milenio». Tras largas discusiones, y en vista de serias divergencias, se recomendó reelaborar el texto por el Comité coordinador que sería convocado 2015.
Del 15 al 22 de septiembre de 2016 tuvo lugar en Chieti-Vasto (Italia), como digo, la XIV cumbre de la Comisión. El comunicado de la Santa Sede precisó su objetivo: examen de «Sinodalidad y primado durante el primer milenio: Hacia una comprensión común al servicio de la unidad de la Iglesia», documento cuya redacción había comenzado en Amán (2014) y luego completó el Comité durante la reunión en Roma (2015).
El documento aprobado en Chieti por la Comisión mixta el 21 de septiembre de 2016 salió adelante, según el Patriarcado de Moscú, después de algunas modificaciones y complementos necesarios. Sólo la delegación de la Iglesia ortodoxa georgiana publicó una declaración en la cual expresaba su desacuerdo con diferentes parágrafos del texto. Se dispuso, pues, incluir esta declaración en el documento común a publicar más tarde en nombre de la Comisión.
También en este documento final, los participantes evocaban, en signo de profunda comunión, a los metropolitas ortodoxos de Alepo, Paul (Patriarcado de Antioquía), miembro de la Comisión mixta, y Gregorio Juan Ibrahim (Iglesia siro-jacobita), secuestrados por terroristas en abril de 2013. La Comisión decidió dejar la elección del tema de las próximas sesiones al examen del Comité de coordinación mixta que habría de reunirse en 2017, o sea en esta cumbre de Leros objeto de este artículo.
El jefe de la delegación de la Iglesia ortodoxa rusa, metropolita Hilarión de Volokolamsk, presidente del Departamento de las relaciones eclesiásticas exteriores del Patriarcado de Moscú (DREE), propuso consagrar la próxima sesión del diálogo al tema de la sinodalidad y del primado en las Iglesias de Oriente y de Occidente durante el segundo milenio, comprendidos el cisma de 1054 y el problema del uniatismo, «que es central –dijo- para el segundo milenio». Según el comunicado oficial de la Santa Sede, a los miembros de la Comisión reunida en Chieti-Vasto aguardaba el cometido de evaluar «si dicho borrador refleja de forma adecuada el consenso actualmente existente sobre la delicada cuestión de la relación teológica y eclesiológica entre primado y sinodalidad en la vida de la Iglesia y si será necesario continuar investigando el tema». En Chieti-Vasto, en fin, se firmó el documento conjunto «Sinodalidad y primado en el primer milenio. Hacia una comprensión común en la unidad de la Iglesia».
El Comité reunido en Leros, pues, ha considerado también oportuno pasar al examen de «El Primado y la conciliaridad durante el segundo milenio y en nuestra época », asunto que se inscribe, lógicamente, en continuidad de «La Conciliaridad y el primado en el primer milenio», de la etapa anterior.
Este nuevo documento deberá estudiar los acontecimientos que provocaron la división entre los cristianos de Oriente y de Occidente. Una atención del todo particular se acordará al uniatismo, discutido en los años 1991-2000, pero que guarda hoy entera actualidad. Los representantes de la Iglesia rusa y de otras Iglesias ortodoxas han insistido en Leros sobre su discusión durante las reuniones del Comité.
Según Hilarión, «cuando los trabajos de la Comisión mixta fueron reanudados después de estar interrumpidos seis años, y se propuso volver a discutir del primado y de la sinodalidad en la Iglesia, Moscú aprobó esta proposición a condición de que las consecuencias eclesiológicas y canónicas de la unión serían también abordadas. Sin embargo, en 10 años, de 2006 à 2016, la Comisión no ha vuelto una sola vez sobre este tema». «La lógica de nuestro diálogo exige que a fin de acabar el trabajo sobre el documento consagrado al primado y a la sinodalidad en la Iglesia durante el primer milenio, pasemos al examen de la cuestión de la sinodalidad y del primado en las Iglesias de Oriente y de Occidente en el segundo milenio. Nuestro diálogo no pretende llegar a un acuerdo en las cuestiones sobre las cuales nosotros ya nos entendemos, sino discutir problemas que nos separan. El tema del uniatismo es uno de esos problemas, y de ardiente actualidad».
Llamó asimismo el metropolita de Volokolamsk la atención de la Comisión mixta sobre acciones «inadmisibles desde un punto de vista cristiano», y citó a la dirección de la Iglesia greco-católica ucraniana: «No se trata solamente de críticas –dijo-, sino de ofensas y de ataques injustos. Debemos darnos cuenta de que en el interior de nuestras Iglesias, hay gentes que ponen obstáculos sobre nuestra ruta. Hemos de mirar esto cuando pensamos en el futuro de nuestro diálogo!». Pero en Hilarión esta es una vieja cantinela. Parece tener metida entre ceja y ceja a la Iglesia greco-católica de Ucrania, a la que, por cierto, tampoco repara en ataques, sobre todo en entrevistas, y así no hay manera. El problema de la Iglesia ortodoxa rusa en Ucrania rebasa con mucho el ámbito greco-católico, donde, por cierto, tampoco se ha dignado todavía pedir perdón por el Pseudo-Sínodo de Liópolis de 1946.
Decía Benedicto XVI a los miembros del Comité, ya el jueves 15 de diciembre de 2005: «En esta nueva fase del diálogo hay que considerar dos aspectos juntos: por un lado, eliminar las divergencias restantes y, por otro lado, tener como deseo primordial hacer todo lo posible para restablecer la plena comunión, que […] apunta a una comunión en la verdad y en la caridad. No podemos permanecer en etapas intermedias, sino que debemos constantemente, con coraje, lucidez y humildad, buscar la voluntad de Jesucristo, aunque no corresponda a nuestros simples proyectos humanos» (© Copyright 2005 - Librería Editrice Vaticana).
La clausura en Leros fue el 8 de septiembre de 2017. Ese día por la mañana, fiesta de la Natividad de la Madre de Dios según el nuevo calendario, los miembros ortodoxos del Comité rezaron y comulgaron durante la Divina liturgia, celebrada en la iglesia de la residencia de los metropolitas de Leros. Luego los miembros todos visitaron la catedral, la iglesia dedicada al icono de la Virgen «Toda-Santa», situada en una fortaleza medieval, el museo de historia de la Segunda guerra mundial y el campo de refugiados del Oriente Próximo y de África, instalado provisionalmente en Grecia. Se dispuso asimismo, en fin, que el Comité vuelva a reunirse a finales del año 2018. Ojalá se tengan en cuenta para entonces las tres palabras recomendadas por el papa Benedicto XVI: «coraje, lucidez y humildad».
Pequeño aporte bibliográfico:
Langa, «Belgrado, Rávena y Pafos. Tres hitos en el diálogo teológico entre católicos y ortodoxos»: Diálogo Ecuménico, XLV, nn. 142-143 (2010) 187-242.
file:///C:/Users/Pedro%20Langa/Downloads/0000030507%20(1).pdf
http://equipoecumenicosabinnanigo.blogspot.com.es/2014/09/xiii-sesion-plenaria-de-la-comision.html
http://blogs.periodistadigital.com/pedro-langa.php/2016/09/16/p389435)
[https://www.cath.ch/newsf/dialogue-entre-orthodoxes-et-catholiques-moscou-rappelle-lobstacle-uniate/]
https://fr.zenit.org/articles/dialogue-catholique-orthodoxe-approbation-dun-document-commun-sur-synodalite-et-primaute/
(https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/
pubblico/2017/09/ 04/ pont. html)