El cardenal Rouco impone al arzobispo de Oviedo en la terna para sustituir a Del Río Arzobispado Castrense: ¿la vía para que Sanz llegue a Madrid?
El Rey habrá de tomar una decisión en los próximos días entre los nombres que le han llegado a la mesa: el del arzobispo de Oviedo y los de José María Gil Tamayo, y el portavoz de la CEE, Luis Argüello, según Voz Populi
El Gobierno pone trabas a la candidatura de Sanz, el principal representante del sector 'rouquista' de la Conferencia Episcopal
La llegada de Sanz a Madrid abriría las puertas de la 'batalla' por Bailén, aunque el Papa respalda a Osoro, a quien le quedan varios años de pontificado
La llegada de Sanz a Madrid abriría las puertas de la 'batalla' por Bailén, aunque el Papa respalda a Osoro, a quien le quedan varios años de pontificado
"Está hecho. Sólo faltan cuestiones burocráticas y de protocolo". A finales de julio, el nombramiento de arzobispo castrense parecía hecho. Todas las fuentes consultadas apuntaban (salvo sorpresa mayúscula) al obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, para sustituir al fallecido Juan del Río. Sin embargo, todo se freno. ¿Qué pasó?
Fundamentalmente, tres cosas. La primera, el cambio de Gobierno, que sacó a González Laya (conflicto con Marruecos mediante) y colocó a José Manuel Albares al frente de la cancillería; la segunda, coyuntural, el atroz incendio en Navaluenga; y la tercera, la entrada en la terna el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz.
Según avanza Voz Populi, el arzobispo de Oviedo, y principal exponente del sector más conservador del episcopado español (derrotado hace un año en su candidatura a la presidencia episcopal frente al cardenal Omella), habría sido impuesto entre los candidatos por el cardenal Rouco Varela, frente a Gil Tamayo y el secretario general de la CEE, Luis Argüello. Una posibilidad que no ha sido bien recibida por el Ejecutivo, que no ve con buenos ojos la llegada de Sanz al Arzobispado castrense, por su "evidente cercanía" a las tesis de la ultraderecha, según apuntan a RD fuentes gubernamentales.
En el caso de la Iglesia, la elección de Sanz supondría su 'entrada' en Madrid y, para algunos, un puente de presión para que el prelado alcance su principal objetivo (y el de Rouco Varela): llegar a convertirse en arzobispo de Madrid, en sustitución de Carlos Osoro. Una posibilidad que, hoy por hoy, nadie contempla, toda vez que el Papa Francisco respalda públicamente a Osoro (la última muestra, la presencia del secretario de Estado Parolin en la capital).
El castrense es el único nombramiento episcopal en España que, en última instancia, no depende directamente del Papa, sino que ha de contar con el visto bueno del rey Felipe VI. Un monarca que querría contar con el máximo consenso antes de tomar una decisión definitiva. En el trasfondo, el debate sobre el futuro de los Acuerdos Iglesia-Estado, que el PSOE quiere renegociar con los obispos a lo largo de esta legislatura.
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