La Universidad de los jesuitas celebra una jornada informativa sobre ‘Praedicate evangelium’ Comillas sale en defensa de la reforma de Francisco: “No rompe con la Tradición”
Organizada por la Facultad de Teología, varios profesores, desde distintas disciplinas, desgranan y reivindican las principales reformas del texto pontificio que entró en vigor el pasado 5 de junio
“Lo que queremos intentar mostrar es que esta reforma del Papa no es un mero postureo, ni mucho menos una ruptura con la Tradición, sino la puesta en práctica de un mandato explícito de las congregaciones generales previas al cónclave”
"Es una clara potenciación de los laicos que, de alguna manera, limita la presencia de los clérigos y religiosos, cuya presencia queda restringida a cinco años, prorrogada a otros diez"
"Es una clara potenciación de los laicos que, de alguna manera, limita la presencia de los clérigos y religiosos, cuya presencia queda restringida a cinco años, prorrogada a otros diez"
Apenas diez días después de su entrada en vigor, Praedicate Evangeliumha sido desgranada, y reivindicada, en un acto convocado por la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, para salir, entre otras cuestiones, al paso de las críticas generadas por algunas corrientes de opinión eclesiales que sostienen que la reforma que conlleva la nueva constitución apostólica supone una ruptura con la Tradición y el magisterio pontificio anterior.
¿Esta reforma se ciñe solo al estilo personal y palabras y acciones de un Papa o tiene una transformación institucional?, comenzó preguntándose el profesor Pedro Fernández Castelao, quien reconoció que esa interrogante había “sobrevolado los primeros años del pontificado”.
Las críticas de los cardenales
“Unos decían -prosiguió- que no había tal reforma y otros, desde los primeros documentos del Papa, perciben en modificaciones, notas de páginas, no solo una reforma doctrinal, sino una traición a la tradición evangélica y se pronuncian de manera contundente diciendo que lo que hay es una ruptura, con cardenales pronunciándose y una corriente de opinión que dice que el pontificado de Francisco es lo último que necesita la Iglesia”.
“Y lo que queremos intentar mostrar -añadió Castelao- es que esta reforma del Papa no es un mero postureo, ni mucho menos una ruptura con la Tradición, sino la puesta en práctica de un mandato explícito de las congregaciones generales previas al cónclave” del que salió elegido.
Acabar con el centralismo romano
El profesor Castelao diseccionó brevemente las claves de la reforma del papa Francisco, entre las que apuntó “la necesidad de acabar con un excesivo centralismo romano para dar lugar a nuevas dinámicas que den más peso y valor a las iglesias locales, así como el énfasis en la sinodalidad, opuesta a una jerarcología; apostar por movimientos horizontales donde prime el discernimiento y la toma de decisiones donde no predomine el que vengan de arriba abajo; así como la lucha contra el clericalismo, subrayando la laicidad bautismal, según la lógica de Lumen gentium”.
“Con esto se desmiente que la reforma del Papa sea un mero maquillaje de un estilo personal y que los pasos de este pontificado supongan una ruptura con los pontificados anteriores”, concluyó Castelao.
Insertada en la tradición canónica
“Tendremos que hablar durante mucho tiempo de esta ley, que no es un mero documento, de su rango constitucional, que afecta al núcleo constitucional de la Iglesia católica, insertada en la tradición canónica”, señaló por su parte el canonista Miguel Campo.
“No tenemos que tener miedo a utilizar la palabra reforma -subrayó el jesuita-, y algunas de las más significativas de este documento son la concepción misma de la Curia romana, que ahora se dice que no está solo al servicio del Papa, sino también de los obispos; el impulso decidido a las conferencias episcopales y a otros instrumentos de comunión en las iglesias; la corresponsabilidad en la comunión en el espíritu de una sana descentralización; el imperativo de colaboración entre los diferentes dicasterios; o que un laico pueda estar a la cabeza de un dicasterio, porque todos los órganos de la Curia actúan con la potestad vicaria del Papa”.
“Esta incorporación -añadió el profesor de la Facultad de Derecho Canónico- se ha dibujado con unas gotas de su profesionalidad y competencia y es una clara potenciación de los laicos que, de alguna manera, limita la presencia de los clérigos y religiosos, cuya presencia queda restringida a cinco años, prorrogada a otros diez”, abundó el canonista
En línea con el Vaticano II
El profesor José Manuel Aparicio, desde la Moral Social, subrayó el hecho de que esta constitución apostólica, cuyo “proceso de implantación no será rápida” plantea de manera decidida “la conversión misionera, y la plantea en el horizonte del Vaticano II, invitando a una reducción de estas estructuras eclesiales y mostrando un horizonte para un cambio en otras estructuras como las conferencias episcopales”.
Y si todos los intervinieres eran conscientes de las dificultades con las que ha sido no solo alumbrada, sino trabajada durante nueve años Praedicate evangelium, también tenían claro, como apuntó en la introducción del acto el decano de Teología, Francisco Ramírez Pueyo, que para Comillas, la reforma del papa Francisco "ya es una realidad".
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