"La jerarquía eclesiástica española es de las más conservadoras de la Unión Europea junto a la polaca y la húngara" La Iglesia española, la espina conservadora del papa Francisco
La línea aperturista e, incluso, progresista del papa Francisco en la Iglesia católica experimentó un revés en las pasadas elecciones a la Conferencia Episcopal Española, celebradas a principios de este mes. Los obispos españoles escogieron a Luis Argüello como presidente, un representante del sector conservador
“La dirección de la Iglesia española ha experimentado un giro conservador. Junto a Polonia y Estados Unidos de América, es uno de los obispados más contrarios a Francisco», analiza José Manuel Vidal, director de la publicación católica de referencia Religión Digital
Como obispos proclives a la senda impulsada por el pontífice Jorge Bergoglio, tanto los cardenales Juan José Omella como Carlos Osoro no han tenido capacidad para modificar la sensibilidad dominante en la curia española
Como obispos proclives a la senda impulsada por el pontífice Jorge Bergoglio, tanto los cardenales Juan José Omella como Carlos Osoro no han tenido capacidad para modificar la sensibilidad dominante en la curia española
| Moisés Pérez
(El Temps).-La Basílica de San Pedro, ubicada en el interior de la Ciudad del Vaticano, impresiona a todo visitante que contemple su interior, una combinación de estilo barroco y renacentista. Erigido en uno de los templos de mayor rango del mundo católico, con el espacio interior sagrado más grande de cualquier parroquia cristina, fue testigo de las palabras del Papa en una semana de recogimiento y penitencia , de compulsión por la muerte de cristo y de alegría, sin embargo, por la conmemoración de su resurrección.
En la misa del Jueves Santo, celebrada en esa basílica icónica, el pontífice Francisco cargó contra «la hipocresía clerical» de predicar unos comportamientos cristianos para sus fieles, pero actuar de otra forma en su vida privada. Unas palabras críticas que muestran el talante aperturista e, incluso, progresista del papa argentino desde que se convirtió en el representante de Dios en la tierra, iniciando una especie de primavera en la institución religiosa.
Esta línea discursiva, su apuesta por bajar de los altares vaticanos a movimientos marcadamente conservadores como el Opus Dei, sus invectivas contra las desigualdades económicas, han chocado con el pensamiento profundamente tradicionalista que ha caracterizado a la curia española. La elección del cardenal Juan José Omella como presidente de la Conferencia Episcopal Española en 2020 acercó formalmente la comandancia eclesiástica española a las tesis de Francisco, pero las últimas votaciones para escoger a los dirigentes del episcopado han mostrado una especie de retroceso hacia las líneas conservadoras y alejadas de los predicamentos del papa jesuita.
Con 48 votos de los 78 representantes de la Iglesia católica española con derecho a sufragio, el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello , se convirtió a principios de ese mes en el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española. Los obispos optaron por un perfil que no ha dudado en clamar contra el feminismo, exhibir su oposición a las leyes de memoria democrática de los gobiernos progresistas y despreciar la dimensión de los casos de abusos sexuales cometidos por la institución católica en el Estado español . No se ha olvidado en sus años de secretario de la Conferencia Episcopal Español de pronunciarse contra el aborto y generar polémica con los derechos LGTBI.
«La Iglesia agradece al general Franco que se hubiera puesto fin a una situación en la que parte de ésta sufrió una persecución», expresó durante el debate sobre la exhumación del cadáver del general sanguinario del llamado Valle de los Caídos, aunque matizó que a partir de los años cuarenta del siglo pasado "comenzó a verse el régimen nacionalcatólico como una incomodidad para la libertad religiosa". Argüello repitió el argumento empleado por la ultraderecha contra la Agenda 2030 y recibió con esperanza el nacimiento de la red ultraconservadora Neos, auspiciada por el exministro de Interior de José María Aznar , el radical Jaime Mayor Oreja .
Sin embargo, el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española no está entre los obispos más extremistas, como José Ignacio Munilla , de la diócesis de Orihuela-Alicante; Jesús Sanz , encargado del área religiosa de Oviedo; o Demetrio Fernández , de la delimitación católica de Córdoba. «La conclusión más rápida y, a su vez, más completa de estas elecciones, una vez se analiza cómo ha quedado el conjunto de los cargos directrices de la Conferencia Episcopal Española, es el triunfo abrumador del sector conservador y una derrota clarísima de José Cobo, arzobispo de Madrid y representante de la facción de los obispos enajenada con las tesis de Francisco», señala José Manuel Vidal , teólogo, sociólogo y director de la publicación de referencia en el mundo católico Religión Digital.
«No sólo ha sido la victoria de Arguello sobre Cobo por la presidencia de la Conferencia Episcopal Española, sino que el sector conservador ha copado casi todo el poder real de la dirección del obispado español. Las grandes comisiones, el comité ejecutivo... Los principales órganos de poder han sido copados para obispos de sensibilidad conservadora», remarca uno de los periodistas con mejor información de los movimientos internos en la curia española. «Cobo se ha quedado con un cargo honorífico como es la vicepresidencia, sin demasiado poder real», apunta. La elección de Cobo, el otro contrincante, como una de las máximas autoridades de la Iglesia católica española, es resultado de uno el equilibrio de tendencias que se ha buscado por parte de los obispos.
Un vía crucis para el pontífice
La victoria conservadora en las votaciones de la Conferencia Episcopal Española acerca a la curia española al club de las jerarquías eclesiásticas menos favorables a la línea aperturista que ha instaurado Francisco desde que de las chimeneas de la santa sede surgió humo blanco para escogerlo lo. «Con estos resultados, la Iglesia española gira otra vez a la derecha y se convierte en uno de los obispados más contrarios a Francisco del mundo. Eso sí, del brazo de Polonia y de Estados Unidos de América», radiografía. «La jerarquía eclesiástica española es de las más conservadoras de la Unión Europea junto a la polaca y la húngara», contextualiza.
Con un profundo conocimiento de las estructuras de poder clericales en el Estado español, Francisco ha movido hilos para transformar la comandancia católica española. Sin embargo, sus movimientos han sido infructuosos. «No ha logrado cambiar la faz del episcopado español. Sin embargo, no era tarea fácil, ya que el conservadurismo de los obispos españoles viene de lejos. En la transición se impuso el cardenal Tarancón, pero después han prevalecido durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI las tesis muy conservadoras del cardenal Marcelo González Martín », narra.
«La imposición de su visión en el seminario de Toledo y en otras escuelas de religiosos comportó un clericalismo absoluto en la formación de los rectores, quienes posteriormente se transformaron en obispos y éstos son los dirigentes de la Iglesia católica que tenemos en la actualidad», prosigue, para señalar que los obispos educados bajo la batuta de la doctrina de González Martín «están más cercanos al Concilio de Trento», celebrado entre 1545 y 1563 y caracterizado por consagrar una mirada extremadamente tradicionalista a la institución religiosa, «que en el Concilio Vaticano II », datado en 1959 y con un aire de apertura y progresismo para la arquitectura de poder del catolicismo.
Como obispos proclives a la senda impulsada por el pontífice Jorge Bergoglio, tanto los cardenales Juan José Omella como Carlos Osoro no han tenido capacidad para modificar la sensibilidad dominante en la curia española. «La estrategia de Francisco a través de ambos cardenales para reestructurar la jerarquía católica española ha fracasado. Cierto que era una tarea complicada porque gran parte del clero está formado con el horizonte anterior de González Martín, pero también hay que señalar que Osoro y Omella han pecado de prudencia. Omella no quería ser presidencialista al frente de la Conferencia Episcopal Española y, por tanto, no tenía intención de emular al expresidente Antonio María Rouco Varela », explica.
«Buscó el equilibrio entre todas las tendencias y dio juego a todas las sensibilidades, con lo que se le han colado bastantes obispos muy conservadores», subraya. La composición de un clero tan conservador y, en consecuencia, sin demasiada comunión con la doctrina de Francisco, ha provocado que el pontífice no haya efectuado ninguna gran visita papal al Estado español. «Es evidente que es una de las variables que han traído consigo su ausencia en España. El pontífice es plenamente conocedor de la situación de la Iglesia española y de su jerarquía. Lo sabe con nombres y apellidos, punto por punto. Es consciente de que una amplia mayoría de la jerarquía española no comulga con su línea y, por tanto, sabe que, en el fondo, no es bienvenido», expresa.
La única posibilidad de que, de momento, pueda el Papa para visitar España sería un viaje a las Islas Canarias. «No sería una visita a la Iglesia española, sino un gesto humanitario, de acogida de los migrantes. Si logra cerrar el viaje a Argentina , las Islas Canarias podrían ser una parada. Si no lo logra, podría ser una visita rápida y relámpago como gesto de apoyo a las personas migrantes», expone el responsable de Religión Digital.
¿Resurrección aperturista?
Pese al giro conservador en las estructuras directivas de la institución católica, no habrá un retorno a los tiempos de las manifestaciones callejeras y de las movilizaciones contra los ejecutivos progresistas. O, al menos, así lo señala Vidal: «No se notará, en principio, en una mayor presencia en la calle. La Iglesia católica ha perdido influencia social en los últimos años y no cuenta con demasiado empuje para enfrentarse, contrarrestar u oponerse de forma inequívoca contra el gobierno de coalición. Además, Argüello es una persona muy lista, muy fina y muy política. Sabe trenzar buenas relaciones con todo el mundo. Ha aprendido mucho de sus años como secretario general de la Conferencia Episcopal Española».
«La jerarquía católica no puede romper la pelea con el gobierno, ni con la sociedad. No está en una situación de fuerza», interpreta, para ejemplificarlo: «Argüello relativizó la dimensión de los casos de abusos sexuales, al contrario que Cobo, quien siempre estuvo junto a los afectados. Tras ser elegido como presidente de la Conferencia Episcopal Española, una de sus primeras acciones ha sido recibir a las víctimas. Este hecho da pistas para saber cuál será su estrategia, que estará fundamentada en el diálogo y en el consenso». De juventud antifranquista, inteligente y con conocimientos de teoría política, Argüello atesora en su biografía relaciones en el pasado con el PCE y una experiencia de asesor cultural del PSOE en Valladolid durante los ochenta.
Sin embargo, el triunfo del sector conservador podría ser un espejismo de sólo cuatro años, en un tiempo en el que podría darse la renuncia del pontífice Francisco. «Argüello tiene solo cuatro años y Cobo actualmente goza de poder en la fábrica de los obispos , es decir, en el dicasterio de Roma que filtra los nombramientos españoles. Si no comete los errores de Omella, podría escoger una decena o una quincena de obispos que podrían inclinar la balanza hacia posiciones favorables a Francisco», remarca el periodista especializado en asuntos religiosos. Sería la oportunidad para que el actual papa se sacara de su cuerpo la espina del espíritu conservador de la curia española.
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