"Nos toca pasar por estos momentos difíciles (...). En esta lucha no estáis solos" El presidente de la CEE, a sanitarios, policías y voluntarios: "Gracias por vuestra profesionalidad, vuestra perseverancia, vuestra paciencia"
Asenjo cree que las disposiciones del Vaticano para trasladar las procesiones a septiembre son "propuestas y presiones fuera de lugar"
"Ahora es tiempo de "enterrar a los muertos, rezar por ellos, de encomendar a los enfermos, servir a los pobres, ofrecer los medios materiales modestos que tenemos poniéndolos a disposición delas autoridades sanitarias", dice el arzobispo de Sevilla
"Nos toca pasar por estos momentos difíciles, y parece que Dios está ausente o dormido, pero no dudemos de que Él nos acompaña y comparte nuestros miedos, nuestra angustia y nuestro dolor". El presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, volvió a hacerse presente, a través de un videomensaje en el que da las gracias a todos los servidores públicos y profesionales "que luchan contra el coronavirus".
El arzobispo de Barcelona aprovecha su videomensaje para dar las gracias a todos estos colectivos "por todo lo que estáis haciendo, por vuestra profesionalidad; por vuestra perseverancia y, incluso, por vuestra paciencia ante el comportamiento de algunas personas que, en ocasiones, no actúan con suficiente responsabilidad; y por vuestra disposición a trabajar muchas más horas de las habituales. Muchas gracias por vuestro servicio abnegado y generoso".
"Seguimos rogando a Dios por todos y cada uno de vosotros y por vuestras familias, para que el Señor os ilumine en sus decisiones y acciones, y para que os proteja en esta lucha contra el Covid-19. Oremos por todos los que os habéis contagiado o que afrontáis el confinamiento en soledad. Encomendamos especialmente a Dios todos nuestros hermanos y hermanas que han muerto"
En esta lucha, "no estáis solos. Contad con el respeto, la estimación y el agradecimiento de toda la sociedad y de la Iglesia". Por ello,
Al tiempo, la diócesis de Barcelona ha puesto en marcha un servicio de apoyo telefónico para estos profesionales, por si necesitan "atención espiritual o tiempo de escucha". Para ello sólo tienen que enviar un e-mail a espiritualbarcelona@gmail.com o un WhatsApp al 619131553 dejando el nombre, teléfono, servicio público que se realiza (atención sanitaria; policía y bomberos; servicio administrativo, limpieza, asistencia social ...), y la franja horaria en la que se puede llamar para hablar personalmente.
"Muchas gracias, de todo corazón, a todos vosotros"
"Muchas gracias, de todo corazón, a todos vosotros", subraya Omella, que añade que "estamos viviendo una situación excepcional. El coronavirus nos ha cambiado la vida y nos ha situado en una situación de miedo e incertidumbre: unos, estresados por combatirlo, y otros agotados por tener que estar encerrados en casa".
"Nos toca pasar por estos momentos difíciles, y parece que Dios está ausente o dormido pero no dudemos de que Él nos acompaña y comparte nuestros miedos, nuestra angustia y nuestro dolor" recalca el presidente del Episcopado, que invita a recordar que "después de la tempestad viene la calma y que después de esta vida nos espera Dios con los brazos abiertos para ofrecernos una casa y un hogar en que no habrá dolor".
Por su parte, el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha remitido una carta a los sacerdotes y religiosos de la Archidiócesis en la que les alienta y les pide que sigan "intercediendo por nuestro pueblo" en estos día tan duros con miles de contagiados y fallecidos a causa del COVID-19.
Centrar la energía en lo fundamental
En la misiva, el arzobispo hace una breve alusión a las disposiciones llegadas desde el Vaticano en las que señalaban que se podían trasladar las procesiones de Semana Santa a otra fecha, apuntando al 14 y 15 de septiembre. Asenjo dice a este respecto que "acepta cordialmente" las disposiciones, pero advierte "que no deberíamos aceptar que propuestas y presiones fuera de lugar en este momento, en el que debemos dedicar todas nuestras energías a lo fundamental, nos desvíen de nuestras verdaderas prioridades".
El prelado hispalense asevera que ahora es tiempo de "enterrar a los muertos, rezar por ellos, de encomendar a los enfermos, servir a los pobres, ofrecer los medios materiales modestos que tenemos poniéndolos a disposición delas autoridades sanitarias... y lo específicamente nuestro: levantar los brazos a lo alto para que el Señor se apiade de nosotros".
Nuevos diáconos a puerta cerrada
Por otro lado, la hermana Tomasa García Calera de la Resa, que tenía alrededor de 70 años, sería la segunda víctima en la Región del covid-19. Está persona estuvo hace quince días en Madrid donde podría haberse contagiado e ingresó ayer en el hospital Rafael Méndez de Lorca, donde ha fallecido esta mañana, según indicaron a este Redacción fuentes de la Comunidad Autónoma. Otras monjas que convivían con ella también presentan algún síntoma, por lo que habrían sido aisladas
Finalmente, y como estaba previsto. A las 17.00 horas de la tarde, ha comenzado la misa en la que han sido ordenados diáconos tres seminaristas de nuestra Archidiócesis: Enrique García, Galo Oria de Rueda y Jesús Irache. La celebración, presidida por el arzobispo Vicente Jiménez, ha sido retransmitida a través del canal diocesano de YouTube.
A pesar de la separación impuesta por el Covid-19, «estrechamos nuestra comunión con Dios y con los hermanos, especialmente con los fallecidos, con los enfermos y con los que los cuidan, con los ancianos, los que tienen miedo y los que están solos. Y elevamos esta oración de confianza con el salmista: El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?», ha explicado el Arzobispo.
Una ceremonia especial
Tras una homilía en que se ha dirigido especialmente a los ordenandos, recordándoles cómo los diáconos están llamados a ser servidores de la eucaristía, la Palabra y los pobres, ha tenido lugar propiamente el rito de la ordenación: el escrutinio o interrogatorio, con las promesas diaconales —entre ellas, la de guardar el celibato—; el canto de las letanías de los santos, con la postración de los ordenandos; la imposición de manos del obispo y la oración de consagración; la vestición de las estolas cruzadas y las dalmáticas —vestidura propia de los diáconos, consistente en una casulla con mangas—: y la entrega del libro de los Evangelios.