El 28 de noviembre, en Roma, donde recibirán el resultado de la visita canónica El noviembre 'horribilis' de los obispos españoles: el Papa los convoca a todos para hablar de los seminarios
En muy contadas y excepcionales ocasiones llama el Vaticano a toda una Conferencia Episcopal para hablar de un asunto. Fuera de una visita ad limina o una peregrinación conjunta, cuando Roma convoca es que algo quiere poner en claro ante ese Episcopado. En este caso, la Santa Sede, tras el informe realizado por dos obispos uruguayos después de su visita canónica durante los pasados meses de enero y febrero, quiere abordar el tema de los seminarios españoles con todos los obispos
Será el 28 de noviembre, justo después de la Asamblea Plenaria donde el tema de los abusos sexuales y la decisión final sobre la auditoría de Cremades seguirán copando la actualidad eclesial
En muy contadas y excepcionales ocasiones llama el Vaticano a toda una Conferencia Episcopal para hablar de un asunto. Fuera de una visita ad limina o una peregrinación conjunta, cuando Roma convoca es que algo quiere poner en claro ante ese Episcopado.
En este caso, la Santa Sede, a través del dicasterio del Clero, tras el informe realizado por dos obispos uruguayos después de su visita canónica durante los pasados meses de enero y febrero, quiere abordar el tema de los seminarios españoles con todos los obispos. Será el 28 de noviembre, justo después de la Asamblea Plenaria donde el tema de los abusos sexuales y la decisión final sobre la auditoría de Cremades seguirán copando la actualidad eclesial. Con encuentro con el Papa -anunciado por Omella- incluido.
Con ese recado específico se vino el cardenal Omella el pasado domingo del Vaticano, donde pasó casi todo el mes de octubre participando en la asamblea sinodal. Antes de partir se comunicaron con él desde el Dicasterio para el Clero para anunciarle que los resultados de la visita canónica de los obispos a los seminarios españoles estaba concluido y querían ofrecerles los resultados al conjunto del Episcopado español.
"Me dijeron que el resultado era positivo", señaló Omella en la rueda de prensa tras la asamblea plenaria extraordinaria para tratar el tema de los abusos. "Pero qué siempre se puede mejorar", completó el presidente de los obispos en tono campechano para rebajar la sorpresa que esa noticia -ofrecida por Joan-Enric Vives, presidente de la Comisión Episcopal para el Clero y Seminarios, durante la plenaria- había causado.
A lo largo de las semanas que duró la encomienda de los visitadores a los seminarios y sus entrevistas con rectores y obispos, la información que se deslizaba era de que todo discurría con normalidad. Así lo reconocía a Religión Digital justo al concluir la misma, en marzo pasado, el obispo Jesús Vidal, presidente de la Subcomisión para los Seminarios de la Conferencia Episcopal Española.
"Sabemos que Mons. Fajardo y Mons. Troccoli [los obispos enviados por el Vaticano] se han ido agradecidos por la acogida que han recibido en los seminarios españoles. Y de la misma forma, sabemos que la percepción de los seminarios ha sido generalmente buena". En todo caso, monseñor Vidal añadía que esa visita canónica "no envía ninguna señal preocupante, sino todo lo contrario. La Santa Sede ha expresado en diferentes ocasiones su alta valoración del plan de formación y de los seminarios españoles y desea conocer, de primera mano, cómo está resultando la implantación del nuevo plan".
¿Miedo a un tirón de orejas?
Una impresión que el propio Omella quiso traslucir al abordar este tema en la rueda de prensa y conrirmaron las fuentes consultas por Religión Digital. No temen un tirón de orejas, aunque son son conscientes de que, efectivamente, hay cosas que mejorar. De hecho, se tomaron las medidas -con la bendición vaticana- con la adaptación a la realidad de la Iglesia española de la Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis, puesta en marcha por la Congregación para el Clero en el año 2016 y tres años más tarde en España.
Aprobada con holgada mayoría, la norma obligaba a los seminarios españoles a ponerse en hora con los requisitos vaticanos, tanto en la exigencia de una formacion continua, atención a la madurez afectiva de los candidatos, apuesta por la creación de lazos de comunidad entre los sacerdotes para evitar los peligros de la soledad o una mayor presencia de la mujer en las aulas donde se forman para acabar con una carencia que, por varios motivos, se ha visto nociva en la propia percepción de los seminaristas.
Sobre la crisis de vocaciones y la imposibilidad de atender adecuadamente a los seminaristas, cada vez más escasos, y siguiendo el ejemplo de Cataluña, también se puso el acento en la idoneidad de crear seminarios interdiocesanos, una creciente realidad que, sin embargo, es cierto que se ha topado con la negativa de algunos obispos a trasladar a sus seminaristas a centros con cuyo sesgo en la formación no están conformes. Y este sí es un aspecto que preocupa, y no solo en el Vaticano, sino también en muchas diócesis.
En este sentido, también desde un primer momento de la visita canónica se mostró inquietud -así como la sospecha de que tal vez una de las razones estaba ahí- por lo que los dos obispos uruguayos se pudieran encontrar en algunos seminarios, como los del Camino Neocatecumenal, teniendo en cuenta que alrededor del 20% de los casi mil seminaristas españoles se forman en los 14 seminarios Redemptoris Mater, lo que, además de llenar de desconcierto a algunos obispos españoles, crear problemas cuando el obispo promotor del mismo se jubila o su difícil encaje en la vida diocesana dado su carácter misionero, hace unos años llamó la atención de la Congregación para el Clero, según han señalado a Religión Digital.
Ahora, definitivamente se saldrá de dudas el 28 de noviembre cuando se les presente la radiografía de unos seminarios que, sin duda, mostrará claroscuros, cita que algunos afrontan con un poco menos de aplomo del que se aparenta.
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