Desayuna conmigo (martes, 11.2.20) La mitad del pastel
¿Hacerle ascos?
![Pastel](https://www.religiondigital.org/2020/02/11/Pastel.jpg?hash=b7d15ec335723a2ac7d27be27346566765319f2a)
Esta mañana, sabiendo que hoy se celebra el “día internacional de la mujer y de la niña en la ciencia”, me he topado con una noticia tan estimulante y esperanzadora como la siguiente: “En España, un grupo de investigadoras y comunicadoras científicas ha lanzado la iniciativa 11 de febrero, organizando numerosas actividades durante toda la semana para visibilizar el papel de la mujer en la ciencia. En total, se han organizado más de 200 actividades en 40 provincias españolas gracias al apoyo de numerosos colectivos e instituciones, incluidos varios centros del CSIC.El objetivo: que cada vez más niñas sueñen con ser Marie Curie de mayores”.
![Chicos y chicas universitarios](https://www.religiondigital.org/2020/02/11/Chicos_y_chicas_universitarios.jpg?hash=b6283779e9730fee009df7a08f786bba61935669)
Se trata de una celebración que obedece a una propuesta reciente (diciembre de 2015) de la Asamblea General de las Naciones Unidas con vistas a lograr mayor participación y mayor progreso de las mujeres y de las jóvenes estudiantes en la ciencia.
Ni que decir tiene que la “ciencia” copa una parte importante y trascendental de la actividad humana. Sin ella, rudimentariamente experimental durante milenios y muy arropada en nuestro tiempo por costosas investigaciones de laboratorio y labores de campo, puede que la humanidad se viera sometida todavía a su primitiva tarea de cazadora y recolectora de los frutos que la naturaleza ofrece por sí misma a todos los animales, incluidos los humanos. La ciencia nos ha ayudado no solo a multiplicar por mil la capacidad productiva de nuestros campos, sino también a vivir muchos más años e incluso a buscar en los espacios siderales alternativas de alojamiento. ¡Asombrosa e inaudita proeza!
![Científicos](https://www.religiondigital.org/2020/02/11/Cientificos.jpg?hash=213e54a1b53954d993d57cf3bd9b2891eb3e3429)
No deberíamos extrañarnos de que a la mujer, a la que la naturaleza ha confiado más de la mitad del quehacer de la procreación humana, se la pretenda hacer equitativamente partícipe del progreso que llevan aparejado todas las ciencias. La verdad es que hablamos de un camino que muchas de ellas han emprendido con notable éxito hace ya muchos años. De entre las muchas mujeres que se han hecho un nombre en el campo de la ciencia ya se ha citado a Marie Curie y no deberíamos seguir adelante sin mencionar, siquiera, a nuestra Margarita Salas, fallecida recientemente. Por ello, en la cálida reflexión de esta mañana quiero invitar a todos los lectores a celebrar este día y a apoyar la iniciativa de quienes reclaman para las mujeres muchísimo más juego y protagonismo también en el ámbito de la ciencia.
Quizá lo más importante de esta celebración sea su contribución a crear la conciencia de que la mujer es igual al hombre en todo lo referente a valores y derechos. Un enunciado como ese, tan manido desde el punto de vista teórico, necesita ser llevado a la vida real y, en nuestro caso, al terreno de la ciencia. De hecho, las mujeres tienen la misma capacidad que los hombres a la hora de estudiar una carrera científica, de ejercer una profesión, de ocupar una cátedra y de trabajar en un laboratorio.
![Marie Curie](https://www.religiondigital.org/2020/02/11/Marie_Curie_cabecera.jpg?hash=e75407088be656012ebe8ecc7da8905fcb8ac5ff)
Deberíamos organizar la vida social y orquestar las ocupaciones profesionales de otra manera para evitar los obstáculos insalvables que muchas mujeres encuentran en el ejercicio pleno de su profesión por razón de su sexo. Hombres y mujeres pueden hacer lo mismo, salvo lo que dependa estrictamente de su condición sexual, de su femineidad o de su masculinidad. Nadie en su sano juicio pretendería exigir a un hombre que conciba y alumbre hijos, como tampoco a nadie con sentido común se le ocurriría imponer a una mujer una tarea que rebase sus fuerzas. Todas las demás funciones, desde las de papa y presidente de estado hasta la de barrer calles deberían estar abiertas por igual a hombres y mujeres. Y, para las tareas de mayor responsabilidad, debería poder seleccionarse a las personas más capacitadas y a las que más méritos tengan, sin primar a nadie ni fijarse en si los seleccionados son hombres o mujeres.
![Margarita Salas](https://www.religiondigital.org/2020/02/11/20191107-Margarita-Salas2.jpg?hash=be79e00e9bda50025a698db226a5b7b75daca68a)
Cuando en la familia hay hijos, cuya atención recae principalmente en la madre, la mujer se topa con un serio obstáculo para ejercer su profesión. Puede incluso que ese obstáculo sea incluso mayor cuando se trata de docencia o de investigación. Hoy por hoy, hay profesiones que son incompatibles con la maternidad. La organización social debería flexibilizar los desarrollos laborales para evitar tantos obstáculos. Que el principal escollo sea el educativo hace prever que todavía se tardará mucho en conseguir que los hombres compartan como sería de desear las tareas del hogar y sus cargas. De conseguirse algún día, seguro que los hombres no perderían nada y las mujeres ganarían tiempo y sosiego, con lo que darían un gran paso en sus más que justas reivindicaciones de igualdad.
En estas tensiones y pugnas de sexos, puede que lo más pernicioso sean las reivindicaciones tendentes a implantar un feminismo de las mismas características que el machismo imperante a combatir. A veces, las mujeres mismas son el mayor escollo para llevar a buen puerto sus reivindicaciones de igualdad, pues, si bien es muy justo luchar por ella, es muy peligroso buscar el sometimiento de los hombres a sus gustos y caprichos. Conozco hombres que no tienen empacho en reconocer que viven sometidos a la tiranía de sus mujeres.
![Manifestación en pro de la igualdad](https://www.religiondigital.org/2020/02/11/Manifestacion_en_pro_de_la_igualdad.jpg?hash=095688190f73a17de69d4a611dd7a1598b5a3ddd)
Suele decirse de una buena empresa que su principal valor productivo son sus trabajadores, y de un pueblo, que lo mejor que tiene son sus habitantes. Pues bien, lo mejor de la humanidad son sus habitantes, más o menos mitad hombres y mitad mujeres. El título de esta reflexión, “la mitad del pastel”, se refiere obviamente a las mujeres en clara reivindicación de su espacio y derecho, pero el subtítulo, “¿hacerle ascos?”, engloba claramente también la otra mitad. No corren tiempos, ni ahora ni nunca, para tirar a la basura ninguna de las mitades del pastel. Se peca por no llegar, pero también por pasarse.
Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com