Sin pastoral vocacional para el Diaconado "Cada aspirante a diácono que aparece: Un auténtico milagro"
"No existe pastoral vocacional para el diaconado, pero aún así, aparecen hombres dispuestos a servir. De forma milagrosa, y aunque en escasísimo número, pero de una grandísima calidad, aparecen aspirantes"
"Actualmente no existe, y me atrevo a decir, que nunca ha existido, una pastoral vocacional para el Diaconado. Tal vez, la única excepción fue en 2004, cuando se elaboró un folleto tríptico en el que se informaba y se daba un teléfono de contacto"
"Cuando se trata este tema, se suele decir que la mejor pastoral vocacional es la propia vida del diácono, su ejemplo de vida, que haga que los demás vean su servicio, su entrega, y eso suscitará vocaciones"
"Pero, claro, eso si tuviéramos diáconos en cada parroquia, pero como no es así, hay que buscar otros métodos para dar a conocer esta valiosa vocación"
"Cuando se trata este tema, se suele decir que la mejor pastoral vocacional es la propia vida del diácono, su ejemplo de vida, que haga que los demás vean su servicio, su entrega, y eso suscitará vocaciones"
"Pero, claro, eso si tuviéramos diáconos en cada parroquia, pero como no es así, hay que buscar otros métodos para dar a conocer esta valiosa vocación"
No existe pastoral vocacional para el diaconado, pero aún así, aparecen hombres dispuestos a servir. De forma milagrosa, y aunque en escasísimo número, pero de una grandísima calidad, aparecen aspirantes. Ante cada uno de ellos yo me quedo realmente asombrado de ver a estos hombres que, con una vida de gran entrega familiar, laboral y pastoral, acuden para darse aún más a la Iglesia.
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En el Jubileo de la Misericordia de los Diáconos en Roma en mayo de 2016, coincidí con un diácono de la diócesis norteamericana de El Paso cuando estábamos haciendo cola para pasar a los actos en San Pedro. Este me contó que él era el encargado de la formación de los aspirantes al diaconado de esta diócesis, y que estaba seleccionando a 100 aspirantes que se incorporaban al curso propedéutico y que algunos tendrían que esperar al año siguiente, porque había puesto ese número máximo y ya sobraban bastantes. Me llamó mucho la atención ya que, en mi diócesis, que debe tener 30 veces más clero que la suya, tan solo aparecen 5 o como mucho 10 aspirantes al año, de los que normalmente la mitad desaparecen cuando en el primer contacto se les explica en qué consiste la formación a este ministerio.
Esta enorme desproporción lleva al análisis de porqué una diócesis tan limitada, puede tener estos números tan alejados de las españolas.
Cabría comenzar reiterando que actualmente no existe, y me atrevo a decir, que nunca ha existido, una pastoral vocacional para el Diaconado. Tal vez, la única excepción fue en 2004, cuando se elaboró un folleto tríptico en el que se informaba y se daba un teléfono de contacto, siendo difundido por parroquias. Después de este, hubo un gran número de intentos de diseños de folletos, sin que nunca se llegarán a finalizarse.
Cuando se trata este tema, se suele decir que la mejor pastoral vocacional es la propia vida del diácono, su ejemplo de vida, que haga que los demás vean su servicio, su entrega, y eso suscitará vocaciones. Pero, claro, eso si tuviéramos diáconos en cada parroquia, pero como no es así, hay que buscar otros métodos para dar a conocer esta valiosa vocación.
Aparte de los folletos, también hubo intentos de vídeos vocacionales, con ideas estupendas como filmar a un diácono en su trabajo, por ejemplo uno de los que se dedican como policía municipal a dar clases de educación vial y a llevar por la ciudad a alumnos de colegios en bicicleta, enseñándoles a respetar las señales. Se grabaría a ese mismo diácono después con su mujer y con sus hijos en su hogar, y también en sus labores ministeriales en su parroquia. Pero desgraciadamente, todo quedó en proyecto sin llevarse a cabo. Desde luego, en estos tiempos en los que los folletos han quedado obsoletos, los vídeos, son muy apropiados, como información fácil de ver y difundir.
"Se suele decir que la mejor pastoral vocacional es la propia vida del diácono, su ejemplo de vida, Pero, claro, eso si tuviéramos diáconos en cada parroquia, pero como no es así"
Al comenzar a diseñar una estrategia de pastoral vocacional, lo primero sería señalar hacia qué colectivos habrá que enviar el mensaje. Por supuesto a los que reúnen el perfil de aspirante, varones y entre ellos, especialmente a los casados, aunque como ya sabemos, también es una vocación para solteros que abrazarán el celibato. Por supuesto, al siguiente colectivo, al que habrá que dar importancia, serán a las mujeres de estos posibles candidatos, que acompañarán a sus maridos en esta vocación, y como no a los párrocos, vicarios parroquiales y en general, todos los presbíteros para que sean ellos también agentes que promuevan esta vocación. Existen un buen número de casos en los que ni se les pasaba por la cabeza está vocación, hasta que el párroco le llamo y se lo propuso, y ahora son felices diáconos que están infinitamente agradecidos al sacerdote que les dio el empujón.
En algunas diócesis, fijan un día o varios de sensibilización para el Diaconado, con distintas actividades incluso en alguna, realizan la jornada de “El día del Diácono” para toda la diócesis. Todo lo anterior sirve especialmente para dar a conocer y sensibilizar sobre este ministerio, pero tal vez poco para que aparezcan nuevas vocaciones.
Sí sería una forma adecuada de promover vocaciones, el crear equipos de dos diáconos y un aspirante que se pusieran en contacto con grupos propicios para aprovechar la reuniones periódicas estos, y de una forma breve, dar una presentación sobre esta vocación e invitar a que los que puedan tener inquietudes, se apunten al Curso Propedéutico. Un grupo muy indicado para esto podría ser el de profesores de religión de secundaria y bachillerato, ya que tienen los estudios, algo que sin duda ayuda a arrancar en este camino. Otros colectivos muy apropiados, serían los grupos que se forman después de los Retiros de Emaús.
Un momento de florecimiento de vocaciones al Diaconado fue la etapa en la que estaba como responsable don Francisco Pérez, el que posteriormente fue Arzobispo de Pamplona, que por aquella época alternaba su puesto como formador del Seminario Conciliar y animaba constantemente a todos los jóvenes que se encontraba para que fueran aspirantes al diaconado, incluidos aquellos que aún jóvenes tenían novia y empezaban el curso propedéutico, acudiendo recién casados, solteros sin novia e incluso parejas de novios. Lo cierto que es la forma de que se nutra el diaconado de jóvenes. No debe ser impedimento para comenzar la formación el estado civil del aspirante. Algo que parece muy apropiado, porque si lo conveniente son aspirantes lo más jóvenes posible, que mejor que vayan dando sus pasos para una posible posterior ordenación.
Por supuesto, tiene que haber un filtro previo al Curso Propedéutico, pero el importante momento para seleccionar será cuando terminen este curso, que tras el propio discernimiento del aspirante y también de los responsables para ver si es apto para empezar la formación. Sobra subrayar la importancia del filtro final para la ordenación, que sí debe ser muy exhaustivo.
Pues, manos a la obra, hay que diseñar estrategias para promover esta preciosa vocación que tanto bien hace a la Iglesia y en especial a los pobres.
Si me tocará ir a mi a algún grupo para promover esta vocación, les diría desde la experiencia propia: ¿Por qué esperar? ¡Ánimo! ¡Lánzate! No te arrepentirás, no te lo pierdas, el servicio es una vocación que se disfruta muchísimo.