El organismo asturiano aboga por una reforma fiscal El Foro de Cristianos Gaspar García Laviana, "contra una reducción indiscriminada de impuestos"
Ante el debate actual tan traído y llevado sobre bajar o subir impuestos, los miembros del Foro de Cristianos Gaspar García Laviana de Asturias, ofrecemos nuestras consideraciones sobre un tema tan importante para toda la sociedad
"De ninguna manera se puede entender que haya gente con capacidad económica reducida, o baja, que pida sin más rebajar los impuestos o aplaudan a quienes lo proponen"
"No se puede entender que los que piden bajar los impuestos no pidan al mismo tiempo una severa vigilancia fiscal para reducir el fraude"
"No se puede entender que los que piden bajar los impuestos no pidan al mismo tiempo una severa vigilancia fiscal para reducir el fraude"
No se debe creer que bajar los impuestos aumenta el crecimiento económico de una región y que las regiones con menor presión fiscal son las que mayor incremento del PIB presentan, pues ello queda desmentido por los datos. Cuando se dice que el éxito del crecimiento económico se debe a una menor carga fiscal, estamos ante una afirmación falsa, formulada para un consumo electoralista. Entre 2009-2019, Balears es la autonomía que más crece con un 18,6% y la que más ha incrementado la carga fiscal con un 9,2%. (Carles Manera | septiembre 20, 2022, Dogmas e ideología: la bajada de impuestos. https://economistasfrentealacrisis.com/dogmas-e-ideologia-la-bajada-de-impuestos/).
No se puede aceptar una reducción indiscriminada de impuestos, que es el cauce a través del cual los Estados pueden disponer de recursos para afrontar los gastos públicos, entre los cuales están: los sanitarios, los educativos, los culturales y recreativos, los de seguridad y defensa, los originados por el pago de las pensiones, las prestaciones por desempleo y otras prestaciones o ayudas de carácter social, los destinados a la construcción y mantenimiento de infraestructuras, como las carreteras, autopistas y autovías, los ferrocarriles, los puertos, los aeropuertos…, los de recogida de basuras, abastecimiento de agua potable, transporte público… Bien es verdad que hay gastos, como los invertidos en armamento, que son muy discutidos.
Una presión fiscal por debajo de la media de la UE
La presión fiscalen España se sitúa por debajo de la media de los países de la Unión Europea (UE). Ocupa el puesto 14 de 27. Un español paga menos impuestos que un francés, un italiano o un alemán, por ejemplo. La vigilancia fiscal en España es baja: según datos de la OCDE, el número de funcionarios de la Administración Tributaria por cada millón de habitantes da el siguiente resultado: España, 400 x 1 millón; Italia, 600; Portugal, cerca de 1.000; Alemania, 1.300; Dinamarca, 1.400. De ahí que sea tan imprescindible abordar con urgencia y de verdad la reforma de nuestro sistemafiscal.
Se puede entender que algunos pidan reducir los impuestos de los más pobres y en la misma proporción pidan aumentar los de los más ricos para compensar la pérdida de recursos del Estado. De ninguna manera se puede entender que haya gente con capacidad económica reducida, o baja, que pida sin más rebajar los impuestos o aplaudan a quienes lo proponen. La idea de que los impuestos son necesarios es obvia. Sin un sistema de impuestos justo y suficiente será difícil alcanzar los imprescindibles niveles de solidaridad y conseguir sociedades más igualitarias.
No se puede entender que los que piden bajar los impuestos no pidan al mismo tiempo una severa vigilancia fiscal para reducir el fraude y así resarcir las pérdidas del Estado por la bajada de impuestos que ellos piden con tanta insistencia y así no disminuyan los recursos estatales. Todos, y con todas nuestras fuerzas, debemos exigir que el Estado luche contra el Fraude Fiscal que engendran principalmente los que más tienen.
Fraude fiscal
El fraude fiscal, además de ser inmoral, contribuye a que crezca la desigualdad. Corregir el fraude fiscal es corregir la desigualdad. El incumplimiento de las obligaciones fiscales hace a nuestra sociedad menos eficiente y más insolidaria. El Estado tiene unas obligaciones ineludibles, pero también existe una responsabilidadindividual con independencia de que nuestros dirigentes políticos no gestionen adecuadamente los recursos del bien común. No pagar impuestos o apostar indiscriminadamente por su reducción es una actitud insolidaria, que produce quiebras sociales y condena al sufrimiento a los más débiles.
No se entiende que se mantenga el desigual tratamiento fiscal que reciben las nuevas empresas tecnológicas multinacionales y las pequeñas empresas. Tanto a nivel individual como empresarial, los que más dinero o negocio tienen, han de ser los que más aporten a los gastos comunes. La presión fiscal en España está por debajo de la media europea. Lo mismo sucede con el número de funcionarios de la Administración Tributaria.
Parece razonable mantener los impuestos sobre el patrimoniosiempre que se haga en proporciones justas y equitativas, pues parece que es precisamente la riqueza heredada la que más desigualdad origina. La adquisición de capital que genera capacidad económica debe ser gravada para evitar una excesiva e injusta concentración de la riqueza.
Impuestos medioambientales
Es difícil entender que los ciudadanos de los territorios con mayor renta se desentiendan de las necesidades de los más vulnerables también de otros territorios. La solidaridad con los demás, con independencia de lo alejados que estén geográficamente, es una opción y una responsabilidad personal. Renunciar a la solidaridad con los que no pertenecen al entorno próximo no parece razonable.
Los impuestos medioambientales. Ante un equilibrio ecológico que se ha roto, los impuestos verdes son parte de una solución para la restauración del Medio Ambiente.
Es necesaria más transparencia en la gestión de los recursos colectivos y un mayor compromiso individual en la aportación de recursos destinados al bien común.
Parece fundamental entender que los impuestos son un medio para hacer un mundo más igualitario. Estos recursos están en manos de los gobiernos que haya en cada momento y a ellos toca ejercer con su política la redistribución teniendo en cuenta en primer lugar a los más desfavorecidos de la sociedad. A la gente con menos capacidad económica le interesa que el Estado tenga los recursos suficientes para mantener el llamado “estado de bienestar”, los gastos públicos. Si se bajan los impuestos, ese dinero no irá principalmente a los bolsillos de los más pobres o de los menos pudientes, sino de los que más tienen y los gastarán como más les interese a ellos y no para favorecer el Bien Común.
Con estos criterios hay que hacer el análisis de los partidos políticos. Lo que dicen sobre los impuestos los distinguen bien, lo cual es importante a la hora de decidir qué sociedad queremos y a quiénes debemos votar.
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