Las Madres HEROICAS de Kabuga, Ruanda

Querid@s amig@s colaboradores y cooperantes en la lucha por un mundo mejor  para todos  los Seres Humanos y la Madre Tierra

Enviamos una bonita y estimulante información de las que calificamos “LAS MADRES HEROICAS DE KABUGA”, en Ruanda, mujeres en la pura calle, viviendo en la pura miseria, sumergidas en la pura impotencia, pero que en la hermana Enmerance, Misionera de los Sagrados Corazones, encontraron una gran tabla de salvación, que fue posible poner a su servicio gracias a las aportaciones que habéis efectuado para ellas todos los colaboradores para la compra de una finca que están cultivando y aprovechando cada vez mejor.

 Ya están cultivando en ella sorgo, un cereal muy parecido al maíz, que es un alimento muy energético y rico en hierro, especialmente indicado para situaciones de desnutrición y anemia, algo muy frecuente en niños deficientemente alimentaos. En Kabuga lo muelen, lo cuecen y queda como una crema con la que alimentan especialmente a sus niños y niñas.

Eran madres que vivían de la mendicidad en la calle, que allí es vivir de nada, porque nadie da lo que no tiene, y allí la gente no tiene ni lo básico para sí misma y nada tiene para dar. Por tanto, mujeres madres solteras, incluso expulsadas de sus casas por la propia familia por considerarlas una ignominia para la familia, con la autoestima por los suelos, despreciadas por todos.

A partir de la compra de la finca ya están aprovechando sus cultivos. La idea es también, con los frutos de la finca criar cerdos y conejos, y con el abono generado por ellos, abonar mejor la finca y obtener más y mejores frutos.

Vemos como una pequeña colaboración puede estimular la esperanza y la ilusión por vivir de personas que tenían el horizonte completamente cerrado. De andar mendigando miseria por la calle, ahora están adquiriendo autoestima y rehabilitando sus vidas.

Enmerance da las gracias a los colaboradores porque “con su ayuda dan vida y esperanza a estas madres”.

"Infinitas gracias a todos cuantos, con vuestra gran colaboración mantenéis con ganas de vivir a los más empobrecidos de este mundo, para que no tengan que emigrar acuciados por la desesperación y la dureza de la vida en sus países de origen, que es donde hay que prevenir la emigración forzosa y desesperada, para que no tengan que enfrentarse a los inhóspitos desiertos africanos, ni a las vallas de la vergüenza y la ignominia de quienes no queremos recibirlos, pero sí queremos recibir sus materias primas para nuestra muy holgada vida comparada con la suya. Seguro que nos sentimos verdaderamente felices de poder ser solidarios con ellos y ellas".

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