Religiones y Ritos que esclavizan: Boda en Caná de Galilea

El Evangelio de este domingo narra un hecho muy conocido: Jesús manda llenar de agua 6 tinajas de piedra, de 100 litros cada una, total 600 litros de agua con destino a la purificación ritual de los judíos, pero El le cambia ese destino y la convierte en un vino excelente.

La religión judía consta de 613 preceptos: Jesús se olvida de toda esa purificación ritual, y quiere que la gente de la boda lo pase bien y que haya vino de sobra para celebrar una fiesta de amor y felicidad.

El vino tenía especial presencia en la vida del pueblo judío como bebida de alegría y celebración: Jesús cambia el agua de purificación religiosa en el mejor vino de fiesta.

Jesús no inventó ninguna religión ni mucho menos ritos esclavizantes, como lo hicieron y lo hacen todas las religiones, aun las de nuestros días. El vino era un elemento clave en la celebración de la Pascua Judía, porque celebraba la liberación del pueblo de la esclavitud de Egipto.

Jesús proclamó un mensaje y puso en marcha un movimiento de liberación de toda esclavitud y todo sufrimiento de todo ser humano. Para El solo es digno el sufrimiento que va necesariamente vinculado precisamente a la lucha contra el sufrimiento.

El testo termina diciendo que así fue como aumentó la fe de sus seguidores en El. La fe, pues, es seguir a Jesús para hacer en este mundo lo que El hizo para el bien, la alegría y la felicidad de todo ser humano y toda criatura. El así lo dice: “Yo he venido para que todos tengan vida y vida en abundancia” (Ver Evangelio de Juan 10,10).

Jesús educó al pueblo en la justicia (“dichosos los que tienen hambre y sed de justicia”), en el amor (“este es mi mandamiento, que os améis unos a otros”) la fraternidad (“a nadie llaméis señor, porque todos vosotros sois hermanos”) y a luchar contra todo sufrimiento de toda persona. La mayor parte a las narraciones evangélicas recogen pequeños y continuos gestos de Jesús para asistir y liberar a las personas de sufrir, sobre todo curarlas de sus enfermedades, darles de comer y rehabilitarlas en su dignidad: “Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” (Ver Mateo 4,23).

Solo es liberador aquello que libera en la realidad concreta. Así lo entendieron muy bien algunos discípulos de Jesús como:

El Apóstol Juan, que lo expresa así: “Si alguno posee bienes de la tierra y ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, no puede permanecer en él el amor a Dios. No amemos de palabra ni de boca, sino con obras y de verdad”. “Si alguno dice: amo a Dios, pero aborrece a su hermano es un mentiroso, porque quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Hemos recibo de El este mandato: quien ama a Dios ame también a su hermano”. (Ver 1ª carta de Juan 3,17-18).

El Apóstol Santiago también lo formula así: “¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: tengo fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrás salvarle la fe? Si un hermano o una hermana están desnudos y careen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: “Idos en paz, calentaos y hartaos”, pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, sino no tiene obras está realmente muerta. Alguno podrá decir: ¿Tu tienes fe?, pues yo tengo obras. Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe”. (Ver carta de Santiago 2,14-18).

REFLEXION: Con los proyectos de Cooperación, Solidaridad y Liberación no se trata solo de reparar situaciones de injusticia, de miseria y sufrimiento, sino de rehabilitar y asistir a las víctimas de tantos males, que no admiten espera, sino también y al mismo tiempo abrir los ojos al pueblo para que ellos mismos y nosotros, viendo lo que pasa en el mundo, luchemos contra las causas y los causantes de toda clase de situaciones de injusticia, porque  sin erradicarlas, los problemas que intentamos resolver, se reproducirán perpetuamente, y no avanzaremos en alcanzar una vida más digna  para todos.

Por tanto se trata de Cooperación, Solidaridad y Liberación: de cooperar con los oprimidos, de ser solidarios con ellos y de luchar juntos para liberar a los opresores de oprimir, y a los oprimidos de sufrir la opresión, y así alcanzar la liberación de todos

« ¡Queridos amigos colaboradores! Tenemos una gran alegría al agradecerles por la ayuda que han brindado a las familias y niños pobres de nuestra localidad de Ruli. Con la ayuda de 4.950€ que nos han enviado hemos atendido a 67 familias que no tenían nada para sobrevivir, así como a 56 niños y niñas muy pobres ».

Hermana Clementine

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