Invierno/infierno
(Para Arrigara)
Me moriré un invierno
de aires inclementes
Me moriré un invierno
de nieves y rastrojos
de humedades y hielos.
Me moriré un invierno
incierto
de aliagas y espartos
de espartos y espasmos
con el sol débil
y la luna llena.
Me moriré un invierno
de ceniza e incienso
Me moriré callando
me dormiré callado
encallado por toda eternidad.
Habrá un susurro sordo
un ruido de palomas
en el palomar desvencijado
Y el almirez sonando
como un timbal rajado
en la vieja alhacena.
Me moriré y me dormiré
despertaré lozano
celebrando la gloria celeste
sobre la tierra abandonada.
Me moriré un invierno
cruel y crudo
Mas resucitaré maduro
en el verano
bajo un sol descorchado
como champán florido
y la luna asombrada.
Me moriré despacio y mudo
bajo las acacias y en silencio
Me moriré errabundo
mas resucitaré raudo
temprano.
Me moriré y admiraré
haber vivido aquí
Reviviré y me extrañará
proseguir vivo
siquiera espectralmente
como buzo bajo las aguas tibias
como ave sobre las nubes lacias
cual astronauta en el cósmico éter
cual angeloide reflotando al aire.
Me moriré en invierno
para resucitar en el verano
Me moriré de muerte natural
para resucitar sobrenaturalmente
como alma inconsútil y espíritu alado
como las mariposas que surgen
de repente
de la nada o casi de la nada
de una nada pregnante o preñada
de símbolos multicolores
de una nada que nada en la mar
del ser omnipariente
del ser omnipaciente
del ser omnipresente
Me moriré en invierno:
reviviré en verano.
Me moriré un invierno/infierno
mas volveré en el estío amigo:
en el estío festivo
para sus festivales estivales.
…(Pero no:
Me moriré muy solo
ardiendo de frío
como los sabañones.
Me moriré en invierno
un día de febrero
buscando mi llavero
mojado
en medio de la lluvia.
Me moriré desnudo
me moriré despierto
no volveré en verano:
Mas tú vendrás conmigo
al otro mundo nuevo
un día de domingo).
Me moriré y no volveré:
vendrás conmigo.
Me moriré un invierno
de aires inclementes
Me moriré un invierno
de nieves y rastrojos
de humedades y hielos.
Me moriré un invierno
incierto
de aliagas y espartos
de espartos y espasmos
con el sol débil
y la luna llena.
Me moriré un invierno
de ceniza e incienso
Me moriré callando
me dormiré callado
encallado por toda eternidad.
Habrá un susurro sordo
un ruido de palomas
en el palomar desvencijado
Y el almirez sonando
como un timbal rajado
en la vieja alhacena.
Me moriré y me dormiré
despertaré lozano
celebrando la gloria celeste
sobre la tierra abandonada.
Me moriré un invierno
cruel y crudo
Mas resucitaré maduro
en el verano
bajo un sol descorchado
como champán florido
y la luna asombrada.
Me moriré despacio y mudo
bajo las acacias y en silencio
Me moriré errabundo
mas resucitaré raudo
temprano.
Me moriré y admiraré
haber vivido aquí
Reviviré y me extrañará
proseguir vivo
siquiera espectralmente
como buzo bajo las aguas tibias
como ave sobre las nubes lacias
cual astronauta en el cósmico éter
cual angeloide reflotando al aire.
Me moriré en invierno
para resucitar en el verano
Me moriré de muerte natural
para resucitar sobrenaturalmente
como alma inconsútil y espíritu alado
como las mariposas que surgen
de repente
de la nada o casi de la nada
de una nada pregnante o preñada
de símbolos multicolores
de una nada que nada en la mar
del ser omnipariente
del ser omnipaciente
del ser omnipresente
Me moriré en invierno:
reviviré en verano.
Me moriré un invierno/infierno
mas volveré en el estío amigo:
en el estío festivo
para sus festivales estivales.
…(Pero no:
Me moriré muy solo
ardiendo de frío
como los sabañones.
Me moriré en invierno
un día de febrero
buscando mi llavero
mojado
en medio de la lluvia.
Me moriré desnudo
me moriré despierto
no volveré en verano:
Mas tú vendrás conmigo
al otro mundo nuevo
un día de domingo).
Me moriré y no volveré:
vendrás conmigo.