__ Juan José, hay otra actitud indignada de Jesús que sueles destacar en tus textos de manera especial, aquella que va contra los poderes económicos. ¿Es así?

JJT ► Así es, Jesús. La condena de los poderes económicos es quizá la resistencia más fuerte que Jesús opone a la realidad de su entorno, ya que considera la riqueza el mayor rival de Dios; es quizá su actitud más radical porque cree que hay una incompatibilidad manifiesta entre Dios y la acumulación de bienes.

__ Veamos, pues, cómo manifiesta su resistencia a los poderes económicos. Empecemos, si te parece, por su estilo de vida.

JJT ► Vamos allá. Jesús vive un estilo de vida pobre, desprendido, itinerante, no atado a las riquezas. Las tradiciones evangélicas lo presentan como una persona desinstalada, según demuestra G. Theissen [1]

-  No tiene residencia fija; carece de hogar estable. Sus propios seguidores han abandonado casas y haciendas para seguirle y compartir su estilo de vida.

- Carece de arraigo familiar. Lleva a cabo un cambio en la concepción del parentesco: este no se basa en los lazos de la sangre, sino en los de la escucha y la práctica de la palabra de Dios.

- Vive sin posesiones; no lleva dinero en el bolsillo.

- Renuncia a la seguridad personal. Vive sin protección y se siente indefenso ante las posibles agresiones.

En dos estudios rigurosos y de gran originalidad, de los que me he ocupado ampliamente en mi libro Por eso lo mataron, el biblista estadounidense John-Dominic Crossan presenta a Jesús como campesino judío cínico, al estilo de los filósofos cínicos griegos, que anuncia un programa revolucionario fundado en tres principios: el igualitarismo religioso y económico antijerárquico; la comensalía como banquete de los pobres y la sanación gratuita [2].

__ ¿Aparece tan clara en los evangelios la denuncia que hace Jesús de la riqueza?

JJT ► Clarísima. Jesús muestra su resistencia al poder económico denunciando la riqueza. Esta dificultad imposibilita a los ricos la entrada en el reino de los cielos, es decir, la salvación: "Os aseguro que con dificultad entrará un rico en el reino de Dios. Lo repito: más fácil es que entre un camello por el ojo de una aguja que no entre un rico en el reino de Dios " (Mt 19, 23; Mc 10, 23; Lc 18, 24).

__ ¿Y ello por qué, Juanjo?

JJT ► Verás. En primer lugar, porque los ricos sustituyen a Dios por la riqueza. Donde hay afirmación de la riqueza, donde hay confianza en la acumulación de bienes, no cabe la afirmación de Dios, la confianza en él. El dinero es incompatible con el espíritu evangélico de pobreza. La codicia es incompatible con Dios: "Nadie puede servir a dos señores; porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y al otro no le hará caso. No podéis servir a Dios y al dinero" (Lc 16, 13; Mt 6, 24). Dios personifica los valores del reino: paz, vida, alegría, servicio, etc. Mammón personifica los contravalores del reino: egoísmo, muerte, insolidaridad, injusticia, etc.

En segundo lugar, porque toda riqueza es injusta (Lucas habla de "dinero injusto", 16, 9. 11), es un medio de dominación y opresión que genera pobreza. El apego a la riqueza es tan fuerte, engancha tanto, que los ricos no atienden a razones ni divinas ni humanas, como pone de manifiesto la parábola del pobre Lázaro y el rico epulón (cf. Lc 16, 19-31). 

__ ¿Y la opción de Jesús por las personas y los colectivos empobrecidos? 

 JJT ► Esta es la clave de la ética de Jesús. Él asume el empobrecimiento en solidaridad con los pobres y como condición necesaria para la defensa coherente de la gente empobrecida. Y la asume consciente, libre y activamente[3]. Jesús, destaca estos tres adjetivos. No adopta una actitud conformista ante la existencia de la pobreza y de los pobres, cual si se tratara de un fenómeno natural o de un hecho fatal. Su actitud es de  protesta y de denuncia de la pobreza por ser injusta y porque impide a las personas empobrecidas vivir con dignidad. Dicho más claro: Jesús se indigna contra la indignidad a la que los poderes económicos someten a la gente.

La opción por los pobres no es un simple entretenimiento o una corazonada de Jesús, sino su práctica fundamental. Él se encuentra siempre cerca de las personas y de los grupos maginados social y religiosamente y se pone de su lado: publicanos, pecadores, prostitutas, pobres, enfermos, posesos, paganos, samaritanos (en masculino y en femenino). Pero al ponerse de su lado no se limita a declararlos teológicamente hijos de Dios, dignos ante Dios; supone cuestionar de raíz las causas materiales y religiosas que daban lugar a la marginación. Supone erradicar dichas causas.

La conclusión que cabe extraer de lo que acabo de exponerte es que la opción por la gente empobrecida es una verdad teológica y cristológica, pero también un principio ético capaz de movilizar las energías utópicas para la erradicación de las raíces de la pobres y un principio crítico de los modelos socioeconómicos causantes de la pobreza (hoy el neoliberalismo) y de nosotros mismos en cuanto cómplices de dicho modelo.

__ Y una pregunta ahora quizá más arriesgada que actualice la indignación de Jesús de Nazaret: ¿Cómo poner en práctica la indignación hoy?

JJT ► Muy buena pregunta, Jesús. Empiezo por recordar que ya la puso en práctica el movimiento de los Indignados en la Puerta del Sol de Madrid que se extendió por todo el mundo y llegó hasta las puertas del Vaticano. La Indignación se dirigía contra los cuatro poderes: el financiero: la Banca y las agencias de calificación o, mejor, de descalificación; el político: los dirigentes aislados de la ciudadanía; el militar: Ejército-OTAN; el mediático: los grandes grupos de comunicación y los censores de internet. 

Los Indignados denunciaron que la crisis económica de entonces sirvió para que los poderes financieros y empresariales se enriquecieran con los bienes naturales, los bienes públicos y los bienes de los ciudadanos, para explotar a la clase trabajadora, especialmente a las mujeres, inventarse burbujas inmobiliarias y ganar dinero especulando con el agua y los alimentos, hasta generar una grave crisis alimentaria.   

Constataron que la “crisis de los mercados financieros” no fue originariamente económico-técnica, sino ética, económica y política. En su origen se encontraba el  sistema social y económico neoliberal, que legitima y generaliza la corrupción en sus diversas modalidades: desfalcos, fraudes, estafas, extorsiones, despilfarro, abusos en el mercado financiero, codicia, falta de control, abusos de poder, falsas informaciones y engaño a la ciudadanía. Prácticas todas ellas apoyadas por la mayoría de los Estados y de sus gobiernos a través de políticas de liberalización de la economía, que genera empobrecimiento en la mayoría de la población mundial y constituye un retroceso en la defensa del bien común y de los derechos humanos, reducidos al derecho de propiedad.

Los Indignados creían que las respuestas que se dieron a la crisis no se orientaban a promover políticas públicas y prácticas emancipatorias y programas de lucha contra la marginación sino a salvar al capitalismo con la concesión de ingentes sumas de dinero procedentes del erario público, para que siguieran enriqueciéndose y extorsionando a los sectores más vulnerables de la sociedad.

Consideraban inmorales, injustas e insolidarias las soluciones a la crisis, ya que generaban discriminaciones económicas, culturales, étnicas, sexistas, injusticias estructurales y violencia institucional: recorte de salarios, flexibilización y abaratamiento de los despidos, recorte de derechos sociales, reducción de impuestos a las empresas, expulsión de inmigrantes. Quienes volvieron a pagar las consecuencias de la crisis eran continentes enteros, regiones, países, pueblos y sectores que nunca disfrutaron de los tiempos de bonanza económica. 

__ ¿Se limitó el Movimiento de Indignados a protestar o hizo también propuestas? 

JJT ► No, no fue solo un movimiento de protesta, sino que se movió en el horizonte de las utopías concretas e hizo propuestas pegadas a la realidad. Recuerdo algunas:

- Reforma de la actual Ley electoral por injusta, ya que penaliza a los partidos pequeños y premia a los grandes, y, lo más grave, no respeta el principio democrático “Una persona, un voto”. No todos los votos valen lo mismo.

• Democracia participativa a partir del clamor de los Indignados: “Que no, que no nos representan, que no”, ya que se consideraba que la democracia representativa era una ficción o caricatura de democracia. Se luchaba por una democracia en la que los ciudadanos y las ciudadanas nos reapropiáramos de la política, de la economía y de la cultura, y no la dejáramos en manos de los “profesionales” de la política. Una democracia que se practicara en las calles, las plazas, las escuelas, las universidades, los lugares de trabajo, la familia, las asociaciones, etc.
• Democracia económica frente a la dictadura de los mercados, que imponen sus políticas neoliberales a los gobiernos, incluidos los socialdemócratas, a veces los más celosos ejecutores de la política voraz de los mercados. El mundo no puede seguir siendo un gigantesco mercado, ni los habitantes del planeta meros consumidores. Como rezaba una pancarta en Sol: “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. Ello implicaba elaborar una teoría de la desmercantilización. 

• Lucha con instrumentos legales y penales eficaces contra la corrupción de los banqueros, los empresarios, los políticos, premiada con frecuencia, en un acto de irresponsabilidad, por la ciudadanía que, lejos de penalizar a los corruptos, los apoya con sus votos, elección tras elección, y los aúpa al poder para que, una vez legitimados por el voto popular, sigan delinquiendo. 
• Desaparición de los paraísos fiscales que perpetúan la injusticia fiscal. Ello exige luchar a favor de una justicia global contra el fraude fiscal para que las grandes fortunas paguen los impuestos que les corresponden, implantar la transparencia bancaria y la rendición de cuentas, eliminar el secreto bancario y evitar, así, la corrupción.

__ Y, para terminar, te reitero la pregunta: ¿Cómo traducir la opción por los pobres hoy?

JJT ► Te sugiero, muy en síntesis, las siguientes propuestas.

- Pensar, ver y sentir la realidad desde las personas y los colectivos empobrecidos, no desde el poder.

- Tomar como propia su causa, que es la causa de la vida, de una vida digna, verdaderamente humana. Si no se asume como propia su causa, se hará beneficencia, asistencialismos, “caridades”, pero no las transformaciones estructurales para erradicar la pobreza. 

- Integrarse en las organizaciones que luchan contra la pobreza en sus múltiples manifestaciones: económica, étnica, cultural, política, de género.

- Identificar los mecanismos que generan la pobreza, analizar sus causas, descubrir la relación dialéctica entre riqueza y pobreza, desarrollo y subdesarrollo, ya que no se trata de fenómenos autónomos, sino que tienen relaciones de causa a efecto.

- La opción por los pobres requiere un cambio de mentalidad y de vida, una correcta articulación entre teoría y práctica liberadoras. La teoría debe aterrizar en la práctica y esta debe guiarse por la teoría. Teoría y práctica liberadoras conforman una unidad diferenciada y dialécticamente fecunda.  

֎ NOTAS:

[[1]] Cf. J J. Tamayo, Por eso lo mataron. El horizonte ético de Jesús de Nazaret, Trotta, Madrid, 2003, 2ª ed.; TrottaG. Theissen, Sociología del movimiento de Jesús, Sal Terrae, Santander 1979; id., Estudios de sociología del cristianismo primitivo, Sígueme, Salamanca 1985; id., Colorido local y contexto histórico en los evangelios, Sígueme, Salamanca 1997; G. Theissen y A. Metz,  El Jesús histórico, Sígueme, Salamanca 2000, 2ª ed.; G. Theissen; El Nuevo Testamento. Historia, literatura, religión, Sal Terrae, Santander 2003.

[2]. J.-D. Crossan, Jesús. Vida de un campesino judío, Crítica, Barcelona 1994; id., Jesús: biografía revolucionaria, Grijalbo Mondadori, Barcelona 1996.

[3].  Cf. J.-J. Tamayo, La marginación, lugar social de los cristianos, Trotta, Madrid 1998, 3ª ed., especialmente el capítulo 1, dedicado a la "Opción por los pobres", donde intento demostrar que la opción por los pobres es una verdad teológica y cristológica, al tiempo que una actitud espiritual y ética.