Este domingo se celebra el Día de la Iglesia Diocesana y, como viene siendo habitual, la Diócesis de Astorga publica sus cuentas del año pasado en las que se aprecia una disminución de los ingresos de 1,1 millones de euros pasando de los 7,7 millones en 2019 a 6,6 millones de euros en el pasado año, una merma del 15% a causa de la pandemia.

La Revista Nuestra Iglesia destaca en su edición deeste año la actividad educativa con doce centros católicos concertados en la Diócesis y más de 5.000 alumnos, 61 trabajadores y 243 docentes. En lo que se refiere a la actividad pastoral y evangelizadora, se aprecia una disminución en el número de sacerdotes (de 238 en 2019 a 223 en 2020), religiosos y religiosas (de 267 a 197), catequistas (de 429 a 336) y especialmente en el número de misioneros pasando de 424 en 2019 a 297 el pasado año.

Especialmente importante siempre pero más si cabe el año pasado fue la actividad caritativa y asistencial realizada desde la Diócesis, un año 2020 en el que se atendió a más de 33.400 personas a través de 34 centros de distintos tipos, destacando especialmente la labor de Cáritas gracias a sus 260 voluntarios.

El Obispo de Astorga, Jesús Fernández destaca más allá de los números la pandemia ha dejado a su paso "dolor, , destaca que para ", soledad y muerte, pero también frutos sabrosos de fe y de solidaridad".

Jesús Fernández, que presidirá este domingo a las 12 horas la Eucaristia por el Día de la Iglesia Diócesana en la Catedral añade que "para nuestra Iglesia diocesana ha sido un tiempo difícil y doloroso en el que hemos tenido que despedir a muchas de las personas más cercanas y colaboradoras, ocasionalmente, en una dolorosa soledad, nos hemos vito obligados a suprimir o limitar el culto público, hemos tenido que reducir nuestra presencia cerca de las personas mayores y enfermas, hemos visto reducidos a cero los ingresos, pero también hemos sido testigos de gestos hermosos de acompañamiento".

Fernández precisa que "el mundo post-Covid está ya comenzando a ser diferente y nos obliga a repensar la forma de vivir y de comunicar la fe. Avanzar juntos supone que todos nos sentimos partícipes y corresponsables en la marcha de la iglesia y todos podemos y debemos ofrecer a la comunidad y al mundo nuestras cualidades, nuestro tiempo, nuestra oración y hasta nuestra ayuda económica".

El prelado asturicense recuerda que este Día de la Iglesia Diocesana es "un día para recordar que no vivimos la fe en solitario, sino que juntos, en familia, logramos mantener una parroquia apasionada y activa".

Por su parte, el ecónomo diocesano, Celestino Mielgo, recordó que "estamos afrontando una profunda reestructuración diocesana. La creación de las Unidades Pastorales y su funcionamiento impone un proceso de cambio y de conversión personal y pastoral" Por ello, destaca, recordando unas palabras de San Juan Pablo II, que "mantener eses nuevo ardor y sus nuevas expresiones requiere un nuevo tratamiento de la acción pastoral y de la economía que la sustenta y una implicación de todos los diocesanos. La corresponsabilidad económica es una faceta más de la corresponsabilidad pastoral".

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